Quincho: Médicos rebeldes, casos enredados, y hoteles que amagan cerrar

Un médico imputado. A otro le mandaron la fiscalía al barrio privado. Confusión en los últimos casos de coronavirus. Empresas del sector turismo piensan en cerrar hasta que pase todo. Alberto y Suarez, enfocados en lo que hay que hacer. Cuidado con el paternalismo estatal.

Quincho: Médicos rebeldes, casos enredados, y hoteles que amagan cerrar

Por: Mendoza Post

Julián miraba el parte de las novedades del día. El "oficial" con el número de infectados, nuevos casos, y los varios etcéteras que luego se aplican en los cálculos de matemática "epidemiológica", y por otro lado, otro dossier más... sanguíneo... el que varios de sus amigos le reportaban por WhatsApp. Habían sido unas 48 horas muy intensas estas últimas. El gordo no podía clasificarse a sí mismo en ninguno de los grupos respecto de la cuarentena. Por un lado, la ciudad vacía y silenciosa cual película del futuro apocalíptico, le producía encanto, y espanto, en dosis parecidas. No le molestaba estar en su casa, por lo que el home office no le parecía mal. Aun así, iniciando la semana número cuatro de la cuarentena, el aislamiento empezaba a parecerle opresivo, tanto en lo social, como en lo económico. Sacó la cuenta... y pensó que si no facturaba pronto, los ahorros empezarían a verse drásticamente reducidos. Para distraerse puso manos a la obra en una de las recetas que más placer le generaba:

La pizza del quincho, con guantes anticoronavirus.

Las manos en la masa, a full. Julián preparó y levó varias veces el "amasijo", separó varios bollos del tamaño de un puño y comenzó a amasarlos y darles forma sobre los moldes pizzeros. Un último levado de 25 minutos, y estarían listos para el primer horneado de 12 minutos a 180 grados, con un poco de tomate. Luego vendría el Cuartirolo -siempre menos graso que la muzzarella- otro golpe de horno, y el armado final. Esta vez, no haría grandes alardes. Al final, las que más le gustaban eran la especial de jamón y morrones, la fugazza, y una calabresa, con buena longaniza y un "chimi" cuyo secretito había escuchado alguna vez en la famosa pizzería bostera de Avenida Las Heras: ajo fresco, ají molido, orégano, sal, pimienta, pimentón y aceite de oliva. Había aprendido a "pintar" la pizza en los bordes y por arriba del queso, con el "chimi". Un manjar. Miró la pantalla, y vio que el Ruso, el amigo de los negocios del grupete, leía "El futuro del dinero", de Bernard Lietaer, que tenía unos años pero que había "explotado" recientemente.

- ¿Qué hacés? - le preguntó.

- Un tuco de vacío, como el que preparás vos. Con pasta casera. Es mucho trabajo tener que "espumarlo" a cada rato... Y esto viene para largo...- dijo el Ruso desde el otro lado de la pantalla.

Julián se concentró en el armado de sus pizzas, que acompañaría con un Q de Pepe Zuccardi, Tempranillo. El olor le hizo recordar a una vieja pizzería, a la que hoy llamarían "gourmet". Allí había aprendido el arte de amasar y a tirar los "chop" y largarlos por el mostrador de estaño, con la velocidad justa para que llegase a las manos del parroquiano. Sonrió con aquel recuerdo... 

La "media masa" bien levada.

Aquella fonda estaba ambientada en cada salón con música clásica, y arte de los '80. Una sala del Far West, otra de la NY de los años 20 antes de la Gran Depresión, una más de la "Belle époque", y finalmente, el salón gaucho con réplicas de Molina Campos. Arrancaban a las 11 de la mañana, y terminaban a las 04:00 AM del día siguiente. Puso ZZ Top a volumen respetable, y terminó de hornear sus pizzas.

El Omar, con unas entrañitas a la portuguesa, y Ludovico con un pan de carne con ciruelas, damascos y todo, completaban el cuadro extraño de los amigos cenando por video conferencia. Por cuestiones de seguridad, habían cambiado Zoom por Jitsi Meet, mucho más amigable y sin límite de tiempo.

La cena, la número IV de la nueva era de Cuarentena, estaba lista. Por suerte.

...

La charla se armó rápido alrededor de los últimos casos y sus pormenores, para nada tranquilos en esta curva "achatada" de contagios, mientras todos -pero todos en serio- esperan con cierto temor el "pico" de esta pandemia que puso al mundo en coma inducido y con respirador artificial.

