Federalismo es lo que quieren, piensan y creen en Buenos Aires

Reparto de ATN, fondos en general, programa ATP, negociaciones por la deuda, e incluso Portezuelo. Problemas que nos afectan, construidos por decisiones que se toman en Buenos Aires, y para sus grandes centros urbanos y conurbanos.

Federalismo es lo que quieren, piensan y creen en Buenos Aires

Por: Editorial Post

Desde hace décadas, probablemente, el federalismo en la Argentina es un conjunto de palabras vacías. Al final, es lo que se le ocurre a un presidente (o presidenta), a un ministro, o incluso a funcionarios menores de organismos que manejan presupuestos multimillonarios, como la Anses, o el PAMI, o la AFIP, pero que se manejan "a demanda" del conurbano bonaerense, donde vive más del 40 % del electorado nacional. Al final del día, lo que ocurre es que en situaciones de extrema fragilidad económica, una provincia importante  y productiva como Mendoza depende del humor de funcionarios que -salvo el presidente- no fueron votados por nadie.

En el gobierno anterior, las principales figuras como el ex presidente Mauricio Macri, la ex gobernadora María Eugenia Vidal, Marcos Peña, Rogelio Frigerio, y Horacio Rodríguez Larreta, tenían toda su historia política delimitada por los barrios porteños.

Y en esta nueva gestión, la situación parece calcada. En todo caso, cambian los barrios porteños en donde viven los funcionarios.

El comercio funcionó muy restringido en esta pandemia.

Los últimos meses han sido muy malos en noticias para el federalismo, y en particular para Mendoza. Sobre todo desde que empezó la pandemia. 

Primero, hubo una fuerte pelea entre el gobierno provincial y el ministro de Salud de la Nación por los respiradores que había comprado la provincia. Se los apropió Nación y los fueron soltando discrecionalmente y en cuenta gotas. Unos días más tarde, las disputas fueron por los tests, que se enviaban a la provincia en cantidades ínfimas hasta que empezaron a llegar los que el propio gobierno provincial había comprado en Corea del Sur. 

Antes de que se declarase la cuarentena nacional el 20 de marzo, funcionarios nacionales e incluso el presidente Alberto Fernández criticaron a Mendoza por una decisión autónoma, como fueron los controles estrictos y el "cierre" de los límites a personas que llegasen de zonas donde ya había circulación comunitaria del virus, incluido nuestro aeropuerto. Luego, el gobierno nacional y algunas provincias copiaron las medidas.

Portezuelo del Viento es un capítulo aparte. Primero desarchivaron un pedido de laudo presidencial que había sido desestimado por el ex presidente Macri luego de numerosos dictámenes, actas, recursos de La Pampa ante la Corte Suprema que fueron rechazados. Luego, el gobierno nacional se alineó con el reclamo pampeano y tendió un manto de dudas enorme sobre la obra, plagado además de errores groseros tales como confundir ríos fundamentales para la Argentina como el Atuel y el Colorado, de una forma en que seguramente no confundirían dos avenidas porteñas. Ahora, Mendoza hizo un gesto de buena voluntad y ofreció a las otras provincias del COIRCO que sean veedores permanentes del manejo del agua, más un seguro de cinco millones de dólares. No fue suficiente. El gobernador pampeano la rechazó. Y El presidente ya avisó que la obra se hará sólo si hay acuerdo entre las provincias. Portezuelo es la mínima compensación a Mendoza, sólo por la parte de  los impuestos no recibidos. El daño tremendo que nos causó la promoción industrial,  es cuantificado en miles de millones de dólares en el tiempo, mucho más que los poco más de mil millones que costará la obra. No obstante miles de puestos de trabajo se perderán -si el presidente no reacciona- para miles de mendocinos y cientos de pymes. Muchas ya invirtieron, firmaron contratos, contrataron personas, de cara a la licitación el próximo 3 de julio.

Desde que asumió Rodolfo Suarez intenta refinanciar con el gobierno nacional la deuda de la provincia con el Banco Nación. Un total de 11.000 millones de pesos con pagos mensuales de intereses y capital muy pesados, de cerca de 400 millones de pesos en promedio este año. Los avances han sido casi nulos. Recién en mayo pasado el directorio del BN aprobó negociaciones. Pero la propuesta del banco a la provincia ha sido insuficiente y ahora la refinanciación navega entre acusaciones políticas. Ello, mientras el gobierno nacional asiste de modo absolutamente discrecional a provincias que históricamente han dilapidado y mal administrado sus recursos, y que ahora arrastran meses de atraso salarial.

