Los bancos están abiertos y el Centro, desierto

Hay más policías, preventores y cajeros que jubilados para cobrar. Las veredas huelen a lavandina, pero nadie fue hoy a los bancos.

Los bancos están abiertos y el Centro, desierto

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

Salir a la zona bancaria mendocina hoy da tanta o más pena que ayer: después del terrible viernes que vivieron los jubilados haciendo fila desde la madrugada sin baños, con frío y expuestos al contagio por haber salido masivamente a cobrar sus haberes, hoy hay más cajeros que clientes en los bancos. 

Mientras que las fotos de ayer mostraban colas que daban vuelta a cada una de las manzanas, hoy las puertas de los bancos están abiertas pero no sólo no hay filas sino que tampoco hay gente adentro, esperando a ser atendida. 

En la sucursal del Banco Supervielle, uno de los elegidos por los jubilados, charlaban a unos metros de la puerta los guardias y el personal de limpieza. "Vinieron tres personas en una hora y media, ayer fue una locura, pero hoy no vino nadie", comentó al Post uno de los guardias. Agregó que podía ser porque al ordenar la atención por finalización de DNI "tal vez ayer ya vinieron". Había incluso Policía Turística dentro de las sucursales.

La Policía Turística acudió como "refuerzo", pero para nada.

 A la total improvisación de ayer, que derivó en críticas en todo el país y hasta en el extranjero por el quiebre del aislamiento que significó ver a más de cien mil jubilados en la calle, se le opuso la previsión que comenzaron a tomar anoche bancos y municipios. 

Anoche pusieron sillas espaciadas y baños químicos en varias localidades argentinas, como en el departamento de Las Heras. También, para evitar el amontonamiento, la zona bancaria fue copada por policías y preventores que no tenían a quien dar órdenes. 

Pocas sillas coupadas en Las Heras

Todo vacío en Rivadavia

Otra previsión que se tomó fue desinfectar las veredas y espacios de entrada de las entidades bancarias, algo que ayer no se hizo. Las veredas del centro huelen a lavandina y los hombres de blanco se ven por los alrededores de la Plaza San Martín, pero no hay nadie allí para agradecerles su tarea. 

Uno de los desinfectadores tomado "in fraganti" por el Post

Lamentablemente, el día de hoy muestra que se podría haber hecho bien lo que se hizo terriblemente mal ayer. 

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