El asesino serial Michel Fourniret estuvo involucrado, según relevó su ex esposa, en la intrigante desaparición de una niña de 9 años.
Los dos policiales más oscuros de Francia tuvieron un giro inesperado
Las historias del asesino serial Michel Fourniret y de la desaparecida niña Estelle Mouzin, protagonistas de los policiales más importantes de Francia en las últimas décadas, se entrecruzaron -como se especulaba- por la declaración de la ex esposa del homicida.
Fourniret tiene 77 años, es conocido como el "Ogro de Ardenes" y está preso con una condena perpetua. Confesó que secuestró, violó y asesinó a nueve niñas entre las décadas de 1980 y 1990, además de ser sospechoso de otras diez muertes más. Al menos a dos de sus víctimas las enterró en las inmediaciones de su castillo.
Estelle Mouzin tenía 9 años cuando, a principio de enero de 2003, desapareció cuando regresaba de la escuela, en su ciudad Guermantes, a la casa de su madre, quien estaba en proceso de divorcio del padre de la niña. Fue vista por última vez frente a una panadería y los medios de comunicación brindaron una extensa y continua cobertura al caso, haciendo de la historia una de las más atrapantes de los temas policiales.
La por entonces esposa de Fourniret en 2003, Monique Olivier, lo denunció por temor a que ella sea vinculada a sus ataques y ser condenada por complicidad. El hombre había sido acusado por comportamiento sexual inapropiado y acusado de rapto de menores.
Olivier había tomado el ejemplo de Michelle Martin: fue condenada a 30 años de prisión por ser cómplice de los crímenes que cometió su marido, el asesino en serie Marc Dutroux. Fourniret está en prisión desde junio de 2003 por intentar secuestrar a una adolescente en el año 2000. Después confesó ser el autor de crímenes y en 2008 recibió la condena perpetua.
El primer sospechoso de la desaparición de Estelle fue Fourniret. Pero desde un primer momento afirmó que en el momento en que la niña desapareció, él se encontraba en su casa y realizó una llamada telefónica a su hijo. En noviembre de 2019 esa coartada comenzó a desmoronarse para el asesino: Olivier reconoció que esa llama existió, pero que fue ella quien la realizó por pedido de su esposo quien, justamente, no se encontraba en el domicilio.
Según BFM TV de Francia, este viernes la declaración de Olivier ante el juez fue contundente y reconoció que su ex esposo estuvo vinculado a la desaparición de Mouzin porque en los días o semanas anteriores había realizado una exploración por ese lugar.
Según FranceInfo, Fourniret le habría dejado entrever al juez, en la última audiencia en noviembre, que "si fuera usted, buscaría entre la escuela y el hogar".