La extraña epidemia de baile que invadió Estrasburgo hace 500 años

Cientos de personas se vieron aquejadas de un inexplicable mal en el transcurso de un verano. Los investigadores modernos creen que se trató de un caso de histeria colectiva.

La extraña epidemia de baile que invadió Estrasburgo hace 500 años

Por: Mendoza Post

Era Estrasburgo, año 1518, y las crónicas de la época cuentan que fue una joven alsaciana, Frau Trofea, la paciente cero de una extraña epidemia de baile que recorrió la ciudad durante aquel verano. 

Todo habría comenzado una mañana de julio en la que, sin motivo aparente, Trofea comenzó a bailar de manera frenética, como en estado de trance, hasta caer desmayada por el agotamiento entrada la noche, cuenta El Mundo

Al cabo de unos días otros fueron siguiendo su ejemplo: un centenar a principios de agosto y más de 400 a final de mes. Hombres y mujeres por toda la ciudad bailando en el calor estival hasta el límite de sus fuerzas. En algunos casos, hasta la muerte.

Aunque el relato parezca sacado de un cuento o del argumento de un musical de Broadway, pero se trata de un episodio bien documentado, que aún hoy intriga y desconcierta a médicos e historiadores. 

En vista de las proporciones que tomó el asunto, las autoridades locales se vieron obligadas a buscar una solución. Consultaron con sabios y médicos que, en su mayoría, aconsejaron realizar sangrados -remedio multiusos de la época- aunque finalmente se optó por una salida mucho más imaginativa: habilitar un espacio público para que continuasen bailando. Así el mercado de grano que se hallaba detrás de la catedral fue reformado, donde se instalaron plataformas y se contrató a músicos para acompañar a los danzantes. 

Sin embargo, la solución adoptada por el ayuntamiento no resolvió gran cosa, más bien al contrario. El número de afectados continuó creciendo, así como el de víctimas (algunas crónicas hablan de hasta 15 muertes diarias)

Y de la tolerancia se pasó entonces a la prohibición. La pista de baile fue desinstalada y una ordenanza municipal prohibió música y danza en toda la ciudad, salvo para festejar bodas. 

Desbordadas, las autoridades civiles pasaron el problema a las religiosas. En ausencia de otras explicaciones, la idea de que se trataba de un castigo divino no tardó en extenderse. 

De acuerdo con la tradición, San Vito podía castigar a través de convulsiones y ataques de epilepsia, conocidos ampliamente como chorea sancti viti (baile de San Vito). El obispado decidió una peregrinación hasta la ermita consagrada al santo en una gruta a las afueras de Saverne, en los Vosgos. Allí los danzantes se calzaron zapatos rojos y caminaron alrededor de las reliquias de San Vito y de la Virgen. La mayoría de ellos, nos dicen las crónicas, recuperaron el control corporal.

La explicación

 Desde entonces, diversas hipótesis médicas han intentado explicar el extraño fenómeno. Una apuntaría a una contaminación alimentaria, concretamente a un caso de ergotismo, enfermedad causada por un hongo parásito que suele afectar al centeno. 

Se ha hablado también de sudor inglés, otra extraña epidemia que apareció en Gran Bretaña en los siglos XV y XVI, caracterizada por una transpiración extrema. Otra candidata, la sífilis, había llegado en esa época a la ciudad traída de Italia por mercenarios franceses.

Para John Waller, historiador médico y autor del libro 'A Time to Dance, a Time to Die' y de un artículo sobre el tema en The Lancet, la explicación tiene que ver más con psicología que con toxicología y el contexto es su elemento clave. 

"La hipótesis de una enfermedad psicógenica de masas (MPI) tiene más sentido, tanto por la incidencia de brotes similares en la zona como por la resistencia de los bailarines", explicó Waller.

Las malas cosechas habían golpeado la ciudad en años anteriores y el miedo al avance del ejército turco se había extendido por Europa central. El hambre, la miseria y la superstición serían el caldo de cultivo perfecto para un brote.