La Mendoza del futuro es terciaria

Nuestra matriz productiva ya cambió, ahora viene la tarea de reforzar la productividad en los sectores emergentes.

La Mendoza del futuro es terciaria

Por:Sebastián Laza (*)

La provincia de Mendoza ha ido evolucionado su matriz productiva para convertirse en una economía fuertemente terciaria. 

Según los últimos datos disponibles del Producto Bruto Geográfico, desagregados por sectores y subsectores (DEIE, 2017), el agrupamiento terciario (comercio, restaurantes y hoteles, transporte y comunicaciones, establecimientos financieros y servicios comunales, sociales y personales) genera un 65% del valor agregado provincial, versus un 23% del agrupamiento secundario (industria manufacturera, construcción y electricidad, gas y agua[1]) y sólo un 12% del agrupamiento primario (agropecuario y minas y canteras).

De esta forma, de cada U$s 10 que hoy genera Mendoza en valor agregado, casi u$s 7 provienen del comercio y los servicios, u$s 2 del sector industrial y sólo u$s 1 entre el campo y la minería e hidrocarburos, aproximadamente. Claramente la provincia ha virado hacia una matriz del tipo terciaria, lo que de alguna manera también condiciona sus políticas de formación de recursos para el trabajo (educación), estamos repletos de carreras universitarias de "cuello blanco", pocas de "cuello azul".

De todos modos, no puede soslayarse que pujantes subsectores terciarios como comercio minorista y restaurantes y hotelería, generan parte de su valor agregado gracias al turismo que atrae la industria del vino (sector secundario y primario), lo que de alguna manera extiende indirectamente el valor agregado de lo vitivinícola.

Varias lecturas pueden hacerse sobre la fuerte terciarización de nuestra matriz productiva. Por un lado, Mendoza está en la tendencia mundial, donde el comercio y los servicios generan cada vez mayor parte de los productos brutos de las naciones desarrollladas[2]. Sin embargo, por otro lado, también puede entenderse por el escaso peso que hoy tienen en nuestro PBG actividades primarias que probablemente despeguen fuerte en la provincia en los próximos años, como pueden ser la minería metalífera y el petróleo no convencional, como así también por el estancamiento del sector vitivinícola durante los últimos 10 años, a causa del atraso cambiario y la inestabilidad macro.

De todas formas, el enorme peso que hoy tiene el sector terciario en el PBG mendocino ya es casi una tendencia de fondo, y más allá de que sin dudas van a repuntar el vino, la minería y el petróleo, la matriz productiva mendocina ya se terciarizó fuertemente, ya cambió.

Recordemos que en décadas anteriores, el peso relativo en Mendoza de los sectores primario y secundario era muy superior a la actualidad, donde el comercio y los servicios (sector terciario) no superaban el 40% de nuestro PBG, a diferencia de ahora, como marcamos al principio, donde pesan 65% del PBG.

Por ejemplo a fines de la década de los '70 el sector comercio, restaurantes y hoteles incidía solo en un 8,3% del PBG local, mientras que a fines de los '80, lo hacía en un 13,6%. Hoy, como mostramos al principio, este sector ya abarca un 22% de nuestro PBG.

Para concluir

Mendoza debe trabajar fuerte para que el emergente peso relativo incremental de los sectores de comercio y servicios, sirva para volver a posicionarnos con nuestro tradicional peso del 4% en el producto nacional (o uno mayor), con políticas que apunten hacia una mayor competitividad de sus distintos subsectores. Hoy Mendoza solo "pesa" un 2,8% en el PBI nacional, un tobogán que tuvo su principal caída durante el kirchnerismo.

De esta forma, las políticas públicas del futuro gobernador (2019-23) probablemente deberían dirigirse, no solo a desarrollar la minería metalífera y el petróleo no convencional (ambos con sus adecuados controles ambientales), y a fomentar una mayor conquista de los mercados externos por parte del vino, sino también a incrementar la productividad de los sectores de servicios, en especial el Turismo y los Servicios Basados en Conocimiento (SBC), sectores adónde hoy están apostando fuertemente las principales regiones del mundo, y donde Mendoza viene haciendo progresos interesantes (turismo del vino, de convenciones y eventos, de invierno, polo TIC, polo audiovisual, etc.).

De esta forma ¿por qué no visualizar a Mendoza, para dentro de 20 años (año 2040), como un importante centro de servicios de base tecnológica, fuertemente exportador y generador de empleo de alta remuneración? Este sector, junto al turismo de cierto poder adquisitivo, al vino de calidad, el petróleo no convencional y una minería sustentable, podrían ser las locomotoras de una Mendoza líder y altamente competitiva hacia 2040.

(*)Autor: Sebastián Laza (economista)


[1] Se incluye a los sectores de la construcción y de electricidad, gas y agua dentro del agrupamiento secundario, ya que claramente no pertenecen al sector primario, pero tampoco son puramente terciarios (comercio y servicios).

[2] Ver Jeremy Rifkin, "El Fin del Trabajo", 1995, Paidos Editorial, entre otras varias publicaciones destacadas que abordan la problemática del cambio tecnológico acelerado y la terciarización de la economía mundial.

(*) Especial para Mendoza Post