- ¿Alguien puede explicar lo que pasó en Jaime Prats? ¿Por qué tanto revuelo? ¿A qué tanto escándalo y aclaraciones? - preguntó el Omar. Julián estaba bien informado por sus amigos del Sur. Antes propuso un brindis por la amistad. La verdad, ya extrañaba las juntadas de cada fin de semana. Abrió una de sus pizzas antes de hablar. Los muchachos se quedaron mirando el queso humeante. Casi podían sentir el aroma al otro lado de la pantalla.

- Miren... el viernes, parece que había un señor de 58 años internado y aislado en el Hospital Enfermeros Argentinos de Alvear, pero algo pasó, y el enfermo de coronavirus no era él, sino un señor de 74 años, también de Jaime Prats y en el mismo hospital. El asunto es que hubo que "enrocarlos". Pasar a la sala común al de 58, aislar al de 74 años, que además es un paciente sin movilidad y que cursa una enfermedad grave... y luego hubo que salir a "cazar" a toda la familia. Este señor de 74 años era atendido de vez en cuando en una clínica, por lo tanto, lo trataban con frecuencia incluso en su domicilio. El problema en Prats se puso muy pesado, porque la familia de este señor tiene un almacén, y no saben cómo ni dónde se contagió. El temor que tienen es que uno de los hijos de este señor sea portador asintomático del virus... estuvo en el hospital... en una clínica... fue y vino... Puede ser un desastre. Pero bueno, para el sábado a la tarde ya había 58 personas aisladas en casas... entre familiares y contactos, y les van a hacer el hisopado a todos. Están en eso...- contó el gordo, y bajó la parrafada con un trago del Tempranillo de Pepe Zuccardi.

Control de una caravana con destino a Córdoba y Buenos Aires.

- Con el que están calientes, es con el auditor médico de la Osep en Malargüe, Adrián Heine. Es hijo del matrimonio de 85 y 84 años que dieron positivo en Malargüe. Una fiscal lo imputó, y están esperando una nueva prueba de hisopado, la primera dio negativo, y si le llega a dar positivo le van a enchufar otra acusación. Ya está imputado por violar la cuarentena, porque en vez de aislarse, entraba al hospital a cada rato a ver sus viejos. Parece que se comportó bastante "rebelde", por ser suave en la apreciación. Uno entiende la preocupación, pero esto es así. También lo acusaron por incumplir sus deberes de funcionario público. Y si le llega a dar positivo, lo van a acusar además por propalar la enfermedad...- contó Ludovico, mientras les mostraba a sus amigos el delicioso pan de carne que había armado, con salsa de manzanas.

- Lo que supe de ese caso es que muy discretamente, desde San Rafael se organizó una minuciosa investigación en Chile. Este matrimonio de abuelos estuvo en Chile con unos de sus hijos, un ex petrolero, y volvieron cuando estaban por cerrar la frontera y se repatriaba a cuenta gotas. Mucha gente volvió así. Puede que hayan contraído la enfermedad en aquel momento, o en alguno posterior. Están tratando de saber si algún miembro de la familia pasó a Talca y volvió por algún lugar "paralelo", la frontera "blue". Y volvió.

- ¿En serio? ¿Y de qué sirve perseguir a los contagiados? - preguntó el Omar, que estaba bastante levantisco con las cifras que había dado Alberto en la conferencia del viernes a la noche. Julián le contestó, mientras abría su pizza calabresa.

- No se trata de perseguir, sino de buscar el nexo de la epidemia en cada caso, para poder aislar a todos y evitar más contagios. Tiene que quedar claro esto: si no se puede establecer el contacto, entonces, quiere decir que ya hay circulación comunitaria del virus. Es una fase más jodida. Más "al horno". ¿Se entiende?

- Igual, el ránking de calentura del gobierno lo encabeza el director de la Clínica Francesa. El doctor Ariel Bosshardt. Se pusieron como locos, cuando le escucharon decir en "Te Digo Lo Que Pienso" que había circulación comunitaria, y que no era la única clínica con médicos infectados...- comentó el Ruso.

- Bueno, a la larga, va a tener razón...- opinó el Omar. - Pero no alcanzaron a denunciarlo...- contó. Sus amigos se sorprendieron.

- ¿Por qué?

