#MendoExit... ¿Y si los mendocinos nos divorciamos de Argentina?

#MendoExit... ¿Y si los mendocinos nos divorciamos de Argentina?

Por: Marcos Astegiano (*)

"Para quien no sabe a dónde quiere ir, todos los caminos sirven". Antiguo proverbio chino, Confucio, 600 AC

"Las crisis generan oportunidades". Moderno proverbio chino, ciudad de Wuhan 2020 DC.

¿Dirigentes, Gobernantes o Administradores? Un conjunto de personas, que conformen una masa suficiente, llámese sociedad o comunidad, necesita reglas de convivencia y, fruto de su labor, genera riqueza. Llamo riqueza a la producción de bienes, servicios, y porque no, dinero.

Cuando ese conjunto de personas adquiere un número importante, necesita alguien que administre las reglas de convivencia y la riqueza en pos del bien común.

Un buen ejemplo sería el de un pequeño almacén, cuyo dueño lleva por si solo la administración. Pero cuando ésta crece, suma sucursales, autoservicios, etc., necesita de un contador para llevar su contabilidad, de un abogado, para llevar el área legal, sin hablar de un gerente en cada tienda, más encargados de depósito, de finanzas, de recursos humanos. El  dueño sigue siendo el mismo, y las decisiones mayores pasan por él. En una comunidad, también se necesita de administradores en cada área. Dejando claro que su dueño y las decisiones son de la comunidad, los administradores tienen un mandato para administrar. Nada más.

Con el paso del tiempo, (medido en centurias) este fenómeno fue virando, a tal punto que hoy, los nombrados "administradores" son quienes toman las decisiones.

Llevándolo a niveles de países, nuestros gobernantes (los que se suponen que tienen un mandato popular) son los que establecen las decisiones.

Y claro, al tener las decisiones, tienen el poder

Y ese poder, es codiciado.

Por lo que la lucha entre administradores, para llegar al poder, creó múltiples formas de ascenso.

Y a eso se le llamó política.

Y a partir de ese momento, las comunidades perdieron todo poder de decisión.

Nuestra Argentina

La democracia ha demostrado ser uno de los mejores sistemas de elección de administradores. Pero con falencias. Esas falencias, explotadas sin escrúpulos, nos trajeron donde nos encontramos.

Nuestros administradores han descubierto que la manera de mantenerse en el poder, y de hacerse ricos es sometiendo a la comunidad a la ignorancia.

Y la fórmula fue destrozando lo que llamamos educación. Mientras menos sepamos, menos pensemos, menos actuemos, más fácil perpetuarse.

Claro que eso genera un país de ignorantes, de indigentes, donde las reglas de convivencia se deterioran, al punto donde estamos hoy.

¿Cuál es ese punto? La total falta de respeto por el otro. Sirvan como ejemplos desde el avasallamiento de la propiedad privada, la inseguridad, la impunidad con un largo etcétera.

¿Y cómo es que esos mismos administradores no tienen problemas en convivir con una comunidad así?

Fácil. Son ignorantes también.

¿Y cómo es que la mayoría de la comunidad tampoco se queja de una convivencia de ese tipo, es más, elige este tipo de vida?

También es fácil. Los administradores les proveen de un paupérrimo nivel de vida, gratis.

Llámense subsidios, salud, y hasta alimentos. A cambio de ser elegidos mediante el voto.

Ahora bien, como escribí, esto es lo que desea la mayoría de la población (al menos la mayoría democrática).

Pero existe una minoría, que no lo desea. Somos aquellos que aún valoramos el esfuerzo para obtener mejor calidad de vida, que tenemos una sana ambición, y que deseamos vivir en una comunidad basada en el respeto.

Es decir, personas educadas. Y no me refiero a instruidas, inteligentes o cultas. Sino educadas. Y como minoría, ¿Que hemos hecho para revertir esta tendencia?

Cacerolazos, cadenas de firmas en las redes y quejas en los medios. Con el resultado esperado, claro.

Queridos lectores, para salir de este atolladero se necesita una sola acción.

Educar

La educación es la salida.

Una persona que respeta las reglas que nosotros mismos promulgamos, que sabe lo que debe hacer y lo que no debe hacer, es una persona que puede convivir en armonía con las demás.

Pero claro, reeducar a todas las actuales masas es una tarea que llevará generaciones. Y no estoy seguro qué, esa mayoría y sus administradores lo quieran.

Es curioso, pero nuestro experimento socialista, ha durado más tiempo que el de la Unión Soviética y que el comunismo en China.

¿Será tal vez porque nos gusta?

A mí me asombra que el chavismo en Venezuela haya durado tanto, teniendo en cuenta la pauperización del país. Y sigue persistiendo. Con tenacidad.

Es porque a una mayoría les gusta.

