Una rusa y una ucraniana llevarán la cruz en el Vía Crucis del Vaticano

La decisión la tomó el Papa Francisco y generó polémica dentro de la Iglesia: ¿Un gesto político o súper político?

Una rusa y una ucraniana llevarán la cruz en el Vía Crucis del Vaticano

Por:Ana Montes de Oca
Periodista

La decisión del Papa Francisco de hacer llevar este viernes la cruz a una ucraniana y una rusa cosechó polémicas incluso dentro del vaticano.

Algunas voces dijeron que se trataba de un mensaje político y que no estaban de acuerdo, sin embargo, hay quienes lo entienden como un acto, político, si, pero que concierne a la Iglesia en tanto es una forma de indicar "la vía del perdón a los hombres que están en guerra entre ellos."

Así lo describen en el medio Infovaticana, en una nota que analiza el gesto del papa como lo que será "Un Vía Crucis súper político".

En embajador Yurash con el Papa Francisco

El rito tendrá lugar en el Coliseo este viernes Santo, y tanto el embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andriy Yurash, como el arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, tuvieron duras palabras sobre las dos mujeres que llevarán la cruz juntas. "Los gestos de reconciliación entre nuestros pueblos solo serán posibles cuando la guerra haya terminado y los autores de crímenes contra la humanidad sean condenados conforme a la justicia", dijo el embajador.

Irina y Albina

Las dos jóvenes que serán protagonistas de la XIII estación del Vía Crucis, que recuerda las últimas horas de Jesús en la tierra, y que el Papa presidirá desde un palco en el Monte Palatino viven con sus familias en Roma.

La ucraniana, Irina, es enfermera en el centro de cuidados paliativos 'Together in Care' de la Fondazione Policlínico Universitario Campus Bio-Medico de Roma, y la rusa, Albina, es una estudiante de la carrera de enfermería del Campus Universitario Bio-Médico.

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"Nuestra amistad nació en la sala de cuidados paliativos 'Together in Care'", ha señalado Irina en declaraciones a L'Osservatore Romano, el periódico de la Santa Sede. Poco después del comienzo de la guerra, Albina se sintió en la necesidad de hablar con su amiga que estaba de servicio. "La mirada de nuestros ojos fue suficiente: nuestros ojos se llenaron de lágrimas. Siempre me emociono cuando recuerdo que Albina empezó a disculparse conmigo. En ese momento estaba realmente desconsolada. No pude consolarla. Se sintió culpable y me pidió disculpas. Le aseguré que ella no tenía nada que ver", recordó.

"La palabra ‘juntos' también me acompaña en mi trabajo y ciertamente, en este momento, podríamos hacer mucho juntos. La humanidad debe unirse para intentar encontrar la paz y una solución a todo lo que está sucediendo", expresó Irina.

Albina es rusa e Irina es ucraniana. Juntas llevarán la cruz

Súper y político

El jesuita Antonio Spadaro, uno de los grandes expertos del pontificado de Francisco, explicó que el Papa, ante todo, "un pastor, no un político", y señaló que su decisión: "Actúa según el espíritu evangélico, que es el de la reconciliación incluso contra toda esperanza visible durante esta guerra de agresión que ha definido como 'sacrílega'. Por eso también ha consagrado juntas a Ucrania y Rusia al Corazón de María", ha respondido en un mensaje en su perfil de Facebook.

Sin embargo, otros recuerdan que el Cardenal Newman dijo que la Iglesia es un Partido (político) ya que "trata con lo humano hasta su extrema fealdad, miseria, atrocidad y, al mismo tiempo, señalar un camino de verdad y de perdón que repercute en la carne, la vida y la historia es decir, la política de la humanidad en cada época", señala el artículo de Infovaticana.

Por eso, para muchos sí se trata de un gesto político que es más aún, "es súper y es político al mismo tiempo".

"Reunir a la ucraniana Irina y a la rusa Albina para pedir al único Dios que nos ayude a encontrar el camino de la paz y del perdón es la única manera de tomar conciencia de que la verdad enviada libremente por el Misterio a la historia tiene que ver con la carne y los huesos. Tiene un rostro. Y hoy ese rostro tiene los rasgos de dos mujeres concretas: enemigas en el campo de batalla, pero amigas en la vida y a la sombra del Nazareno crucificado", explica el artículo.

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