Quincho: tras la cuarentena y los contagios, y a devolver la plata en Santa Rosa

Nos preparamos a convivir con el virus. Medidas que se demoran. Los que tuvieron que caminar entre Las Cuevas y Horcones. Contagios que generan preocupación. Los sobresueldos de Trigo y Nuarte confirman un método.

Quincho: tras la cuarentena y los contagios, y a devolver la plata en Santa Rosa

Por: Mendoza Post

Julián apretó "play", y dejó que la música fuerte inundase el quincho mientras cocinaba. Ya dibujaba rayas en la pared como los presos, y planificaba la huida de su casa como si fuese Alcatraz. Sonrió con la idea de escapar de la cuarentena buceando por los canales pluviales del piedemonte. Hasta ahora, venía bancando. Esta noche tocaba otra vez "video cena" con sus amigos, al estilo de Andy. (-Un esfuerzo más... ya queda poco...-) pensó en voz alta. El rock potente de ZZ Top danzaba por las paredes del quincho, con una versión en vivo de Sharp Dressed Man, de 2008. El gordo tenía todos los discos de los barbudos.

Pensó en las palabras del presidente Alberto el sábado por la mañana. El 13 empezaban a abrir la cuarentena de a poco.

- Menos mal...- esto no da para más. Se cae solo, por la economía. ¿Tenés idea de lo que va a costar volver? - le dijo a su amigo el Ruso, que peleaba para sacar un arroz al champagne con langostinos más o menos decente, con una receta que le había dado Julián. En el quincho, el aroma de la cazuela criolla salía por las ventanas rumbo al cielo inesperadamente limpio del casco urbano mendocino.

Amaba esta cazuela, plato clásico de la cocina familiar de los abuelos, en Benegas. Primero, habían cortado un pedazo de marotilla, en trozos chicos. Como unos 4 centímetros. Hizo lo mismo con un trozo de pechito de cerdo que le quedaba. Los pasó por harina, sal y pimienta, y los salteó en oliva y manteca. En ese mismo fondo de cocción agregó una cebolla cortada, un par de dientes de ajo triturado como para ir armando un poco de jugo y sabor, sumó caldo, y agregó unos porotos alubia que había precocido. Dejó caminar los porotos, unas zanahorias en juliana, un pimiento cortado en rodajas, sumó un par de "choris" que había desgrasado aparte en una olla, luego fue el turno de media taza de salsa de tomates, la carne, el zapallo, el grano de choclo, y voilá. En cuanto el zapallo estuvo listo, Julián agregó una longaniza en rodajas, y dejó apenas unos minutos más. Al final, la condimentaría con perejil fresco. Un verdadero poema de sabores, aromas, texturas, y tradición criolla. Su abuela había traído esa cazuela de los confines de la pampa húmeda, y le había ido agregando "toques" mendocinos.

La Cazuela de porotos, a full.

Julián apenas si espió en el televisor -muteado- el parte oficial de los nuevos contagios. Había pasado muchas horas de intranquilidad. Le preocupaban los escraches, los "grises" en algunos contagios de los que se sabe poco, y que hubiese casos de personas jóvenes infectadas en Mendoza. Del otro lado del monitor del Zoom, el Ruso se quejaba de los precios de las verduras. - En 16 días de cuarentena ya me gasté casi cinco lucas en la verdulería. Están locos...- se quejó. El gordo sonrió, pero sabía que su amigo tenía razón.

En unos minutos, la cena estuvo servida, y los amigos se habían conectado.

- ¿Cuántas cenas a la distancia quedarían?

- Nadie lo sabe. Puede que pocas, antes de que se funda el país y la economía nos contamine más que el virus.

...

La charla se armó rapidito alrededor de los últimos casos, y de algunas zonas grises que hacen sospechar de malas noticias que tarde o temprano sobrevendrán: la circulación local del virus.

- Estoy muy dolido por lo de la familia de Las Heras, la que escracharon en el Barrio Municipal. Unos salvajes. Tuvieron al infectado número 25, que fue la segunda muerte de Mendoza. Un hombre de 73 años. Difundieron mentiras, amenazaron con prender fuego, acusaron a la familia de no hacer la cuarentena... y la verdad es que la hija de ese señor estaba en uno de los equipos voluntarios de apoyo terapéutico a las personas contagiadas y a sus familiares. La chica y su familia cumplieron con todo. Pero los vecinos se portaron como el culo. Un espanto. Encima del dolor de no haber podido velar ni enterrar como un cristiano al jefe de la familia, soportar este acoso. Es penoso...- dijo Julián, mientras servía un Doña Paula Estate Malbec para pasar la tristeza, en su propia copa. Los amigos miraban desde sus monitores. El Omar, que se había hecho un risotto al uso nostro, peguntó cómo era ese caso. El Ruso conocía a la familia, de un instituto docente en el que tenían relación.

Calles vacías en plena cuarentena.

