Alberto ya firmó el acuerdo de Portezuelo: cuando la política echa inversiones

La obra lleva más de 60 años esperando que se cumplan los acuerdos políticos. Esos conflictos son lo que hacen que Argentina sea un país adonde no conviene invertir.

Alberto ya firmó el acuerdo de Portezuelo: cuando la política echa inversiones

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

La historia de Portezuelo del Viento es una de las tantas muestras argentinas que ahuyentan a los inversores. Argentina es conflictiva, y los inversores no quieren conflictos, quieren seguridades. Algo que, acá, se perdió hace mucho.

Tanto hace, que Portezuelo del Viento se proyectó en la década del 50, cuando Perón era presidente. Y desde entonces no se concreta.

Luego del golpe de estado del 55, el proyecto quedó cajoneado, y a lo largo de las últimas décadas diversos gobernadores mendocinos intentaron reflotar la megaobra.

Ver también: "Todos los datos para que conozcas más Portezuelo del Viento"

Pero fue Julio Cobos quien finalmente consiguió el dinero: arregló con la Nación (con Néstor Kirchner) el dinero del proyecto Portezuelo del Viento en lugar de devolver las millonarias pérdidas que tuvo para Mendoza la promoción industrial que, además de regir por decreto y no por Ley (por eso el entonces gobernador Lafalla pidió la inconstitucionalidad de esa medida) perjudicó seriamente a Mendoza ya que perdió una gran masa de la coparticipación en razón de las exenciones otorgadas.  

Cobos y Kirchner habían llegado al acuerdo

Otra vez: los inversores buscan ganancias, no paisajes, y eso fue lo que le quedó a Mendoza para competir en la búsqueda de empresas que quisieran poner su dinero en este terruño. Por otro lado, al ser impuestos coparticipables, Mendoza perdía.

Así que el trato convenía a todos: La Nación no tendría que enfrentar el proceso judicial y Mendoza obtenía una obra anhelada y necesaria, que daría muchísimo trabajo y produciría cuatro veces la energía que produce Potrerillos.

Además, ampliaría el oasis productivo e inyectaría caudal en el río Atuel, traería turismo a toda la zona y sería (como las toda obra que se precie de ser argentina) una de las represas más grandes del planeta.

Así que, después de 52 años  en junio de 2007, Néstor Carlos Kirchner ratificaba, por decreto 687/2007, el financiamiento para la construcción de Portezuelo del Viento.

El decreto lo firmaba, también, el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Sin embargo, no fue hasta el 2019 que Alfredo Cornejo anunció que se llamaba a licitación para la obra. 

Finalmente, después de 64 años de espera, la represa comenzaba a ser una realidad y el dinero que Mendoza había perdido al fin se convertiría en algo concreto.

Los inversores  de esta clase de obras no se renuevan como el público de Mirtha, saben cómo es la historia de Portezuelo. Y saben que, hasta que Argentina no arregle sus conflictos políticos, que salen de toda estructura legal y republicana, la única inversión viable es venir a hacer turismo. 

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