Vergüenza en la Libertadores: la culpa no es solo de los barrabravas

Líderes de opinión de España y Argentina coinciden en afirmar que los ultras son el "flagelo del fútbol", pero son los dirigentes quienes les han dado el poder.

Vergüenza en la Libertadores: la culpa no es solo de los barrabravas

 Ya desde la perspectiva obtenida hoy domingo 9 de diciembre de 2018 se puede analizar un poco más tranquilos la penosa consecuencia que tuvo el ataque perpetrado el 24 de noviembre al ómnibus que transportaba al plantel xeneize. Agresión que terminó por suspender el segundo partido por la final de la Copa Libertadores de América.

Esto ha sido reflejado no solo en las charlas de café sino que hasta llegó a la prensa donde se le quitó bastante la carga a los barrabravas que generaron los hechos violentos por la suspensión y el traslado del partido al Viejo Continente y se les endilgó bastante responsabilidad a los dirigentes de los clubes involucrados, de la AFA y de la Conmebol. Hasta el presidente Mauricio Macri recibió parte de la esquirla mediática que se leyó tanto en Argentina como en España.

"Lo increíble es que en la Argentina haya dirigentes que se sigan indignando por el superclásico que ?nos quitaron', como dicen algunos", expresa Fernando González en el diario Clarín, donde cataloga a los barrabravas como "un nuevo producto de exportación". 

El columnista sostuvo que la violencia en el fútbol no fue responsabilidad única de los que tiraron las piedras y ahondó en el papel del Estado como parte del circuito:

"Se consolida en una cadena perversa que incluye a los dirigentes de los clubes, a los policías corruptos, a los sindicalistas mafiosos y a muchos, demasiados integrantes de la política nacional".

Por su parte, el escritor Alfredo Relaño recibió el River-Boca de este domingo como un regalo para España y lamentó la situación "humillante" que vivieron "los 66.000 hinchas de River que llenabaron el Monumental sin meterse con nadie y se perdieron el partido" de vuelta de la final de la Copa.

Instante en que el ómnibus de Boca fue agredido.

El director de As recordó que en ese país también se sembró la semilla de los hinchas violentos, pero se erradicó a tiempo y hasta se ilusionó  que "este suceso suponga una catarsis definitiva en el tema de las barras bravas de Argentina" e hizo una breve radiografía de la crisis: 

"Durante años se les ha consentido mucho. Los clubes les utilizaron para intimidar a prensa o jugadores, los políticos les han metido a matonear en las campañas, se les ha dado un protagonismo bárbaro [...] y acceso a prebendas continuas. Se ha incubado un huevo de serpiente".


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