- Porque el fiscal Fernando Giunta intervino antes, de oficio. Lo mandó a buscar al Dalvian con personal de la fiscalía y una guardia policial. Pero no le pudieron tomar declaración. El doctor no salió, les dijo que estaba en cuarentena... y que no pensaba asomar la nariz para declarar. Tampoco los de la fiscalía entraron. Pero bueno, van a esperar los catorce días de rigor y lo van a ir a buscar de nuevo.

- Bueno... ¿será para tanto? - intervino Ludovico.

- No sé... pero estaban muy enojados con el Doc de la Francesa...- cerró el Omar, mientras mojaba el pancito en el tuco de vacío.

- ¿Qué se sabe de Gonzalo Vera Bello, el jefe de infectología de la provincia? Leí que lo internaron con síntomas de coronavirus...- preguntó el gordo.

- Sí, leves... lo internaron por precaución porque tiene una enfermedad autoinmune de base. Así es que lo hisoparon. Dio negativo. En el gobierno hubo hasta cadena de oración para el doctor... hay que tener la moral alta... es un general importante en esta guerra...- opinó el Omar, y los muchachos hicieron silencio cada uno concentrado en su propio plato.

La charla pasó de los temas sanitarios a los políticos.

- A mí me parece bien la línea política correcta de Alberto y también de Rodolfo Suarez en Mendoza. La prioridad es cuidar a la gente y mantener la curva de contagios lo más chata posible. No está como para andar jodiendo, salir a correr al parque, o que abra todo el mundo...- dijo Julián, y el Omar le tiró un pancito a través de la video conferencia.

Conferencia de Alberto con gobernadores.

- Curva achatada... dejate de joder... somos el país que menos mide de la región... hacemos 456 análisis por millón de habitantes... uno de cada cinco te da positivo... hiciste tests a 19.000 personas... No es gran cosa... Islandia hace 53.000 por millón. A mí me parece que en este país te hacen el test si ya delirás de fiebre, tosés hasta dejarte la garganta como una brasa, y te sale espuma tipo detergente de los pulmones...- se quejó el Omar, y se armó una discusión de la que no se entendía nada. El Ruso trató de apaciguar.

- Ponele que aún hay pocos test, pero hay una estadística que sí es del 100 %, que es la de los muertos, y llevamos 90 contra más de 20.000 de Estados Unidos, que se lo comieron de frente.

- Eso, siempre que no haya muertes domiciliarias de personas que no alcanzan a hacerle estudios, como ocurre justamente en Estados Unidos...- insistió el Omar.

- A mí lo que me parece es que por miedo, los argentinos estamos dispuestos a hacer lo que diga Alberto en un gran porcentaje. En el 74 % decía la encuesta de ayer del Post. Eso no es sano para ninguna democracia. El paternalismo me jode...- dijo Julián. El Ruso tenía algunas cosas para contar, que había escuchado entre sus amigos de los negocios y las empresas.

- Esto está muy pesado. A ver... la mayoría del comercio comprende que hay que guardarse... las empresas también, pero nadie va a poder pagar los sueldos de abril si no es con ayuda del Estado. La implementación de los créditos viene muy demorada. Estuve testeando entre amigos de la FEM, hoteleros, restaurantes, agencias de turismo. Los de los hoteles chicos, una y dos estrellas, están pensando en cerrar. Y volver cuando se prenda la luz otra vez. Porque no pueden aguantar. Los tipos ya saben que van a tener por lo menos tres meses de inactividad.

- A los restaurantes no les conviene abrir ahora...- especuló el gordo.

- ¡No! Porque... ¿quién va a ir, si la gente no tiene guita porque no factura, ni cobra, ni vende? Tenés más gastos con el local abierto, que cerrado. Además, hay otro lío. Con el tema de los "Repro", ese programa para que el Estado te garpe parte del sueldo de cada trabajador cuando tu empresa está en crisis. Porque para las firmas con más de 100 empleados, va a ser "no contributivo", es decir, el empleador no tiene que pagar aportes por esos salarios. Pero las que tienen más de 60 empleados y menos de 100, sí tienen que pagar esos aportes. Lo que dicen los amigos es que está mal armada la "tabla". Qué se yo... es verdad que hay anuncios entre créditos, postergación de aportes, los Repro, que van a incluir a más monotributistas en las diez lucas de ayuda, pero los que generan empleo genuino y que no están trabajando nada, están en la recontra lona...- se quejó el Ruso.