- Hubo errores en la comunicación del caso, porque quedó una "ventana" de tiempo. La verdad es que no se sabe dónde se contagió. Él volvió de Mar del Plata en colectivo el 3 de marzo. Ni sus familiares ni las personas que viajaron en ese micro tuvieron contagio. El primer caso oficial de Mar del Plata fue el 13 de marzo. Es decir, si se contagió allá, es porque hubo circulación social del virus en aquella ciudad antes de que lo reconozcan oficialmente. El asunto es que este señor arrancó con episodios de 37,5 de fiebre, y diarrea... sé que estamos cenando, pero los detalles son importantes. Hicieron la consulta médica, y le dieron un medicamento para ese problema específico, y a la casa. Después tuvo más fiebre y aparecieron los síntomas respiratorios. Lo internaron el 30, le hicieron el test el 31 y se murió el 1. Supieron el resultado cuando ya había fallecido en el Lagomaggiore.

- Se contagió en Mendoza... ¿dónde más? - dijo Ludovico, que se había cocinado unos choris a la portuguesa con puré. Como para correr adentro de su casa unos 21 k, por lo menos.

- La verdad es que no lo saben. No pudieron establecer el nexo epidemiológico. Tampoco con la mujer de 50 años de la que dieron parte con "insuficiencia respiratoria grave" en el Hospital Italiano. Se sabe que estuvo en contacto con unos italianos que vinieron a Mendoza, pero no se pudo determinar si esas personas luego enfermaron en Italia o si habían contraído el virus acá...- contó el Omar.

- A mí me preocupa la gente joven... Un hombre de 44, dos mujeres de 50 años, una de 53 años, y una de 42, uno de 31 años, un pibe de 22 años, una de 29... qué se yo... Ayer me enteré que uno de los que dio positivo en el Hospital El Carmen es deportista, corredor. Una persona muy sana. Arrancó con insuficiencia respiratoria... y ahí está...- dijo el Ruso. El gordo vio cómo venía la mano y trató de ordenar la conversación y de bajar la ansiedad de sus amigos.

- Miren amigos, yo sé que la política, tanto el gobierno como la oposición, se están preparando para que en algún momento tengamos circulación social del virus y un pico de casos. El problema es que esta "expectativa" va cruzada con los tiempos de la cuarentena... ¿cómo largás la gente a la calle en el peor momento del virus, sobre todo después del espantoso día que tuvimos el viernes, con los viejos amontonados en los bancos por todas partes, para cobrar? Hasta los medios internacionales reflejaron el papelón argentino...- anunció, mientras -no sin cierta preocupación por su figura- se sirvió otra generosa porción de cazuela criolla.

- Entonces... a lo que vamos... -y lo saben el gobernador, los empresarios, los gremios y los intendentes de Mendoza- es a la convivencia con el coronavirus, que deberá ser controlada y muy cuidadosa...- dijo el Omar.

- Exacto. De hecho, acá se están preparando para eso. Se habla de volver al "estado previo" a la cuarentena. Es decir, sin clases, fronteras cerradas, con el Estado laburando al mínimo, manteniendo el aislamiento a las personas mayores y grupos de riesgo... pero con el comercio, la industria, las actividades económicas y los bancos funcionando a full.

- Yo no entiendo cómo fue que los bancos lograron no ser "esenciales", es decir, que les permitieran laburar en un régimen aunque fuere como en los supermercados, que no pararon nunca. El viernes hubo de todo. Muchos jubilados fueron a hacer trámites que o tenían que ver con cobrar... ¿Qué ibas a hacer? ¿No los iban a atender? Sé que hubo cajeros humanos que ese día atendieron hasta 200 personas cada uno. Qué se yo... fue una mala decisión dejarlos afuera... debieron haber laburado. Hubo culpas compartidas... la Anses que no dio claro el cronograma, que por otra parte debieron separarlo por DNI.... ¿por qué acá el sábado no hubo lío? Hubo municipalidades que laburaron bien, a otras los desbordó el problema... - dijo Ludovico.

Él día en que se rompió la cuarentena.

- ¿Pero se sabe cómo vamos a salir de la cuarentena? - preguntó el Ruso.

- El presidente dijo gradual. Y yo sé que acá el gobierno y los departamentos están preparando distintos escenarios de regulaciones, de acuerdo a cómo venga el decreto nacional. Pero la versión es volver al estado de cosas anterior al 20 de marzo. Con muchas restricciones.

- Y... nos vamos a tener que acostumbrar... cambiar hábitos... ser mucho más higiénicos en los lugares públicos y en los de trabajo...- dijo el Omar, pasando el pancito en el plato.

