¿Vas a mudarte? Cómo prevenir el estrés en los gatitos

Mudarse no solo es estresante para nosotros, también lo es para las mascotas.

¿Vas a mudarte? Cómo prevenir el estrés en los gatitos

Por: Mendoza Post

Si nuestros gatos a veces pareciera que notan lo imperceptible, solo imaginate cómo se ponen al notar que hay más movimiento en la casa donde habitan, desaparición de muebles, cajas por todos lados, extraños entrando y saliendo. Y encima, después es llevado a un lugar desconocido donde todo huele distinto y no saben qué pasa o dónde refugiarse.

Todo cambio repentino es estresante para los gatitos, por eso existe la  importancia en la prevención, y hacer las cosas de forma premeditada y con tiempo, lo que facilitará mucho la adaptación de nuestros gatitos.

Según el blog especializado en mascotas LuccaLaLoca, se pueden hacer algunas cosas para antes, durante y después de la mudanza para aliviar su estrés.

Duplicar la cantidad de rascadores cerca de los sillones es buena idea.

Antes 

Lo primero y principal es tener nosotros un alto nivel de paciencia y tranquilidad para no trasladarle nuestro nerviosismo a ellos, ya que son muy permeables a los estados de ánimo de sus dueños.

En cuanto a ellos, existen productos naturales para que estén más calmados, como feromonas faciales o relajantes naturales empezando a dárselos 15 días antes de que comiencen los cambios.

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Si tu gato tiene caja o bolso transportable y se lleva bien con el desplazamiento, incluso en brazos, es una buena idea llevarlo antes de la mudanza al nuevo domicilio para que pasee por el mismo y vaya marcando su territorio con su olor. 

Durante 

Tener sus cosas (arenero, comida, agua, juguetes, etc.) ya desempacados e instalados cuando llegue a su nuevo hogar le ayudará a sentirse un poco más "como en casa".

Es necesario buscarle un nuevo lugar seguro.

Después 

Si tu gato continúa muy nervioso incluso horas o días después de la mudanza y no se adapta, lo ideal es dedicarle un rato a jugar con él, acariciarlo y acompañarlo a explorar el lugar.

También es muy buena idea, si es que no lo hay, crearle un lugar seguro para que pueda esconderse y resguardarse hasta que se acostumbre al lugar, como cajas, zonas altas, rascadores detrás del sillón, un espacio en una alacena, armario, o debajo de la cama. 

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