Suarez y Nieri, con Wado de Pedro y otros funcionarios.

El reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del Fondo Fiduciario de Desarrollo Provincial que debía hacerse con un criterio equitativo, combinando la emergencia sanitaria y económica, los casos de Covid-19 y los índices de coparticipación; también fue discrecional. Mendoza fue muy perjudicada, recibiendo cerca de la mitad de lo que le hubiera correspondido. Otra vez, el auxilio fue para provincias amigas, que en algunos casos ni siquiera tenían contagios cuando empezaron a recibir los fondos.

De los primeros 35.000 millones de pesos repartidos, Mendoza ha recibido poco y nada. Del total de todos los recursos nacionales, absolutamente todos en esta pandemia, la provincia de Buenos Aires ha recibido más del 52 %, y Mendoza, el 2 %. 83.600 millones de pesos, contra 3.200 millones de pesos, de los que hasta ahora se recibieron poco más de 1.200 millones. Mendoza había pedido 5.200 y dicen que Nación "soltará" 3.000 millones en julio. El Jefe de Gabinete Santiago Cafiero dio cifras erróneas en el Senado respecto de la asignación de todos estos recursos, según denunció la oposición.

Hay más. La última medida tomada por el gobierno nacional para ayudar a las empresas es claramente centralista y discriminatoria.  El programa ATP que contempla un subsidio a las empresas que se deposita directamente en los CBU de los empleados de pymes, en su mayoría, pero también a las grandes en crisis por la cuarentena, será reducido a la mitad en las provincias que hemos podido con muchas dificultades y un gran esfuerzo de sus habitantes disminuir los contagios. En el área Metropolitana Buenos Aires, se pagarán hasta dos sueldos mínimos de 16.875 pesos por empleado, mientras que en el interior del país, ese monto será de la mitad. La pregunta es... ¿Las dificultades de las empresas del interior son menores, o valen menos que las de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires? ¿Los trabajadores y los comerciantes del interior, equivalen a la mitad de los del área metropolitana? ¿O simplemente es una medida discrecional tomada desde el centralismo político? ¿Cómo se evalúa, con qué parámetro se mide el sufrimiento de las empresas y sus empleados en cada lugar de la Argentina?

Es cierto que en las zonas de distanciamiento social, la actividad regresó más pronto, como en Mendoza. No es menos cierto que ninguna región del país pudo reponerse del "parate" feroz de la cuarentena, que empresas y comercios venden y facturan menos del 20 % respecto de la "época normal", y que además la enorme mayoría de las pymes mendocinas tienen inmensos problemas para pagar salarios, aguinaldos, alquileres, y otros compromisos. Va a quedar el tendal, pero la ayuda es más fuerte para quienes tuvieron menos éxito en el control de la pandemia y están más cerca de la Casa Rosada. Incluso, geográficamente.

¿Por qué? ¿El cierre de LATAM y el parate total del turismo afecta más a Mendoza, o a La Matanza? La caída a pique de la actividad petrolera... ¿destruye más riqueza y empleos en Mendoza o en Palermo? ¿Cómo toman decisiones los funcionarios nacionales que cuentan con el último y casi único recurso disponible en este país: la maquinita de imprimir billetes?

LATAM se va. Mendoza pierde todos sus vuelos.

El federalismo real no existe. No se ha podido hacer una nueva ley de coparticipación federal. La mayoría de las decisiones que nos afectan no se toman en Mendoza ni en ninguna otra capital de provincia. Nuestra provincia no termina de reponerse ni de resarcirse luego de años de promoción industrial que favoreció a los vecinos y el presidente Alberto Fernández está a punto de destruir como si nada el inicio de una obra que es nuestra y que ayudaría en parte a dar una perspectiva de futuro a cientos de nuestras empresas.

Es lindo hablar de un país. Y de una "Argentina Unida". Pero tales construcciones sólo existen en la teoría, y en los manuales para los alumnos de escuela primaria. La realidad más cruda, es que estamos por nuestra cuenta.

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