- Yo estoy muy preocupado por los negocios... el comercio de Mendoza... para la Ciudad el desafío de volver a la normalidad va a ser enorme... Acá, se vivía mucho del turismo... a Mendoza le había ido muy bien en los últimos años con los turistas... pero ahora, con las fronteras cerradas... imagínate... ¿quién va a poder viajar? Y aunque las abran, el turismo interno va a estar sin un peso. Y al exterior, no va ni el gato... ¿Qué argentino va a querer viajar a Roma, Madrid, Miami, Brasil, o cualquier otro destino? El cagazo va a ser muy grande...- dijo el hombre de los negocios, y contó un dato. - Miren... tengo un amigo que negocia paquetes en Puerto Madryn... allá tienen temporada de ballenas de mayo a diciembre, y luego playas y verano hasta marzo... Más la temporada de cruceros que son 3.000 turistas extranjeros por semana durante casi todo el verano. Bueno, consideran que está todo perdido hasta el verano 2021-2022. Los extranjeros compran esos paquetes con mucha anticipación y no han vendido ni un ticket...- contó. Los amigos hicieron silencio. El Omar tenía una anécdota.

- ¿Saben cuántos kilómetros hay entre el complejo aduanero en Horcones, y Las Cuevas? - preguntó el radical del grupete.

- A ver... 12 kilómetros... un poco más... tal vez 13 kms...- dijo el Ruso.

- Bueno... hay mucha descoordinación entre las aduanas, el gobierno nacional, la provincia... mucho lío en el operativo de regreso de los que están trayendo de Chile. El jueves, los chilenos los dejaron de a pie ni bien cruzaron, en Las Cuevas, y los pasajeros repatriados se tuvieron que venir los exactamente 12 kilómetros y 800 metros a pata, caminando hasta Horcones. Un porteño, cuatro sanjuaninos, diez de la provincia de Buenos Aires y Cuatro mendocinos. La provincia les mandó un colectivo para rescatarlos. El viernes volvió a pasar y fueron ocho los que tuvieron que hacerse parte de la alta montaña a pata en la ruta 7, hasta que los volvió a rescatar la provincia. Y este sábado, estaban todos metidos a full con el gobernador a la cabeza, con el operativo de fin de cosecha, porque habrá quilombo para poder trasladar a los obreros "golondrina" de regreso a sus provincias.

- Che cuántos problemas con la implementación de las cosas...- se quejó Ludovico. - Mirá lo que pasó con los subsidios a los empleados en blanco, para aliviar a las empresas. Ya tuvieron que reconocer que queda para el mes que viene. Bien que las diez lucas a la AUH y la clientela social las pusieron enseguida...- insistió.

- ¡Gorila! - le gritó el gordo. Y los amigos estallaron en carcajadas.

...

La cena fue llegando a su fin. Cada uno tenía preparado su café, sin postres esta vez, La cuarentena les estaba resultando demasiado gastronómica.

El Ruso y el gordo se quedaron activos en el video chat.

- Gordo... viste que al final, lo de Santa Rosa se empieza a descubrir...

- Y sí. Era obvio... pero lo que hay que señalar es que una fiscalía, en este caso la Fiscalía de Estado, los embocó por los sobresueldos y van a tener que devolver la plata. Y que la Flor Destéfanis tuvo la presencia de ánimo de denunciarlos. Porque a veces, en algunos pueblos, entre bomberos no se pisan la manguera. Una vergüenza lo que hicieron. Se aumentaron los sueldos ellos y sus acólitos a escondidas. Norma Trigo y su "mano derecha" Marcos Nuarte. Ahora van a tener que afrontar investigaciones penales. Veremos cómo les va con las otras investigaciones que hay. Lo que está bien, es que no haya impunidad. También es cierto es que por eso perdieron Santa Rosa... ¿no? No dejaron una sin hacer.

Norma Trigo y Marcos Nuarte. Van a tener que devolver la plata.

- Che... qué flojos los de DirecTV. Deberían ser servicio esencial... los de Internet por lo menos.

- Es verdad. A una persona que conozco le arrimaron el cable con la conexión de Internet hasta la puerta de la casa, con las instrucciones, y arreglate como puedas.

- ¿Y si no anda?

- Bueno, es lo que pasó... Se debe estar gastando el dedo llamando al 0800.

- Qué bárbaro... lo otro que he visto, que algunos se han tomado la cuarentena muy laxa en el Estado.

- Es cierto... a algunos los ves al pie del cañón laburando... pero hay algunos casi "de vacaciones" y así no salen las cosas... Los expedientes no se hacen solos. Acá hay que laburar mucho para volver a prender Mendoza. Hay memos internos de directores pidiendo a sus empleados que laburen, que los están midiendo...

- ¿Cuánto tardaremos en arrancar otra vez?

- Mucho tiempo. Todos vamos a tener que poner mucha voluntad, cabeza. Es una prueba de fuego para todos nosotros, como mendocinos, nacidos y criados o los que se vinieron para vivirla toda acá, y como argentinos. De esta o salimos solidarios, distintos, y mejores, o nos extinguimos como los dinosaurios.

- ¿Vivos?

- ¡Jajajajajajaaaaaaaaaaaaa!

...

Y así, entre chanzas y carcajadas, los amigos se olvidaron un rato de la cuarentena. Después, apagaron los monitores. La noche silenciosa quedaba por delante.

...

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