La respuesta a todo es el feminismo

La derecha conservadora avanza en Latinoamérica y presiona cada vez más en nuestro país sobre los derechos de las mujeres.

La respuesta a todo es el feminismo

Por:Ingrid Beck
Periodista

Hicieron ruido en el proceso de paz de Colombia; ganaron terreno en Perú, en Ecuador, en Costa Rica, en México, en diversos países de Europa; gobiernan Brasil; presionan en la Argentina para retroceder en derechos conquistados y para evitar su ampliación. Ganan cada vez más espacio en la política y tejen fuertes alianzas con sectores de poder dentro del sistema judicial.

Su estrategia sobre los derechos reproductivos es similar en todos los países: endurecer las leyes a través de iniciativas ciudadanas o judicializar el debate.

El presidente de Brasil Jair Bolsonaro, referente de la derecha latina, durante la campaña electoral recibió una puñalada.

Están organizados y tienen muchas fuentes de financiamiento. Los sectores más conservadores de las iglesias católica y evangélica, los antiderechos, son la reacción a las demandas crecientes de las mujeres y las disidencias sexuales; son la respuesta a nuestros avances.

Son inteligentes y peligrosos, operan masivamente en las redes sociales y tienen líderes mediáticos que difunden su mensaje pseudocientífico con convicción.

Operan con gran impacto discursivo, tienen influencia en los medios masivos de comunicación y varios (demasiados) apoyos en los gobiernos. Generan noticias falsas y militan el fascismo. Hablan de #ConMisHijosNoTeMetas y de la inexistente "ideología de género" (según sus propias definiciones, "una teoría política de corte neomarxista que, a través de la reingeniería social, pretende transformar el sistema político, social, económico y cultural existente").

Defienden la familia heteronormativa como base de cualquier proyecto y militan los derechos de los padres en contraposición a los derechos de niñxs y adolescentes (como si no fueran sujetos de derecho sino propiedades de padres y madres). Se apropian de un lenguaje que no les es propio, el de los derechos humanos y se organizan frente a lo que definen como "una crisis de la familia natural".

No son un grupo de locos sueltos que se reúnen para celebrar que la tierra es plana; su proyecto pretende imponer un modelo neoconservador, amenazado por cualquier cosa que altere lo que consideran "el orden natural de las cosas".

Las feministas estamos atentas y preparadas. Este 8 de marzo vamos a llenar las calles contra quienes pretenden desalentar los avances en la batalla cultural que ya ganamos. Visibilizamos las violencias machistas en todas sus dimensiones, pusimos en la agenda pública los derechos de las mujeres, exigimos lugares en las listas electorales, somos el movimiento que más gente moviliza en todo el país. A la paleta de colores binaria rosa y celeste le dedicamos las plazas de color verde, violeta, arco iris. Al fascismo le respondemos con más feminismo.