Camuflado y a escondidas: el encuentro entre Luis Majul y Alberto Fernández

Por lo visto, el periodista busca reacomodarse a los tiempos que vienen.

Camuflado y a escondidas: el encuentro entre Luis Majul y Alberto Fernández

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

Pasó totalmente desapercibido, pero ocurrió. Poco después de la derrota de Mauricio Macri en las urnas, hubo una reunión "reservada" entre Luis Majul y Alberto Fernández.

Quien contó algún que otro detalle fue Horacio Verbitsky en su blog "El cohete a la luna". Lo hizo de esta manera: "El periodista más enardecido en la defensa de Macri y la diatriba contra la oposición, llegó a la sede de la calle México disfrazado, con anteojos negros, gorra y bufanda. Cuando repitió por tercera vez sus explicaciones, Fernández cortó esa autohumillación y le preguntó qué quería".

"Mantener el contacto abierto", habría dicho Majul. La respuesta del candidato no se dejó esperar: "Siempre lo tuviste, hasta que dejaste de llamar porque empezaste a trabajar para Macri. Llamá cuando quieras". Ello obligó al propio Majul a contar en su programa La Cornisa que efectivamente había establecido con Fernández "pautas de convivencia profesional básicas" ante la posibilidad de que se convierta en el futuro presidente del país.

No dio mayores detalles, pero relató textual: "Quería escucharlo porque hacía tiempo que no lo veía en persona (...) Insistió en que va a trabajar para cerrar la grieta".

Lo más sorprendente fue el final de la descripción de Majul, donde cuestionó a "los panqueques dentro de la política, el periodismo y todos los ámbitos". Para el periodista, "son una plaga, pero los necios son más peligrosos todavía". Majul culminó: "Nosotros no somos eso".

Sus palabras dieron inicio a una nueva era: las de la "fe de los conversos", donde parecen abrevar Los Leuco, los Andahazi y tantos otros que supieron ser anti kirchneristas hasta minutos antes de que Fernández derrotara a Macri.

El líder del movimiento, por mérito propio, fue Majul. Como dije un viejo adagio, "a confesión de parte, relevo de pruebas".