Funcionariato: qué áreas están a tope y cuáles vacías de funcionarios

Un informe de CIPPEC no haba de intenciones de "ahorrar" y, de hecho, en los nombramientos que a diario publica Memo puede verse que sigue habiendo, gobierno tras gobierno, cargos con tareas y nombres insólitos que son cubiertos. La pandemia lo demoró todo.

Funcionariato: qué áreas están a tope y cuáles vacías de funcionarios

Por:Gabriel Conte
Director diario Memo

 El think tank más importante de la Argentina, el CIPPEC, dio cuenta de los cargos directivos del gobierno nacional que siguen vacantes, a pesar del tiempo transcurrido desde que asumió la gestión de Alberto Fernández. No se trata de una observación simple sobre si están llenos o vacíos esos puestos, sino que se trata justamente de la línea que tiene lo que se denomina "firma autorizada" para poder ejecutar el presupuesto y avanzar con la gestión. Una discusión aparte es su cantidad, calidad, oportunidad, conveniencia, etc.

En su informe, CIPPEC atribuyó esta ausencia de cobertura de muchos cargos de lo que en Memo llamamos a diario como "el funcionariato", no a alguna intención de reforma del Estado o de ahorro, inclusive, tampoco se analiza si sucede por falta de cuadros capacitados para ocuparlos, sino que da cuenta de un "cambio de prioridades de gobierno originado por la pandemia de covid-19 y la gestión del aislamiento social preventivo y obligatorio". Eso, señala la entiad, "ralentizó la designación de los directivos de la Administración Pública Nacional (APN) y a siete meses después de iniciado el nuevo período de gobierno, el espacio directivo se encuentra aún en proceso de designación formal".

A diario en Memo se dan a conocer la formalización de las designaciones en el Boletín Oficial, lo que ha arrojado un promedio de 15 nombramientos por día, a veces más, a veces menos. Siempre, hay casos nuevos pero también otros que son retroactivos a diciembre y que ya estaban en funciones, pero su oficialización se demoró.

CIPPEC analizó que de los 21 ministerios de la nueva administración (contando la Jefatura de Gabinete), solo once tienen la totalidad de sus estructuras aprobadas formalmente. De éstos, en total se encuentran designados formalmente el 59% de los cargos de conducción en las direcciones nacionales (107 de 181) y el 60% en las direcciones generales (42 de 70). Por el contrario, para el 10 de julio, el 88% de los cargos de unidades de gabinete de asesores y el 96% de los cargos de secretarías y subsecretarías estaban formalmente designados.

"Si bien esto no implica que el resto de las direcciones en estos ministerios se encuentren carentes de liderazgo, sí implica ciertas limitaciones sobre el trabajo del Estado", sostiene el documento "La capacidad de respuesta del Estado frente a una crisis: el rol de un espacio directivo profesional", elaborado por Jimena Rubio y Lucía Aruanno, investigadora principal y coordinadora respectivamente del Programa de Gestión Pública de CIPPEC.

Volviendo a un eje que siempre sale en estas discusiones: el Estado jamás se reformó, más allá de los cacareos en tal sentido de unos y otros. El Estado -y valga redundar- lo puede todo aunque no tenga sentido a veces y otras, carezca de los recursos suficientes para sostener su estructura: los consigue, relegando la actividad privada y productiva con tal de satisfacer su hambre monumental de cargos y su laberinto de decisiones.

El tiro por la culata

Resulta insólito pensar que se creó una estructura para agilizar y achicar el funcionariato durante la gestión de Mauricio Macri, al crear el Ministerio de Modernización. Ya sea por incapacidad propia o por impedimento de la inercia existente de décadas de acumular poder en su interior, todo salió al revés. Inclusive, el ministro (Andrés Ibarra) fue señalado por nombrar allí a su propia familia.

De hecho, hay un gráfico de CIPPEC que demuestra cómo se ha ido moviendo la cantidad de ministros entre 2015 y 2020:

Qué áreas están "a tope" y cuáles no

El análisis de la reconocida entidad da cuenta de que "el uso de designaciones transitorias por el periodo de 180 días y de la excepción de requisitos profesionales y/o presupuestarios en las designaciones de los directores nacionales y generales es una tendencia creciente en los distintos gobiernos desde los últimos 30 años". Nada nuevo bajo el Sol y así puede verificarse día tras día en el Boletín Oficial que, a veces, no descansa en fines de semana con tal de designar funcionario, aunque no justamente todos los que hacen falta, en donde se los demanda para que la cosa pública funcione.

Los datos en perspectiva reciente

CIPPEC informó que paraara el periodo 2015-2019 el promedio de la proporción de designaciones transitorias de los cargos en las direcciones nacionales y generales fue de 89% y el promedio de la proporción de designaciones con excepción de requisitos, 81%.

"Con un proceso de designación del espacio directivo todavía en marcha, en junio de 2020 la proporción de designaciones transitorias del gobierno de Alberto Fernández se encuentra por arriba del promedio del periodo 2015-2019 y ligeramente por debajo del promedio en relación a la utilización de excepción de requisitos", señaló el informe.

"La ausencia de un espacio directivo profesional en la Administración Pública Nacional pone en tensión la capacidad de respuesta del Estado a problemas complejos, como la gestión de la crisis originada por la pandemia, que más que nunca se requiere coordinación, memoria institucional y rápida capacidad de despliegue de la acción estatal", sostuvo el documento.

Al inicio del nuevo gobierno, en diciembre de 2019, la Administración Pública Central se reorganizó respecto de la estructura heredada del gobierno anterior. El gobierno de Alberto Fernández creó tres nuevos ministerios (Desarrollo Territorial y Hábitat; Mujeres, Género y Diversidad; y Obras Públicas), jerarquizó seis que eran secretarías de gobierno (Ambiente y Desarrollo Sostenible; Salud; Turismo y Deportes; Cultura; Ciencia, Tecnología e Innovación; y Trabajo, Empleo y Seguridad Social) y mantuvo once con algunos cambios de denominación y funciones.

Así, la cantidad de ministerios (21 incluyendo a Jefatura de Gabinete de Ministros) y de secretarías (84) están en línea con el promedio del periodo 2015-2019. CIPPEC dio cuenta de que donde hay mayores cambios es a nivel de las subsecretarías, que se incrementaron un 31% respecto a la estructura del anterior gobierno a diciembre 2019.

¿Están todos los que tienen que estar para que el Estado funcione bien? ¿O la distribución de cargos cruciales sigue una lógica clientelar de sustentación del frente gobernante y su relación con diversos sectores?

En Argentina, todo es causal de debates que nunca se cierran. El Estado está allí, lleno de gente aunque parcialmente vacío de personas con capacidad de torcer rumbos: la inercia es muy fuerte y todavía no parece haber llegado el tiempo en el que un gobierno pueda domarlo y ponerlo al servicio de un país activo y productivo. Menos, en medio de la pandemia, ya sea porque no se quiera o porque no se pueda.

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