Nos morimos de berretas, y mafiosos

Lo que ocurrió el fin de semana refleja exactamente lo que hemos tolerado por años.

Nos morimos de berretas, y mafiosos

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

Un posteo en Twitter decía este domingo "Quisimos mostrarle al mundo como somos, y nos salió perfecto".

Hay una Argentina mafiosa, ventajera, trucha, ilegal, firmemente enquistada en la política, en el fútbol, en los sindicatos, en los clubes, en las fuerzas de seguridad y hasta en asociaciones profesionales. Nos hemos acostumbrado tanto a mantenerlas y a convivir con ellas, que las hemos naturalizado.

Los dirigentes tampoco están a la altura de las circunstancias. Casi 70.000 personas aguardaron el sábado hasta siete horas a ver qué ocurría. No podrían ni ir al baño porque hasta los pasillos estaban atiborrados de gente.

La tristeza de un hincha de River.

Ayer, otra vez, miles fueron a la cancha. Debieron suspender esta final definitivamente el mismo sábado. El presidente Mauricio Macri quería jugar con hinchada visitante. Imaginemos 4.000 hinchas de Boca en un codo de la cancha, aguardando el desenlace. Habría ocurrido una masacre. El jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, en vez de dar instrucciones a sus investigadores, culpó a los barrabravas de River. Puede que tenga razón. Pero también es responsable. Su policía fue desbordada. Igual que cuando debían custodiar el Congreso hace un año, y les tiraron hasta con un mortero. El protagonista de aquella acción famosa sigue prófugo.

Los incidentes, cuando ya había estallado el desastre.

A pesar del desastre ocurrido, el Ministerio Público Fiscal porteño informó el domingo a la tarde que los últimos 30 detenidos por los disturbios que incluyeron el ataque al micro de Boca, fueron liberados.

Nos morimos de berretas. Otra vez, la mafia le ganó a los argentinos de sentido común, que sólo querían una final en paz.

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