Cobos y el "efecto ego"

La designación frustrada de Natalia Obon, la pareja del ex gobernador, pudo dejar secuelas electorales.

Cobos y el "efecto ego"

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

"Yo quiero que me recuerden como un buen gobernador, como se los recuerda a muchos", dijo Julio Cobos cuando ejercía la primera magistratura de Mendoza entre 2003 y 2007. 

El tiempo y el camino zigzagueante de la política, además de su propio capital personal que es antisísmico, lo pusieron en la cumbre de la política argentina.

Su carrera ascendente siempre basada en su subjetividad tan empática con el votante promedio se vio opacada cuando quedó relegado en su aspiración presidencial por la interna radical y que terminó favoreciendo a Mauricio Macri.

Desplazado de la mesa chica de la UCR nacional y la asunción de metodista y sistemático Alfredo Cornejo a la cúpula partidaria nacional lo terminaron marginando.

Se quedó con su poder institucional como senador nacional y su capacidad seductora electoral intacta.

Con ese tesoro acunado inició su recuperación como potencial candidato esta vez pensando en un posible retorno a casa, es decir a Peltier 351.

Sus allegados dieron señales que Cobos estaba de vuelta y que debía ir por la reelección provincial y disputarle el poder a Cornejo, su antiguo armador en época de la transversalidad kirchnerista.

Todo esto fundado en esa imagen instalada desde el momento cuando irrumpió como ministro de Obras Públicas de Roberto Iglesias. Cobos era el yerno que cualquier suegra de clase media mendocina quisiera tener.

Acercándonos al presente nos encontramos con la figura de Natalia Obon la actual pareja del ex gobernador. A ella, a su impulso, se le atribuyó el resurgimiento de Cobos como posible candidato a gobernador.

Ahora bien, Obon lo ubicó al hombre con el que "comparte y transita el camino" en el centro de la escena del peor modo que él quisiera.

La designación amañada y finalmente trunca de Obon, como secretaria de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, expuso a Cobos como un común operador de tráfico de influencias para ubicar a su mujer en un espacio judicial de privilegio sin merecerlo. Ese es el mensaje que quedó en la zaranda pública.

En el túnel, hacia el futuro

El asunto parece haber quedado cerrado desde los medios de comunicación pero quiénes conocen a Cobos y saben de candidatos y aspiraciones están seguros de que hay un factor que no es inherente al electorado, sino al interior del propio hombre político.

Es decir está dentro, en lo más íntimo de Cobos, en lo más intrínseco de "el Cleto", como coloquialmente se lo conoce.

Sostiene un experimentado consejero de campañas electorales que el "efecto ego" es determinante para quien quiere ganar una carrera electoral que por naturaleza desgasta y exprime al postulante.

Los analistas toman como ejemplo a lo que le ocurrió al peronista Adolfo Bermejo en la campaña de 2015 frente al fortalecido Cornejo.

"Adolfo era un buen candidato, no por nada obtuvo el 42 por ciento de los votos, pero transmitía dudas ante el lastre que significaba el mismo gobierno peronista de Paco Pérez. Bermejo simpre tuvo dudas ante las preguntas que involucraban al criticado gobierno peronista de Mendoza. La debilidad de Bermejo era Paco como Obon puede serlo para Cobos", razonan.

Y como primer desafío lanzado hacia el futuro se preguntan: ¿Tendrá Cobos la fortaleza personal interna para soportar cuando alguien capcioso le pregunte en dónde acomodará a su mujer si es electo gobernador?

Hay dos conclusiones para esta descripción posterior al escándalo político de la semana pasada.

1- Cuando la sociedad argentina atraviesa crisis económicas, entonces hay poca tolerancia a la avivada argentina, la misma que uno sospecha que nos llevó a esa crisis.

2- Cobos seguirá siendo un potencial candidato aunque se le acotó el margen de especulación y difícilmente pueda amagar con su candidatura para forzar una negociación con Alfredo Cornejo.

Esta nota habla de: