El vino en botella retornable de Quilmes se acerca a Mendoza a $170

Esta semana el vino que tuvo un debut algo polémico cuando se presentó en redes sociales, aterriza en Buenos Aires como una segunda estación, luego de su debut en 2020 para el mercado cordobés.

El vino en botella retornable de Quilmes se acerca a Mendoza a $170

Hasta ahora no está confirmado su desembarco a Mendoza -donde se produce-, pero de seguir el plan de expansión del denominado Vino Ping, de Cervecería y Maltería Quilmes, podría llegar a nuestra provincia, con una propuesta de venta similar a la de la tan noble damajuana.

Es que la noticia indica que esta semana el vino que tuvo un debut algo polémico cuando se presentó en redes sociales, aterriza en Buenos Aires como una segunda estación, luego de su debut en 2020 para el mercado cordobés.

Desde la sección Negocios de Mendoza Post consultamos sobre la posibilidad de que llegue este año a nuestra provincia. "Con el proyecto de Ping seguimos avanzando, el piloto en Córdoba funcionó muy bien y por eso ahora sumamos a Buenos Aires para seguir evaluando la aceptación del consumidor. Poco a poco la idea es ir distribuyéndolo en más lugares y ojalá podamos llevarlo al resto del país durante este año", señalaron, con Mendoza en el radar para 2021.

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"Con el objetivo de ofrecer un vino de buena calidad a un precio accesible gracias a la retornabilidad de la botella, Ping Vino desembarca en Buenos Aires y Gran Buenos Aires con sus tres variedades: Red Blend, White Blend y Rose Blend", confirman desde la compañía sobre una propuesta que tiene el claro objetivo de ofrecer un vino -producido por la bodega Dante Robino- a un precio bajo, pero que su botella es retornable, es decir que debe devolverse al almacén donde se compre para llevarse otra.

El vino con la imagen identficatoria de un pingüino que hizo de las suyas en las redes sociales, hoy se presenta en envases de 850 ml, con tapa rosca y un precio sugerido: $170.

El plan nacional del pingüino

"Siempre ponemos al consumidor en el centro y trabajamos para entender sus necesidades. Sabemos que hay diferentes ocasiones de consumo para el vino, y que muchas veces el cliente necesita tener variedad de vinos para disfrutar todos los días. Por eso pensamos en hacer un vino retornable, para poder ofrecer un rico vino a un precio accesible, teniendo en cuenta que el consumidor no paga por el vidrio, sino sólo por el líquido", afirma Nicolas Bruno, gerente general de Bodega Dante Robino.

Y habla sobre la imagen que eligieron: "No es algo que hayamos inventado nosotros, sino algo que se hacía hace años y se perdió la costumbre. Por eso lo llamamos Ping Vino, porque hace referencia a los pingüinos en los que se servía el vino de damajuana retornable".

Además de mantener un buen precio, Ping Vino busca, a través de la retornabilidad del envase, reducir el consumo de recursos naturales y disminuir el impacto en el ambiente, formando parte de un ciclo continuo de reutilización y reciclado.

El proyecto se lanzó en octubre de 2020, con un piloto en 750 puntos de venta en Córdoba, y a partir de junio estará disponible en toda la provincia de Córdoba y en todos los autoservicios y almacenes de Capital Federal y Gran Buenos Aires.

El portfolio de Ping Vino se compone de un Red Blend, un vino tinto joven y frutado, ideal para tomar todos los días, un White Blend fresco y aromático gracias a sus notas cítricas, y un Rosé Blend, un vino rosado con aromas de carácter floral, fresco y levemente dulce. Esto según la descripción de la compañía.

"Todas las variedades son vinos fáciles de tomar y de aroma ligero a frutas. Son de carácter corto, o sea, duran poco en boca, lo que los hacen ideales para cualquier ocasión.", agregó Soledad Buenanueva, enóloga de Bodega Dante Robino.

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Dante Robino, la bodega de Quilmes

Es una bodega con 100 años de experiencia, comprometida con la elaboración de vinos y espumantes de la máxima calidad.

Con presencia destacada en el mercado doméstico y una red de distribución que permite destinar el 30% de su producción a más de 40 destinos, se está convirtiendo en uno de los grandes productores y protagonistas de la industria vitivinícola argentina.

La bodega fue adquirida en 2020 por Cervecería y Maltería Quilmes, una compañía con 130 años de trayectoria en Argentina.