Cómo descongelar el pan y que siga manteniendo su consistencia

Congelar los alimentos resulta una gran solución, pero si no realizamos el proceso adecuado, pueden perder su sabor.

Cómo descongelar el pan y que siga manteniendo su consistencia

Por: Mendoza Post

Nos hemos acostumbrado, en esta vida acelerada y moderna, a guardar todo tipo de comida en el freezer para utilizarla o re utilizarla en cualquier momento, sin la necesidad de salir a comprar. En la mayoría de los casos resulta una gran solución, pero el pan - por ejemplo - no suele conservar su consistencia y su sabor una vez descongelado.

Por lo general, se vuelve más "chicloso" y menos apetecible, pero hay una forma de que esto no suceda. Según un artículo publicado por el sitio Maldita Ciencia, el problema no es cómo se congela sino cómo se descongela.

El pan está compuesto por harina, agua, sal y levaduras. El primer ingrediente, la harina, tiene gluten que, al ser una proteína muy elástica y que puede retener el gas formado por las levaduras, ayuda a dar al pan su característica textura alveolada (con huecos). A su vez, está formada por las moléculas amilopectina y amilosa: una vez ha absorbido agua y si la dejamos en reposo, va compactándose (retrogradación) lo que favorece que el agua se marche más fácilmente (sinéresis). Este es el motivo por el que el pan dejado en un plato, se acaba secando, explican.

Dato: como la miga es más húmeda, es más blandita. Sin embargo, la parte exterior, corteza, que se ha deshidratado en el horno, está seca y crujiente. Esta es la clave para la consistencia del pan: la humedad.

En la congelación va a haber un intento de igualar las humedades entre la miga (más húmeda) y la corteza, hecho que se acelera durante el proceso de descongelación. El agua va de las zonas más húmedas a las más secas. Es por esto por lo que se rehidrata la corteza que se había secado, se rehidrata el gluten, que es muy elástico, y el pan se vuelve gomoso en vez de crujiente.

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A la hora de congelar el pan, recomiendan: en primer lugar, debemos protegerlo bien antes de meterlo al congelador utilizando, por ejemplo, plástico o algún envase ajustado y hermético, para evitar que sufra quemaduras por frío (sublimación del agua) o que adquiera determinados olores.

Para conseguir que el pan tenga una consistencia lo más parecida a la original al descongelarlo (aunque quizá un poco más seco), podemos utilizar el horno. De esta manera, la humedad que alcanzó la corteza se vuelve a perder y vuelve a ser crujiente. Si lo descongelamos al aire, en la nevera o al microondas, se produce y se aprecia el equilibrio de humedades y el pan es chicloso.

A pesar del tip, los expertos recuerdan que el pan es un alimento que aporta mucha energía y pocos nutrientes, por lo que no es un alimento imprescindible en una alimentación sana. Se puede reemplazar por sus versiones integrales.

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