Hoy en Memo: las empresas que entrarán en concurso en Mendoza

Debido a la pandemia, ni AFIP ni ATM están presionando al máximo por las deudas, pero habrá un "día después" en el que todo puede estallar. El panorama de las empresas en un tiempo de excepción.

Hoy en Memo: las empresas que entrarán en concurso en Mendoza

Por:Gabriel Conte
Director diario Memo

Un total de 6.892 empresas mendocinas que cuentan con 61.913 trabajadores, se han sumado a los repentinamente célebres ATP, la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Produccion que contempla el pago de hasta dos salarios mínimos, vitales y móviles para las compañías que hayan registrado caídas en su facturación durante este período especial de convivencia con la pandemia de coronavirus covid-19. 

"¿Un 10 por ciento de ellas no se pondrá en pie?", respondió ante la consulta un abogado cuyo estudio jurídico, aun cerrado durante los primeros 50 días de confinamiento, recibió al menos una docena de llamadas para consultar sobre qué hacer para sobrevivir, de parte de emprendedores pymes, en general, desesperados y, además, desorientados.

Sanciones e intereses latentes

Hoy, hay una fantasía o ilusión que puede colocarse el disfraz de esperanza, de que "no pasa nada" en muchos empresarios consultados por Memo sobre su difícil situación.

Sin embargo, se advierte desde los sectores especializados en este tipo de situaciones que hay una situación excepcional que un día se terminará, y es que ni AFIP ni ATM están presionando al máximo por las deudas, como lo hacen en tiempos no pandémicos, y que los bancos están "aguantando" los cheques rechazados y los rojos más que antes, sin emitir sanciones. Es un resorte contenido, según lo advirtió uno de los abogados que más experiencia tiene en concursos en Mendoza, Gustavo Kasanowicz.

Esta situación de "latencia" es rechazada como concepto, sin embargo, por el presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim), Gerardo Fernández, quien sostuvo que, a pesar del stand by que se anuncia en cuanto a la persecución de deudores, "el sistema financiero está funcionando casi como siempre: los cheques se rebotan y el titular de la cuenta queda marcado para siempre", dijo. "Lo único es que no se les da un redepósito. La mancha la empresa la tiene hoy y cuando se levante la cuarentena, la mancha quedará", afirmó.

Entrá a Memo y sorprendete 

Fernández señaló que no tiene registro de cierre de empresas por la pandemia, "porque la crisis de las pequeñas y medianas constructoras viene desde mediados del año pasado, y no era por ningún virus, sino porque el Estado terminadas las elecciones, no licito más obras después de exhibirlas en la campaña". Agregó que "hay una idea de no embargar, pero los intereses siguen corriendo. El día después va a ser muy duro. Los cambios en beneficio de las empresas han sido más verbales que en los hechos".

El presidente de la Cecim señaló que las pymes constructoras "hoy no son sujetos de créditos y seguirán así. Hay empresas que han perdido el crédito después de 35 años de actividad".

Los más golpeados

Está claro que la construcción no fue frenada -salvo la privada, de la que no hay registros porque maneja mucho personal de manera informal- pero el sector que sí se verá afectado notoriamente serás los de turismo y gastronomía.

Fernando Barbera, presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Mendoza (Aehga), consultado para esta nota, señaló que "hay empresas que no viendo la otra orilla, es decir, cuándo termina la cuarentena y hasta cuándo están los ATP y los acuerdos con el sindicato, ya han decidido cerrar".

Agregó que a pesar de la habilitación de este jueves dictada por el gobierno mendocino, "los restaurantes de turismo no van a abrir; los de hoteles y los de enoturismo, tampoco. Los de estructura chica y que son dueños de locales que no pagan alquiler abrirán, pero todos operarán en pérdida". Aportó un dato desalentador: "Luis Barrionuevo, el jefe nacional del sindicato de trabajadores gstronómicos, calculó que la mitad de los restaurantes del país se va a caer".

El otro soporte económico de Mendoza: el petróleo

Turismo y petróleo son las actividades que más dejan en Mendoza. Y están muy golpeadas. Las empresas de servicios petroleros que dependen de las grandes operadoras a las que les prestan servicios a YPF o Pluspetrol (mayoritariamente a YPF), señalan que estas petroleras sólo les certifican el 50% de la deuda, como lo ha venido contando Memo en sucesivos informes.

Allí será difícil actuar con red alguna de contención que sea tan solo temporal, ya que su situación, afectada por la cuarentena no depende solo ello. "Las cámaras y empresas hablan todos los días; empresas 'chicas' para el sector, de entre 100 y 300 empleados, dependen de YPF y la actividad, a su vez, de los devaneos del mundo", señaló un experto en el tema a Memo.