- Amigos... esto es una crisis de proporciones bíblicas en serio... todos vamos a estar en la lona, mal... De esta, vamos a salir más pobres porque ya éramos pobres. Estados Unidos metió dos billones de dólares de ayuda a empresas, pymes, empleados... 37 millones de personas más con seguro de desempleo... el paquete más grande en la historia de su país... y nosotros, pensando en las diez lucas, Repro, repartir los ATN, o lanzar cuasimonedas... Entonces, hay que aguantar, y poner el hombro, todos...- dijo el gordo, mientras se servía su última porción de calabresa. -Hay que tener cuidado... una cosa es la agencia de viajes o el negocio de turismo que está al borde la quiebra este mes, y otra distinta, es los avivados que quieren ganar con esto... ya sea los que le vendieron con sobreprecio al Estado, como los que "lloran de más" para sacar algo en esta crisis. Ese, le está sacando de la boca al que no tiene para morfar...- dijo el anfitrión virtual de la cena.

- Yo, lo que te digo, es que mucha gente no da más, y se van a exponer al virus laburando porque si no... no come, y van a andar por Mendoza, esquivando a la policía, o con declaraciones juradas con pequeñas mentiras, para poder circular...- dijo el Omar, con un dejo de tristeza.

- Es verdad... pero cualquier empresa de Mendoza, con cincuenta o sesenta empleados, que entre las contribuciones y los salarios tiene un gasto de tres millones de pesos por mes en sueldos, en abril o mayo, quiebra. Y lo hace después de romper el "chanchito".

- ¿Sabés qué les dijo Rodolfo Suarez a los periodistas en un Zoom, ayer?

- Algo leí...

- Les dijo que Nación va a tener que liberar bastante más que los 20 millones de cheques de cada mes, para asistir a todos. A todos de verdad...-

...

La charla fue llegando a su fin. Los muchachos fueron apagando los monitores y desconectando la llamada. El Ruso se quedó en video con el gordo, charlando un rato.

- ¿Te enteraste lo del micro de jujeños?

- Sí. Estaban en un micro fondeados en un camino rural. Los descubrieron desde el aire. Gendarmería los fue a buscar y los trajeron a la terminal. Están en negociaciones y organizando la partida, porque además tienen que llegar a cosechar limones. Son golondrinas. Pero andaban con un permiso vencido. De esos, hay uno todos los días. También la cana, los de Seguridad, los fiscales, laburan hasta las dos de la mañana.

- ¿Y el amontonamiento que había en el consulado de España este sábado?

- Otro viaje, pero más VIP. Españoles de regreso a su país, que andaban por acá. Se fueron encapsulados derecho a Ezeiza. Ninguno con síntomas. Y sacaron otras dos caravanas de autos particulares, también de regreso a sus provincias, especialmente Córdoba y Buenos Aires. La cantidad de papeles y chequeos médicos dobles que hay que hacer para sacar a esta gente, no tiene nombre.

Repatriando españoles.

- Los intendentes la están pasando muy apretado. A ellos les llueven los quilombos...

- Mirá... es verdad... los de los lugares más poblados laburan desde temprano, hasta la madrugada... Dos, tres de la mañana, atajando todo... lo que sea... Desde acomodarles un SUM a los canas que no quieren volver a sus casas para no exponer a sus familias, como hizo Matías Stevanato en Maipú, hasta repartir lavandina o alcohol en gel en los barrios, u ocuparse de la gente que no puede hacer la cuarentena porque viven todos amontonados en una pieza. Es así... son la primera línea en la trinchera y tienen que poner el pechito. Me parece que en estas crisis, es cuando tienen que demostrar la verdadera madera de la buena política.

- Cambia todo después de esto...

- Sí. Hasta el modo de hacer y de entender la política. De esta nos tienen que sacar todos juntos. No hay otra vacuna.

- ¿Cómo no?

- Sí... ¡Quedate en casa!

- No te preocupes... tengo vino, jamón crudo y panes hasta la próxima temporada de Ébola...

- Jajajajaaaaaaaaaaaa!

...

Los muchachos se despidieron hasta el lunes, en que se conectarían a ver cómo encarar la semana. Julián se fue a dormir, prendió la TV, y miró si ver cualquier cosa hasta que se quedó dormido. Con suerte, esto también tendría fin. Como las pesadillas. Nunca duran toda la noche.

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