Crónicas del subsuelo: "Conejos Fugaces"

Crónicas del subsuelo: "Conejos Fugaces"

Por:Marcelo Padilla

Por lo general pongo las mismas canciones pero por tanda. Serán diez más o menos que se mecen por un tiempo hasta que aparece la nueva ola de escucha, las anteriores desaparecen por agotamiento. No las guardo ni las bajo, desaparecen de mí, se hartan. Las canciones se cansan, fallan y terminan por sonar mal a propósito. Entonces se van a otras escuchas. El silencio ocupa el espacio como un viento en una casa con las todas aberturas de par en par. Oportunamente las puertas se cierran, las ventanas también y aflojan los chifletes del silencio. El segundo silencio viene de la mano de las trabas y las llaves en posición correcta, giradas, cerradas por fuera con doble vuelta. Un envión anímico esto de las canciones que desaparecen. Vienen nuevas en el aislamiento. Tengo frío, tengo calor, es primavera pero no del todo, otoño quedó en el pasado pero de vez en cuando recuerda que antes hubo un invierno. Los brotes están lejos de los árboles, son un proyecto de fruto o flor, inmaduros e inconscientes necesitan de una vega que los bañe con frecuencia porque el viento los guasquea fuerte.

Es como el cuerpo con provincias, ustedes elijan dónde quedaría Mendoza, dónde y quiénes son los que cierran las puertas y traban las ventanas por fuera, cuáles son las canciones que se van y cuáles entran nuevas luego de los dos estados de silencio. Es más, elijan el nombre del viento que inunda el vacío de una casa. La propiedad está legislada y el emprendedor de estos tiempos camina al ritmo del galgo persiguiendo al conejo. El discurso dice eso más o menos, en la corrida gana el conejo y los galgos dispersos por el campo bajo una lluvia de estrellas Oriónidas producida por los desprendimientos del cometa, son metales y restos de satélites. A eso le llaman lluvia de estrellas fugaces. Para que resulte lo que reza el discurso debe perder la memoria el galgo hambriento de conejo. Ceguera, machacamiento cerebral, distorsión psicodélica en la información. Así es por dentro un medio de comunicación, no tiene aparato digestivo. Pero funciona igual con otra nutrición. Ustedes elijan qué nutrición, qué distorsión y qué información. Es más, pónganle el nombre a las canciones, a las tandas de las canciones, escriban ustedes la historia del texto, corto o largo, aburrido viejo nuevo trash... transparente.

Vidrio molido para hacer hamburguesas en la crisis de la corona de Hamburgo. Consuman, exterminen el producto, gástenlo, pónganlo en el poder supremo de toda creencia. Maten al ladrón en bandada pero que se vea la sangre que brote de cráneo, que se vea porque sino no sirve, no hay aumento, no hay más conejo. ¿Ustedes quieren conejo? bueno, persigan al conejo. Elijan el final de la historia del conejo o si quieren que el conejo no tenga historia es cosa de ustedes. ¿Así les gustan las plazas? Ahí tienen... ¿quieren más plazas? Perfecto, entonces ustedes decidan quién de todos ha hecho mejores plazas, más cantidad, copiadas o modeladas al antojo de un grupo o en asamblea de vecinos. Los policías por cuadra que merezcan y quieran, deciden ustedes. Ustedes son el poder supremo al que todo establishment se dirige para chocar. Ustedes decidan el costo del daño o si quieren que se vea en el momento, esperamos. Eso sí, háganse cargo, son los responsables. Como el personaje de la película La Celebración, donde al final, después de dar tres golpecitos con el cubierto en la copa, se para y delata la trama. Todo quedó entre las paredes de un palacio, el tema es que después alguien hace la película de esa intimidad. Pero ya es tarde.