La reacción de sobreviviente del Próvolo en Italia al conocer la sentencia

Gianni Bisoli se emocionó y agradeció a la justicia argentina por la condena a Nicola Corradi.

La reacción de sobreviviente del Próvolo en Italia al conocer la sentencia

Por: Mendoza Post

Este lunes en Mendoza fueron condenados los curas Nicola Bruno Corradi y Horacio Hugo Corbacho Blanc y el jardinero Armando Ramón Gómez por abuso y corrupción de menores.

La Justicia comprobó 28 ataques y torturas sexuales a varones y mujeres sordos de entre 7 y 17 años víctimas de los trabajadores del Instituto Antonio Próvolo entre 2005 y 2016.

La repercusión de la sentencia de 42 años de prisión para Nicola Corradi, 45 años para Corbacho y 18 para el jardinero, llegó hasta Italia donde uno de los denunciantes, Gianni Bisoli, se enteró de la condena y agradeció a la justicia argentina.

Bisoli estuvo internado en la sede del Próvolo de Verona cuando tenía nueve años y logró denunciar a 130 sacerdotes por abusos sexuales ocurridos en esa institución entre 1955 y 1984, entre ellos al propio Corradi.

Este lunes, Bisoli -de 71 años- esperó expectante el veredicto del Tribunal Penal Colegiado Nº 2 de Mendoza, integrado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli, y al enterarse de las condena expresó con alivio y lágrimas asomando por sus ojos: "Finalmente después de tantos años... ¡Gracias a la justicia argentina!".

Gianni Bisoli

Su reacción fue filmada y compartida en el perfil de Facebook de esa asociación. "Nuestro compañero Gianni Bisoli, cuando se enteró de la sentencia impuesta al sacerdote veronés Don Nicola Corradi y un mensaje a las víctimas argentinas", escribieron junto a la publicación. Junto a Bisoli estaban otras víctimas que dijeron que la condena les da fuerza para seguir adelante con su batalla.

En cuanto a las denuncias en la sede italiana, se constataron violaciones, masturbaciones obligadas y relaciones de sodomía cometidas en los dormitorios y baños.

Bisoli contó públicamente lo que sufrió durante su infancia: "Soy sordo desde mis ocho años. Empecé a ir al Instituto Antonio Próvolo en Verona a los nueve. Tres meses después de mi llegada comencé a ser sodomizado, obligado a tener sexo oral y a masturbar a dieciséis sacerdotes y hermanos religiosos de la escuela".

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