¿Qué hacer para sostenerse?

Barbera ve un panorama lúgubre, pero confía en paralelo en la resiliencia, algo que podría derrumbar la realidad económica. Para que no caiga todo el sistema de empleo y servicios hotelero gastronómico cree que "deberíamos seguir pagando el 75% del salario. El sindicato debe comprender esto". Y argumentó que con la reapertura, además de abrir "salteado", un local sí otros no, "no convocaremos a todo el personal, y también hay que esperar que la gente pierda el miedo a salir".

En cuanto a los centros comerciales, como son los malls y los shoppings, emitió una opinión a raíz de lo que está sucediendo en países en donde "ya es mañana", como China, en los que la virtualidad quedó y las grandes estructuras resultan ociosas: "Hay que redefinir esos espacios para que no mueran", opinó, a raíz de que muchos restaurantes ven imposibilitada su existencia en ambientes sin circulación masiva de personas, ya sea porque esté restringido, prohibido o porque la gente decida no ir más.

Cuántas caerán y de qué manera

Podrían ser 700 las empresas que no tengan retorno, pero en el sector vinculado a la administración de concursos encuentran una serie de caminos que podrían seguir:

- Entrar en un largo proceso judicial, una vez que el 12 de junio los juzgados concursales empiezan a proveer las presentaciones que se han venido haciendo en forma digital. Hasta el 1 de junio no corre ningún plazo.

- Acogerse a una figura novedosa, rápida, pero poco usada, los APE, Acuerdo Preventivo Extrajudicial. En esta opción, la firma en problemas lleva su convocatoria a los acreedores por fuera de los tribunales para obtener conformidades de una mayoría de ellos, de acuerdo a lo que la Ley de Concursos pide. Se llega al Tribunal con las mayorías conformadas por fuera. No hay síndicos, inhibiciones, ni medidas cautelares típicas de los concursos. Por ejemplo, se puede hacer un APE solo con los proveedores y al llegar con esa categoría de acreedores se homologa un acuerdo como si fuera concursal y se impone ese acuerdo aun a los que no lo suscribieron.

- Cerrar la firma y abrir con otra razón social, cuando la categoría del emprendimiento -los más chicos, en general- así lo permita.

Es cuestión de tiempo

Los especialistas dan cuenta de que todo está parado, pero que una vez que se terminen las excepciones nominales o reales que ha impuesto el gobierno nacional a través de diversas directivas, o de actitudes que han demorado el golpe final a las empresas con sus deudas, explotará.

Hay una posibilidad de salida, pero también coincidencias en que la posición política del gobierno de Alberto Fernández no dejará que fructifique: diputados nacionales de Juntos por el Cambio, encabezados por Ximena Garcia (UCR - Santa Fe) presentaron un proyecto de ley por el cual proponen una modificación temporaria de la Ley de Concursos y Quiebras, "para crear herramientas excepcionales y transitorias, que promuevan una salida de la crisis" generada por la pandemia de coronavirus. Entre las medidas se incluye la suspensión de las ejecuciones de los pagarés de consumo por 120 días, para ayudar a las familias que están atravesando una difícil situación económica.

El panorama en Mendoza

Los estudios especializados en Quiebras y Concursos están recibiendo, de acuerdo al relevamiento realizado por Memo, consultas de diversa especie, pero todos con el temor en "el día después":

- Son empresas chicas o del rubro gastronómico, que no van a volver a abrir con la razón con las que estaban y desean conocer cómo tener un nuevo inicio.

- Sociedades anónimas que no tenían activos y que no irán a concurso y requieren refundarse, con otra razón social.

- Empresas con más de 100 empleados que hace 60 días que no facturan o el mínimo, y eso no les permite pagar parte de los sueldos. Que van a concurso, salvo que prospere la idea de suspensión, que debe hacerse modificando la legislación nacional. Con el Congreso activo, no puede rogarse ni esperarse una actitud unilateral del Poder Ejecutivo, ya que no hay razones para que continúe dictando normas mediante decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

- En este último caso aparece un tema que deja en evidencia la debilidad de la cadena: ¿A quién salva el Estado? Si se suspenden las acciones contra las empresas, ¿quién defiende a sus proveedores que no podrán cobrar y, así, sostenerse en pie ellos mismos?

Cuando abran los juzgados concursales habrá tarea, pero es evidente que no será solo para ello.

La legislación, en muchos casos, se ha vuelto un corset de difícil sostenimiento y las empresas no necesitan (ni les serviría, por otra parte) de la "caridad" de la dirigencia política, sino de la visión de futuro de los dirigentes, para conformar una palanca que les permita levantar cabeza, o replantearse.

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