Crónicas del subsuelo: Primera soledad, esa canción

Crónicas del subsuelo: Primera soledad, esa canción

Por:Marcelo Padilla

Llegamos al 24 de diciembre, es la previa de las fiestas más angustiantes que recuerde, hablo de lo colectivo, de una sensación que pendula entre la fuerza liberadora del espíritu popular en las calles y las corridas por las balas de la policía. De una esperanza hace poco devuelta por la salida del gobierno de Macri que hizo añicos al país por cuatro intensos años y la confirmación del mismo modelo a nivel provincial que ni bien asumió metió el dedo en llaga elevando un proyecto de reforma de una ley ambiental con 12 años de vigencia. Pero esto no esto todo. Aquí el problema se agudiza cuando el propio gobernador busca "consensos" con la oposición, especialmente con el peronismo legislativo, para que la reforma a la ley 7722 saliera, digamos, de manera "consentida". La lógica, tal vez, que pensaron unos y otros, fuera la sumatoria de votos que ambos sectores obtuvieron en las elecciones de setiembre pasado. Pura matemática y estadística.

Los números siguen siendo números que guían pero no siempre coinciden con el sentir de los sectores populares, incluyendo a la gran clase media mendocina que pendula ideológicamente y sobre todo económicamente, entre "ser y pertenecer" al imaginario cool de una provincia malbec, atiborrada de bodegas extranjeras que utilizan la mano de obra a su criterio y compran la uva a pequeños productores al precio que se les canta. El sector bodeguero de Mendoza genera divisas convenientes para el establishment pero mantiene una enorme desigualdad como fuerza productiva. Pagando miseria por el tacho de uva en la cosecha y excluyendo mano de obra por el ingreso de tecnologías eficientes para el riego y mantenimiento de las parcelas. El modelo bodeguero mendocino, hay que decirlo, casi que no es mendocino, se asienta en Mendoza, toma la tierra y base de operaciones para producir, generar movimiento, y llevarse los dólares. Son los franceses, españoles y norteamericanos los que terminan gobernando los precios aunque el presidente del INV sea un criollo colono del pago chico.

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El consenso aparente entre el oficialismo y la oposición (recordemos las flores que le tiraban legisladores peronistas al gobernador del diálogo) se rompió, no solo entre los consentidos sino en lo que fue gestando el pueblo mendocino en la disidencia. Ya comentamos algo al respecto sobre la ruptura de un romance. Sí, el romance entre el Aniceto y la Francisca que terminó con la reforma aprobada sin discusión en la población, en un día, entre gallos y medianoche, en la legislatura vallada. "Vallas donde vayas" decía un amigue. El romance se rompió además entre representantes y representados, porque una vez aprobada en la legislatura, y, creyendo los concertistas de la obra que la protesta de la barrita de afuera iba a callar, se realiza la epopéyica marcha del interior de la provincia hacia la capital de Mendoza el domingo a las 8 de la mañana, saliendo de Eugenio Bustos, desde Lavalle, San Martín, y Alvear. De todos los puntos cardinales caminaron niños y niñas, familias enteras, trabajadoras y trabajadores, en auto o camioneta, camiones y bicicletas, peregrinando algunos con la Virgen de la Carrodilla, en ese "estar sagrado de lo popular" que más que opio de la conciencia se transforma en estandarte de protección en la lucha social. Más de 20 mil mendocinos y mendocinas empezaron a reescribir una historia, un niño recorrió 50 kilómetros en bicicleta, una madre cargando a su guagua, un padre pechando un cochecito, muchísima juventud y gente mayor, en el peregrinar plebeyo.

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La marcha se realiza durante todo el domingo mientras los medios de comunicación decían nada sobre lo que del subsuelo de la Mendoza negada, empezaba a brotar. Nada. Algunas notitas de color o anticipaciones a incidentes que por supuesto eran advertencias para los manifestantes como si se tratara de voceros del pacto, voceros del gobierno. El gobierno de Mendoza también son los medios de comunicación que informan lo que la pauta les permite, y de tanta obediencia por la pauta -porque el llanto es "se me cae el emprendimiento"-, la empresarial complicidad de la noticia. Sin embargo la plebe ha resuelto su fe en comunidad y no le hace caso a lo que oculten o digan los canales de televisión, ni lo que escriban los diarios, ni mucho menos lo que digan representantes políticos que suman por la lógica, el pueblo se mueve ya por el sentimiento, la convicción y el factor emocional de poner su cuerpo de bestia dormida a rodar en las rutas.

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A pocos kilómetros antes de llegar al nudo vial, podían verse los autos y los acampes de los caminantes, un rato de descanso para de una buena vez encontrarse en el nudo vial con todas las caravanas del interior y marchar a primera hora del lunes a casa de gobierno. Más de 30 mil personas marcharon y 50 mil se juntaron porque hay que agregar a los miles de mendocinos de la periferia de la capital que hicieron suya la defensa de la 7722 y fueron a la protesta para que el gobernador VETE la ley aprobada por el pacto legislativo. Fue lo más grande que vi en mi vida desde la recuperación democrática. Entre las gentes del pueblo enfrente de una Casa de Gobierno vallada circulaban artistas, estudiantes universitarios, militantes y curiosos, pero el factor común y dominante era el componente popular que venía de las entrañas de la provincia. Luego lo que hemos visto por las redes sociales a partir de la lamentable conferencia de prensa del responsable de medio ambiente local, que antes era ambientalista, claro. Suárez dijo que NO al veto a través de su chasqui. Y el pueblo no se movió del lugar bajo un calor insoportable. Hablamos de diciembre en Mendoza, hablamos del mal del zonda y de la diablada. Hablamos de una conjura. Luego la invención de "los incidentes", grupos especiales de tareas "rompe-marchas" que tiran piedras y se meten infiltrados entre la gente para justificar una cacería brutal por toda la ciudad de Mendoza. Sin embargo, la noche llegó y las asambleas espontáneas en las esquinas de una ciudad tomada por el pueblo aguantaron la parada, que no se calló, no se amedrentó y puso en jaque a todo el poder político de la provincia. Ahora salió en todos los diarios, en la televisión, y saltó a la tapa de los medios nacionales, también internacionales. Los caminos del vino ahora tienen sangre. No hay feliz noche buena, baja un bramido huarpe y diaguita de las montañas, el hedor inmigrante de las chacras, la pueblada mendocina es canto en el rugir del agua, Primera Soledad, esa canción.