Todo gratis, no importa la calidad, si no hay que hacer esfuerzo por conseguirlo. Será muy difícil obtener el país que la minoría queremos. Cada vez más difícil. Por lo que expliqué. Y por sobre todo, porque somos educados.

Como dicta nuestra educación, debemos respetar lo que desean los demás. Y si la mayoría desea un país como el actual, debemos respetar esa decisión.

La ¿solución?

Una posibilidad sería la de convocar a una revolución, derrocar a los administradores actuales, convencer a las mayorías que lo mejor para el país será el de respetarse, educarse, trabajar duro, y tener especial cuidado en la elección y control de los futuros administradores. Una utopía.

Otra posibilidad es la de migrar a un país que cumpla con los requisitos de convivencia que deseamos.

Muchos de nuestros jóvenes lo hacen. Cada vez en mayor número.

Pero a medida que nos hacemos más adultos tenemos algo llamado raigambre, que condiciona, proporcionalmente aumenta nuestra edad, la probabilidad de mudarse.

La tercera posibilidad, es la de crear un nuevo país.

Divorciémonos entonces

MendoExit

Analicemos un poco nuestra Argentina.

Gran Buenos Aires: Población, el 35% del país, (unos 16 millones) vive en la zona metropolitana. Economía, 49% del PBI nacional. Política y poder. El 100% de las decisiones se toman ahí.

Desde allí, y desde hace muchos años, se ha creado una fenomenal fábrica de pobreza. Con una eficacia maravillosa. Porque no estamos hablando de Namibia, ni Uganda, que siempre fueron pobres.

Nuestro país lideraba la educación en América y su economía era de las destacadas del orbe a principio del siglo pasado.

Hay que ser muy eficaz para destruir en 70 años esa prosperidad, y llevarla a los niveles de indigencia actuales.

Mis felicitaciones a sus autores. Porque realmente fueron buenos en lograr sus objetivos.

Pero en lo particular, y la minoría de la que hablaba, no estamos de acuerdo.

¿Y Mendoza?

Mendoza concentra el 4 y medio por ciento de la población del país, casi dos millones. Al igual que Macedonia, Bahréin o Eslovenia. Un poquito menos que Qatar.

Nuestra Economía, representa aproximadamente el 3% del PBI nacional, unos 14 mil millones de dólares, la mitad del de Macedonia, un cuarto del de Eslovenia y Bahréin y un doceavo de Qatar. Nuestro producto bruto es parecido al de Togo, Sierra Leona, Bahamas o Montenegro.

Respecto a Política y poder, Mendoza, si bien ha tenido gobiernos malos, ha tenido también muy buenos, en discordancia con el país, donde desde que nací, han sido siempre malos. Además, ha tenido algo envidiable: alternancia de partidos en el poder. Un lujo en Argentina.

Si nos divorciamos de Argentina, con seguridad no seremos un país rico.

Tal vez si próspero, y seguramente feliz.

No propongo ser Suiza. Con Uruguay me conformo.

Es cierto que los movimientos emancipadores no han sido muy fructíferos en el mundo. Ahí tenemos a Cataluña, los vascos, los irlandeses del norte, con fracaso tras fracaso.

Pero si se dan las circunstancias, se puede.

La URSS es un buen ejemplo. Una fenomenal crisis independizó a más de 15 países. Ídem Yugoslavia.

Ya sé. Me dirán que fueron países unidos por la fuerza. Pero todas las regiones del mundo han sido unidas por la fuerza. Solo que duraron más.

El principal motivo de escisión de estados han sido grandes crisis. La pandemia de Covid 19 es una gran crisis

¿Habrá una oportunidad?

Y si la hubiera.

¿Podríamos sobrevivir los mendocinos como estado?

Nuestra población  está conformada por habitantes del desierto. Conservadores, habituados al esfuerzo, a la supervivencia, rudos, desconfiados y muy trabajadores. Nada mal. Estaremos escasos de población.

Pero podemos incorporar una buena cantidad de argentinos disconformes. Visado mediante... Económicamente, podremos sobrevivir inicialmente por la vitivinicultura, el turismo, por un plazo no muy largo del petróleo, y, si somos inteligentes, de la minería. (¡Lo dije!)

Deberíamos derivar todos los recursos posibles a la educación. Para apuntar a ser Escandinavia en unas cuantas décadas. Y aprender de los errores pasados, eligiendo verdaderos administradores.

Aquí he expresado el qué hacer.

El cómo hacerlo lo dejo a especialistas.

¿Y entonces?

Lo descrito es solo una expresión de deseo. Un análisis de una alternativa a salir de este círculo vicioso en que se ha transformado la Argentina. ¿Será posible?

Posible, más no probable.

Pero se puede intentar.

Al menos podemos comenzar a debatirlo. Inteligentemente.

(*) Un mendocino común.