En primera persona. Elogio a Maple stand up.
Una de las mejores noches de mi vida... sino la mejor
La noche menos oportuna, mendocina y fría. Nada más complicado a la hora de hacer planes.
Porque en Mendoza el frío paraliza a la gente, casi tanto como la copiosa lluvia. Como si en ello les fuera la vida a los que intentan salir de sus cómodas viviendas.
El viernes se dibujó esa postal. Sin lluvia, claro, pero con un frío que invitaba a hibernar al lado de la siempre amable estufa.
No obstante, junté fuerzas y fui a verlos. Porque su fama antecede a sus propias existencias. Su talento, acaso, es inconmensurable. Eso me habían dicho, al menos.
Y allí me lancé, en una aventura impredecible e incierta. Sin mayores pretensiones, ciertamente.
Lo que vino después es difícil de describir. Porque fue una mezcla perfecta de humor, arte y aptitud. Todo ello en forma de comedia, de la mano de Maple stand up, un cuarteto de geniales cómicos.
El primero en salir al escenario será Charly Manzano, quien logrará un clima hilarante gracias a su improvisación con el público. El timing que ostenta es perfecto y su poder de observación solo es superado por su pertinente expresión corporal.
La conjunción de esas virtudes llevará al público a un callejón sin salida: la risa hilarante. No hay manera de escapar a ese destino. Al menos por unas horas.
Luego llegará el turno de Mariano "Pele" Perez, cuya presencia engaña en un primer momento. Su gesto adusto se quiebra al momento de arrancar con sus líneas de stand up. Tal contraste hará que su show sea bien eficaz.
"Pele" Gravitará entre anécdotas personales, su profesión de médico -sí, es un profesional de la medicina- y desopilantes recuerdos familiares. Todo ello coronado por las inacabables risas de los presentes.
Acto seguido, entrará en escena Tomi Vitale, el "benjamín" del grupo. El más joven y, al mismo tiempo, más oscuro.
Su humor es bien negro, pero no menos efectivo. La incorrección es su mejor herramienta. Y la catarata de imperdibles historias hace una mezcla perfecta para todo aquel que no tema descostillarse de risa.
La incorrección es su mejor herramienta, cruzando límites que nadie se había animado a cruzar antes. Por caso, al final del show bromearán con uno de sus propios compañeros, Agustín Jofré, quien tiene una grave patología pulmonar.
En lo personal, quedaré agradecido ya que habré sido testigo del mejor espectáculo de humor que vi en mi vida. Insisto: no se trata de uno de los mejores, sino del mejor de todos.
Lo recordaré durante las próximas horas, porque el dolor de mi panza, producto de la persistente risa, no me dejará olvidarlo fácilmente.