Hillary Clinton, en el ojo de la tormenta

La exprimera dama efrenta acusaciones de corrupción por los donativos a su fundación, los cobros por discursos y los correos electrónicos ocultos mientras era secretaria de Estado de Obama.

Hillary Clinton, en el ojo de la tormenta

Por: Mendoza Post

Desde que la demócrata Hillary Clinton anunció su candidatura en las elecciones presidenciales de 2016, ha afrontado acusaciones que buscan poner en duda su honestidad.

Por ahora nadie ha probado ninguna ilegalidad y los efectos en los sondeos son mínimos.     

Concretamente, se acusa a Clinton de donativos interesados a su fundación filantrópica, cobros millonarios por sus discursos y por los de su marido, el expresidente Bill Clinton y correos electrónicos ocultos en su etapa como secretaria de Estado relativos al ataque que el consulado de Bengasi (Libia) sufrió en septiembre del año 2012, donde murió el embajador y otras tres personas. 

La campaña de la ex primera dama y exsenadora arrancó a mediados de abril. Desde entonces no hay semana que no se filtre o se divulgue una información que alimente la desconfianza.  

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Los casos que provocan desconfianza

Según citó El País, en 2008, cuando Hillary se enfrentó a Barack Obama en las primarias para la nominación demócrata, Obama basó parte de su estrategia en minar la credibilidad de Clinton. Ahora el foco apunta a la Fundación Clinton. 

El trabajo filtrantrópico de la fundación está fuera de duda. El problema son los donativos de individuos, empresas y gobiernos extranjeros. Cuando Obama nombró a Clinton secretaria de Estado, en 2009, afloró la posibilidad de que otros países influyeran, por medio de la fundación, en la política exterior de EE.UU. 

En las últimas semanas se publicó un libro (Clinton cash, del conservador Peter Schweizer) y aparecieron investigaciones en la prensa que arrojan más sospechas. The New York Times se centró en millones de dólares en donativos de un fabricante canadiense de uranio interesado en que la Administración Obama, mientras Clinton era secretaria de Estado, aprobase su venta a la agencia atómica rusa, Rosatom.

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La Administración acabó aprobando la venta. No hay pruebas de que Clinton participara en la autorización, ni de que esta tuviera que ver con el donativo. Pero la apariencia de conflicto de intereses y de búsqueda de favores extiende una sombra sobre la candidata.

Por otra parte, hace unos días se filtró que Clinton había hecho uso de su correo personal en asuntos oficiales,  durante su etapa al frente del Departamento de Estado. Y segundo, hubo revuelo por los ingresos que el matrimonio Clinton cobra por los discursos de ambos, algunos financiados por entidades con intereses en EE UU: más de 25 millones de dólares desde el inicio 2014.