¡Pónganse el barbijo!

El tapaboca es indispensable como la distancia social, para recuperar cierta normalidad. Los que incumplen arriesgan el regreso de todos a una cuarentena dura que nos va a terminar fundiendo. Galería de incumplidores.

¡Pónganse el barbijo!

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

No hay caso. Ni siquiera con las multas severas. Aunque los contagios de coronavirus en Mendoza se mantienen en niveles razonablemente bajos por el éxito inicial del aislamiento que rige desde el 20 de marzo, no son pocas las personas que circulan en todo momento y lugar con el barbijo o tapabocas mal puesto, colgando del cuello, o directamente sin nada que cumpla la función.

Vamos de a poco a una convivencia administrada con el coronavirus. El próximo paso de la cuarentena hasta el 25 de mayo, facultaría a los gobernadores a tomar mayores libertades y a abrir más actividades económicas, siempre que los contagios se dupliquen en períodos mayores a 15 días, y que la mitad de las personas permanezcan aisladas. Entonces, para funcionar, necesitamos ser muy conscientes -todos- de las medidas sanitarias de protección: Distancia social, higiene, y uso de tapabocas, que en Mendoza es obligatorio desde el miércoles 15 de abril, hará mañana tres semanas. Las personas que incumplen las medidas de protección, o los protocolos de funcionamiento comercial, nos exponen a todos y nos ponen en peligro. No sólo por el riesgo de contagio. Las medidas de apertura del aislamiento son provisorias. Tanto las nacionales, como las provinciales. Si el virus toma carrera y circula socialmente, nos van a volver a encerrar a todos en una cuarentena dura, y vamos a terminar de fundir el comercio, la industria, las empresas que dan trabajo genuino. Para que la economía funcione y se pueda trabajar, cobrar, pagar, recaudar, es necesario que respetemos la distancia social y usemos el tapabocas.

Sin barbijo y con el cigarrillo. Mal ejemplo.

Ayer, una recorrida breve de nuestro reportero gráfico Marcelo Carubin detectó a unos cuántos incumplidores en el centro mendocino. Pero se los ve todo el tiempo, a toda hora. Los reportes que llegan a nuestro diario tanto como al programa de radio "Te Digo Lo Que Pienso" que hacemos en Nihuil, son permanentes. El mal uso o la omisión del tapabocas son permanentes. La clásica es colgárselo del cuello, o directamente no usarlo. Ayer vimos a dos señoras en el transporte público de pasajeros sentadas juntas, sin barbijo. Charlando animadamente. Cuanto más se aleja uno del centro, los incumplimientos son más evidentes.

Solcito, con tapabocas en el cuello.

Los sistemas de delivery se transformaron en el aliado ideal de los comercios para entregar sus productos, y de los clientes, que deben permanecer aislados. Es habitual ver a los jóvenes en sus motos con el barbijo puesto, pero luego se lo quitan para charlar con sus colegas mientras esperan un pedido, o lo llevan mal puesto porque "empaña" cascos y anteojos, y así entregan la mercadería.

La falta de uso del tapabocas no es el único incumplimiento. Las "juntadas" familiares y de amigos asado de por medio, fueron la estrella del fin de semana. Basta con mirar un rato las redes sociales para descubrirlo.

Hablando por el celular, y el barbijo colgando.

El decreto 518/220 del gobernador Rodolfo Suarez indica la obligatoriedad del uso del tapabocas en toda la provincia. Ya había empezado su uso forzoso en algunos departamentos. "Tapabocas, bandanas, pañuelos, buff, o similares. Los barbijos sanitarios serán reservados en forma exclusiva para el personal de la salud y de seguridad..." dice la norma. Establece multas de 5.000 pesos para infractores en la vía pública, diez mil si la infracción es dentro de un comercio, y 50.000 pesos si la avivada es adentro de un supermercado. La Municipalidad de la Ciudad de Mendoza ya hizo 96 actas de infracción por no usar barbijos. Noventa y dos a personas y cuatro a comercios. Pero no se puede poner a un policía al lado de cada ciudadano. La multa no es realmente lo trascendente. Usar o no usar barbijos y tapabocas puede ser la diferencia entre contagiarse o no, o contagiar a otros. La suma de todo, es la diferencia entre salir de esta cuarentena que colapsó la economía, o terminar todos haciendo cola en una municipalidad o en la Anses, por una tarjeta de racionamiento.Por si alguien no se enteró, a causa del aislamiento el 80 % de las empresas mendocinas pidió alguna ayuda oficial para pagar los sueldos de abril. Muy pocas la consiguieron. Muchas, no pudieron trabajar. Y hay gente que ya perdió o está perdiendo su medio de vida, como consecuencia del aislamiento obligatorio, única "vacuna" conocida hasta ahora.

Pasando sin barbijo cerca del policía.

La mitad de la gente ya está en la calle. Hay una flexibilización de hecho. Peluqueros trabajando "canutos", gente que se junta, que salen todo el tiempo a todas partes usando su excepción (si la tienen), vendedores ambulantes de lampazos, plumeros, bolsas de residuos, ropa, comida, flores, de lo que pinte. Y hasta pastores de alguna religión empedernida tocando timbres.

Por favor, pónganse los tapabocas. Porque nos van a terminar por fundir a todos.

El decreto dice "nariz y boca", no sólo boca.

Ejemplo de mal uso del tapabocas.

Fumar y cuidar a los demás, se complica.

Señora, el barbijo...

Con el tapaboca en el cuello, en pleno centro.

Una sí, y la otra señorita, bien gracias...

Señor... ¿Y el tapabocas?

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