Un ataque armado en un acto de campaña en Bogotá dejó gravemente herido al senador, desatando una ola de conmoción política y nacional. El supuesto agresor está aprehendido y tiene 15 años.
Atentado contra Miguel Uribe, precandidato a presidente de Colombia
Este sábado 7 de junio, durante un mitin en el occidente de Bogotá, se registró un violento atentado contra Miguel Uribe Turbay, senador del Centro Democrático y aspirante a la presidencia para 2026. En medio de un evento de proselitismo en el barrio Modelia o Fontibón, según diversas fuentes, un individuo menor de edad abrió fuego contra el político, impactándolo con varios disparos.
Tras el ataque, Uribe fue atendido por sus escoltas y trasladado de urgencia a la Fundación Santa Fe, donde fue sometido a complejas intervenciones quirúrgicas que se extendieron durante la noche del sábado. Su estado, reportado como crítico, movilizó a autoridades y líderes en respaldo a su recuperación.
Cómo fue el atentado
En el momento del atentado, Uribe se encontraba en una tarima frente al público cuando al menos dos disparos interrumpieron la concentración. Un video, difundido en redes, capturó el instante en que el senador cae herido entre la confusión de los presentes. Las versiones coinciden en que el atacante, presumiblemente un menor de 15 años, fue neutralizado y detenido en el lugar luego de enfrentarse con los escoltas.
BREAKING
— Today In History (@historigins) June 8, 2025
Colombian presidential candidate Miguel Uribe is shot in the head by a 15 year old boy during his rally in Bogota pic.twitter.com/SD4xrhKe2E
Idea principal y contexto político
En medio de un ambiente político polarizado, el atentado a la democracia amplifica el mensaje: no solo se atacó a un líder, sino también al proceso electoral. Desde el Centro Democrático se condenó contundentemente el hecho, calificándolo de amenaza a la vida, la democracia y la libertad en Colombia. Un comunicado oficial del partido resaltó la necesidad de respuestas inmediatas por parte del Gobierno y las autoridades.
Asimismo, el presidente Gustavo Petro, a través de sus redes sociales, expresó solidaridad con la familia Uribe-Turbay y aseguró que todos los esfuerzos institucionales están dirigidos a garantizar su supervivencia.
Reacciones y repercusiones internacionales
La repercusión del atentado trascendió fronteras. El gobierno colombiano, incluidas entidades de seguridad, afirmó que ofrecerán recompensas, estimadas en tres mil millones de pesos, por información que conduzca a los responsables detrás del ataque. Por su parte, líderes internacionales -de España, Estados Unidos, Venezuela, Italia, Paraguay, Chile, Ecuador- condenaron el atentado y manifestaron su respaldo a Colombia.
Algunos analistas y voces políticas hicieron un llamado a evitar que este episodio se convierta en una bandera para alimentar discursos de odio. Un artículo de fondo subraya la urgencia de "sacar la violencia de la política" y evitar que se repita el ciclo de magnicidios que marcó las campañas de los años 80 y 90.
El atentado contra Miguel Uribe Turbay reavivó los fantasmas de los magnicidios que estremecieron a Colombia hace más de tres décadas, especialmente con nombres como Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro. A pesar de la detención inmediata, aún persisten incógnitas sobre posibles instigadores o redes detrás del ataque, lo que añade incertidumbre al proceso electoral que ya vislumbra una primera vuelta cercana al 31 de mayo de 2026 .
Mientras los órganos de justicia investigan, la reflexión nacional se centra en garantizar que este hecho no prolongue los ciclos de violencia política. La paz democrática, exigida por numerosos sectores, debe pasar por mecanismos sólidos de prevención y control. Se requiere mesura en los discursos, unidad institucional y un compromiso real para proteger la vida de quienes participan en la contienda electoral. No basta la condena simbólica: la acción efectiva es ahora el verdadero imperativo para el país.