La "grieta" de la Corte mendocina

Los jueces quedaron divididos en dos grupos que no pudieron acordar siquiera el funcionamiento, cuando tienen por delante casos de interés político.Los jueces peronistas ganaron una pulseada por la presidencia del tribunal.

La "grieta" de la Corte mendocina

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

La Suprema Corte de Justicia de Mendoza quedó partida en dos grupos claramente diferenciados. Uno "peronista" con los jueces Mario Adaro, Omar Palermo y Julio Gómez, y otro "radical" conformado por José Valerio, Dalmiro Garay y Pedro Llorente. El juez Jorge Nanclares, elegido por un ajustado 4 a 3 al frente del tribunal, buscará orbitar entre ambos grupos. La votación de ayer a la mañana para elegir presidente del máximo tribunal mendocino explicitó la grieta que había "debutado" en un caso político de trascendencia, con la reelección indefinida de los intendentes. Los jueces "peronistas" votaron por los caciques de su partido, que querían ser candidatos una vez más, y los "radicales", a favor de la negativa que había promulgado Cornejo. Ganaron los primeros, aunque en el fallo de fondo Cornejo consiguió limitar las reelecciones.

Puede que el cambio de aire político a nivel nacional, tanto como las profundas reformas que Alfredo Cornejo promovió en el funcionamiento de la Justicia en estos cuatro años, no hayan predispuesto mucho a los jueces "peronistas", a votarle un presidente de la Corte a Cornejo y Rodolfo Suarez. El otro candidato era José Valerio.

Valerio, en primer plano. Perdió la votación de sus pares.

De este modo, los magistrados de origen justicialista se aseguraron un presidente que no les sería tan difícil como Valerio.

La decisión de ayer tiene consecuencias políticas. Para empezar, los jueces que votaron por Valerio no confiaron en la capacidad de Nanclares para conducir el tribunal un período más. Una fuente que conoce de primera mano lo que ocurre en la Corte dijo que el juez Nanclares "Se duerme en las reuniones... hay que avisarle para que se despierte... no puede conducir..."

Hubo negociaciones e intentos de llegar a un acuerdo mejor por la presidencia, e incluso, por el funcionamiento. Se sabe que uno de los jueces "radicales" intentó convencer al otro bando para despolitizar el tribunal todo lo posible, y dejar las tensiones políticas para los fallos de incidencia institucional. La idea era no permitir que fuese "la política" la que tironease de la Corte, sino que los mismos jueces -peronistas y radicales- administrasen los momentos de tensión. "No pudimos ponernos de acuerdo ni siquiera en eso..." dijo uno de los magistrados al POST.

Como sea, ahora la grieta está planteada. "Nanclares va a pedirle al gobierno, ni buen asuma Suarez, que abra la canilla de recursos y nombramientos. ¿Con qué autoridad lo va a hacer? Entre familiares directos e indirectos, tiene más de diez personas metidas en el Poder Judicial" señaló otro informante, mientras los jueces peronistas se resguardaron en el silencio.

Los casos políticos

Aunque la mayoría de los casos de peso institucional ya han pasado por esta Corte, quedan por resolver muchos de buen volumen político e institucional. Uno de ellos es el expediente por el fracking, el método de fractura hidráulica que Cornejo reglamentó a principio de año. Sin fracking no habrá Vaca Muerta ni petróleo no convencional. Es cierto que en el peronismo "formal" no hay dirigentes que se opongan al fracking para la explotación petrolera; salvo los muy ambientalistas. Y que Alberto Fernández tiene apuro por empujar petróleo y minería para engordar los recursos fiscales con mayores retenciones a estos sectores. Pero los jueces son un mundo aparte, y Mendoza, la única provincia "Chetoslovaca" cien por ciento luego de las elecciones, también lo es.

El prolongado juicio por el complejo invernal Penitentes es otro de los expedientes a analizar, y también pasarán por el tribunal los acuerdos paritarios y los pases a planta permanente.

La conformación de las salas también tiene sus bemoles, aunque duran un año, la mitad del período del presidente del Tribunal. En la Sala Segunda ( penal y laboral), el peronismo está dos a uno arriba. Allí están Mario Adaro, Omar Palermo y José Valerio. En esa sala que presidirá Palermo, caerán eventuales apelaciones de ex funcionarios peronistas que atraviesan procesos de corrupción. El más importante es el ex intendente de Guaymallén Luis Lobos, que ya tiene una condena por la "mucama ñoqui", y que pronto será juzgado por enriquecimiento ilícito. También están los casos de Sergio Salgado, y de Carlos López Puelles.

Documento:

Acordada. Texto del documento en que se plasmó la presidencia, y la integración de las salas.

Con la elección de ayer, quedó una Corte más al gusto del peronismo que del gobierno radical. Habrá que ver entonces si la política se refleja en los fallos. Además, Jorge Nanclares y Pedro Llorente se han estado alternando la presidencia de la Corte durante 26 años, con la excepción de Alejandro Pérez Hualde, que la condujo entre 2009 y 2011, cuando era gobernador Celso Jaque.

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