Cuarentena homeless:  "Me quedaría en casa, pero vivo al aire libre"

Acostumbrado a subsistir de la caridad en la calle, el hombre explica cómo transcurren el aislamiento los que no tienen demasiado que perder.

Cuarentena homeless: "Me quedaría en casa, pero vivo al aire libre"

 Ceferino Vega es un sin techo que suele pasar sus días en las inmediaciones del barrio Unimev de Guaymallén, donde mucha gente lo conoce y lo asiste con algunas monedas, por que el hombre es respetuoso y hasta más inteligente que cualquier bien vestido. Tiene 52 años y se considera alcohólico, pero no es de los que hacen espectáculos en la calle.

"Tomo, bastante, es verdad, lo mío es una enfermedad", dice, mientras acomoda sus cosas en una de sus mochilas. Por más que hace años que vive al margen de la información (ni tele, ni radio, ni redes sociales), está al tanto de la pandemia mundial del coronavirus. 

"Nos hemos ido dado cuenta por las personas que nos ayudan cuando pedimos con mis compañeros por las casas. Hay gente que antes nos daba la comida en la mano y ahora nos dicen que nos alejemos un poco y nos dejan el paquete en el piso para que cuando ellos se vayan lo agarremos". 

Ceferino Vega cuenta que vive en la calle desde los siete años. Afirma que la peste "pone a la gente más buena".

La vida de Ceferino se divide en caminar, beber y conversar, a veces se los ve con perros que lo acompañan, a veces con otros sin techo y a veces solo. Dice que ha vivido bastante y se nota que no espera demasiado del futuro: "Desde los siete años que estoy en la calle. Cada tanto tengo problemas con la policía pero cada vez menos. Y menos ahora que están más preocupados en que la gente no ande mucho tiempo en la calle. Yo estoy en situación de calle así que para mí la cosa no ha cambiado demasiado. He escuchado, por lo que me cuentan algunos testigos de Jehová que saben pararse para hablar, que no hay que salir de las casas, pero yo no tengo casa; ¿voy a cerrar la puerta con el mismo aire?", dice y se ríe. 

"A mi no me va a pasar nada porque tengo mansos sentimientos".

"Yo duermo donde puedo y siempre sobre cartones". En el Gran Mendoza, según las últimas mediciones de Desarrollo Social, hay unas 350 personas en situación de calle, algunos que cuentan con más voluntad, cada tanto son revisados por médicos de ONG's, y asisten a lugares donde les dan algo de comer. 

Pero no es el caso de Ceferino que es un outsider dentro de los marginados. "La última vez que me vio un doctor fue cuando me atropelló una camioneta y me hizo bosta la pierna. Pero por el tema del virus no me he hecho ver". Mientras cuenta su presente, Ceferino ve pasar a gente con barbijos por la vereda; algunos lo saludan porque, como se ha dicho, es un hombre amable y respetuoso.

Ceferino vive en la zona del barrio Unimev.

"Se nota el miedo en la gente con los barbijos y mirando al piso con sus ojos llenos de pánico, además se nota mucho eso de que no anda nadie en la calle, están todos encerrados. Están como locos con la cuarentena (sic). Se te alejan cuando te ven, hay más desconfianza. Yo estoy acostumbrado a que se aleje la gente, pero lo que pasa ahora no lo vi nunca. De todas maneras, la gente que normalmente me ayuda con algo de comida y con monedas, ahora me ayuda más; porque también parece que la peste pone más buena a alguna gente". 

Ver: Qué pasará cuando el virus ataque a la pobreza de Mendoza

Entre sus colegas homeless, Ceferino cuenta que tiene uno que es "bastante religioso, parece que ha leído bastante la biblia, pero no me junto mucho con él porque le gusta andar con el torso desnudo y eso espanta a la gente a la que le pedimos. Además escabia vino sin esconder nada. Yo al mío lo tengo escondido. Bueno, resulta que este chico me ha dicho que esta es una de las siete plagas que vendrán antes del fin del mundo. Igual tengo fe que el fin del mundo no me va a llegar a mí. Tengo manso corazón y mansos sentimientos. A nosotros, los buenos, no nos va a pasar nada con esta peste. Por eso no temo. A lo que le temo es a los pecados que puedo mandarme, pero por lo demás, yo quiero seguir viviendo". 

En referencia a las recomendaciones de la OMS acerca de lavarse las manos con agua y jabón o usar alcohol en gel para evitar el contagio del virus, Ceferino asegura que se lava las manos y con jabón cada vez que da con una canilla. Y en cuanto al alcohol en gel, dice: "He probado alcohol toda mi vida, de hecho soy alcohólico, pero en gel, nunca".

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