De a poco, la reina de la Vendimia se va quedando sola

Irrigación decidió no elegir más Reina del Agua. La tendencia de destronar el estereotipo de los "reinados" se acentúa. Mientras que en noviembre comienzan las elecciones de las candidatas distritales para la Vendimia y cuesta conseguir postulantes.

De a poco, la reina de la Vendimia se va quedando sola

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Fin de época. El gobernador del agua no quiere más reina.

Sergio Marinelli dispuso no elegir más por su apariencia a una mujer como difusora de la cultura hídrica de Mendoza.

Tenemos tanta escasez hídrica, que no nos da ni para elegir a la Reina del Agua. Esa podría ser una explicación coyuntural y hasta no sería una ironía, sino un acto de reconocimiento del problema que padecemos año tras año.

Pero no, los motivos hay que buscarlos en la resolución del superintendente del Departamento General de Irrigación. Marinelli recuerda en ese documento oficial que "desde el año 1946, se eligió entre las jóvenes presentes en los festejos por el Día del Agua (20 de noviembre) a la más linda de la fiesta, y esa instancia quedó incorporada desde entonces al programa de festejos".

Ella es Ayelén Caruso, la última reina provincial del Agua elegida el 20 de noviembre de 2018.

En ese devenir la reina del agua tenía por tarea difundir la cultura del resguardo del recurso. También lo hacían las representantes de cada subdelegación de Irrigación.

Decimos que es un signo de fin o cambio de época porque Marinelli expresa que "la costumbre de elegir a una mujer por sus atributos físicos, para que cumpla un rol de hacedora de la cultura del agua, hoy resulta un proceso a contramano del actual estado de maduración de la sociedad argentina en general y mendocina en particular, donde en todos los ámbitos se persigue alcanzar un empoderamiento de la mujer sobre parámetros lejanos a la belleza y más cercanos a su integridad".

Marinelli y el ministro Kerchner votaron el año pasado por la chica más bella de los cauces de agua.

Tanto queda claro con este hecho administrativo que se terminó una etapa que se dispuso que "los atributos de la Reina Provincial del Agua (cetro, capa y corona) sean resguardados y exhibidos en el Archivo Histórico del Agua, como muestra de que Irrigación es un organismo muy respetuoso de la historia del agua y las costumbres, pero también es un ente que evoluciona y acompaña el actual pensamiento de la sociedad en cuanto al respeto al rol de la mujer".

El futuro destronador

"Mendoza ya tiene embajadora del agua 2019" fue el título que el 20 de noviembre de 2018 se publicó en el sitio oficial de Irrigación.

El acto donde se hizo la última elección fue en el dique Cipolletti, en Luján de Cuyo.

"Se llevó a cabo la elección y coronación de la nueva embajadora del agua para el 2019. Se trata de Ayelén Caruso, la representante del río Mendoza, quien obtuvo la corona. En tanto que Virreina resultó la joven representante de la Zona de Riego del río Malargüe, Lidia López. Ambas serán quienes tengan la ardua tarea de transmitir conciencia entre niños y adultos, sobre la importancia de cuidar nuestro máximo recurso", se detalló en el informe de Irrigación.

Dada esta definición y sin desafiar a la tradición vendimial se nota que la figura de la reina de la máxima celebración mendocina está quedando fuera de tiempo.

María Laura Micames de San Carlos es la actual Reina de la Vendimia.

Los periodistas que se dedican a la coberturas de este tipo de fiestas populares dejaron trascender que cada vez es más es dificultoso conseguir las candidatas a la corona vendimial.

Sin embargo esos comentarios todavía son tapados por la fanfarria vendimial. Pero lo cierto es que varios municipios hacen campañas publicitarias convocando a las jóvenes que se presenten para ser candidatas de los distritos departamentales.

Las otras festividades en otras provincias como la Fiesta del Sol de San Juan ya dio el paso hacia la "embajadora" y se sacó la "realeza" de la celebración.

A la corona vendimial la acecha la indiferencia.

Ahora ocurrió lo mismo con la fiesta del Agua y fue más taxativo porque directamente dejó de existir la figura de la más linda de los cauces.

Parece cuestión de tiempo nada más. La corona vendimial se va quedando sola.

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