Aseguran que el opositor planeaba realizar actos de sabotaje y atentar contra políticos y militares chavistas.
Maduro acusó a Marrero de terrorista y lo tiene detenido
El ministro de Interior y Justicia del gobierno chavista de Venezuela, general Néstor Reverol, acusó a Roberto Marrero, principal colaborador del presidente interino Juan Guaidó y detenido en un allanamiento, de ser "responsable directo de la organización" de una célula terrorista.
Reverol afirmó en un mensaje transmitido por la televisora estatal VTV que los servicios de inteligencia "han desmantelado una vez más una célula terrorista que planificaba realizar un conjunto de ataques selectivos y para ello habría contratado a mercenarios colombianos y centroamericanos".
El militar sostuvo que dicha "célula terrorista" era dirigida por Marrero, jefe del Despacho de la Presidencia de Guaidó y, como éste, dirigente del partido Voluntad Popular (VP).
Según el ministro, el objetivo de ese supuesto grupo era atentar contra políticos, militares y jueces chavistas, así como "hacer actos de sabotaje a los servicios públicos para crear caos en la sociedad venezolana", reportó la agencia de noticias EFE.
Roberto Marrero, acusado de ser "responsable directo" de una célula terrorista.
"Ante el fracaso del golpe de estado que han venido planificando, ante el fracaso de intentar ingresar por nuestras fronteras la llamada ayuda humanitaria y ante la victoria del pueblo ante el golpe eléctrico, estos grupos continúan en su espiral de violencia para causar conmoción", dijo Reverol.
Dos fiscales y cuatro decenas de efectivos encapuchados del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron ayer por la madrugada los domicilios de Marrero y del diputado Sergio Vergara y arrestaron al primero y a un chofer del segundo, Luis Aguilar, según denunciaron Guaidó y VP. Guaidó y Vergara aseguraron que cuando lo sacaban de su casa, Marrero gritó que le habían plantado dos fusiles y una granada.
El representante del gobierno de Guaidó ante Estados Unidos, Carlos Vecchio, sostuvo que se trata de "una práctica que la dictadura utiliza a menudo para atacar a los disidentes".
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