El Iscamen bajo efecto del virus

El titular del organismo de control fitosanitario tuvo que aportar una brigada de desinfección para los espacios estatales pero en especial para los micros y hoteles "sanitarios". Molero busca la reelección como presidente del Instituto.

El Iscamen bajo efecto del virus

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Del combate de la mosca del Mediterráneo a la pelea contra el coronavirus. Ese es el recorrido del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen) y de su presidente Alejandro Molero quien pretende revalidar su cargo el martes 11 en el Senado provincial.

El Iscamen ahora tiene que desinfectar todos los edificios oficiales como la Casa de Gobierno y hasta los colectivos del servicio de transporte público. Son 160 agentes del Instituto en las brigadas sanitizantes que desinfectan hasta mil micros por día, según Molero.

También tienen la tarea de sanitizar todos los hoteles contratados por el Gobierno provincial tanto para personas que regresan Mendoza como también ahora los hoteles para pacientes con Covid-19. Son tres hoteles "sanitarios" acondicionados donde hasta ahora se encuentran 68 personas enfermas con coronavirus. Ayer lunes 3 se sumaron tres hospedajes con este propósito de encapsular a pacientes con síntomas leves como parte de la nueva etapa que ha comenzado a transitar que es la mitigación del virus.

Molero cumple el mandato de cuatro años de gestión al frente del Iscamen y estos últimos 138 días de pandemia y medidas restrictivas lo obligó a alistar parte su personal para el combate del coronavirus. Con esa impronta última aspira a que la Cámara alta lo revalide como presidente del Iscamen.

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Mañana, miércoles 5, se producirá la audiencia pública para evaluar a Molero y el martes 11 los senadores votarán para saber si seguirá siendo el presidente del Iscamen.

Alejandro Molero aspira a nuevo mandato en el Iscamen.

Recuerdo de Marruecos

Pero también esta irrupción viral le cortó un negocio que parecía promisorio. La entidad sanitaria agropecuaria encontró un nicho para vender la producción de pupas estériles de moscas del Meditrráneo. Había logrado convenios de exportación a Bolivia y Marruecos de estos insectos incubados en la bioplanta del Iscamen ubicada en Santa Rosa.

Con el país africano acordó una venta de 50 millones de moscas estériles por un valor de 550 dólares por millón de estos insectos recién desarrollados. 

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