Polvos bloqueadores de hidratos de carbono, ¿realmente funcionan?

En realidad no los bloquea, pero puede ayudar a disminuir un poco su absorción: no son "mágicos".

Polvos bloqueadores de hidratos de carbono, ¿realmente funcionan?

Por: Mendoza Post

Los polvos bloqueadores de hidratos de carbono se han vuelto muy populares, dada su constante aparición en programas de televisión y redes sociales. Pero, ¿realmente funcionan?

Un artículo publicado por el sitio Infobae explica cómo funcionan estos productos y aclara que "no son mágicos".

Se promocionan como "bloqueadores" de la amilasa, que es la enzima que ayuda a digerir almidones. En realidad no los bloquea, pero puede ayudar a disminuir un poco su absorción, a bajar el índice glucémico de los alimentos (que es la velocidad en que aumenta el azúcar en sangre después de ingerir un alimento) al igual que sucede con la fibra.

Esto es en caso de comer una ensalada, por ejemplo. Pero si comemos una porción de chocotorta o facturas, lo que hará es disminuir el índice glucémico, pero no actúa sobre el azúcar y mucho menos sobre las grasas.

Promocionar estos productos como "mágicos" es irresponsable, porque además tampoco tienen en cuenta las distintas enfermedades y el mensaje es "comé sin parar, total no pasa nada".

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También hay que saber que no son medicamentos. Son nutracéuticos. productos derivados de fuentes alimenticias que proporcionan beneficios adicionales para la salud, además del valor nutricional básico que se encuentra en los alimentos. Son de venta libre y no requieren el mismo nivel de evidencia que un medicamento.

¿Por qué le tenemos tanto miedo a los hidratos de carbono? Desde hace un tiempo, empezó la confusa señal de alarma con respecto a estos macronutrientes. Que engordan, que hinchan la panza, que producen intolerancias, que son malos para la salud. Lo primero que hay que saber es que esto es un sin ningún sustento científico.

Mitos sobre los carbohidratos

Generan adicción: mito.

No existe lo que comúnmente llamamos "adicción a la comida", por lo tanto, no la hay con los hidratos de carbono. Si es verdad que los preferimos porque ayudan a nuestro cuerpo a formar serotonina. Una sustancia que se relaciona con el control de impulsos, con el sueño, el buen humor.

Todas las harinas generan intolerancia: mito.

Como conclusión, seamos críticos, cuidemos nuestra salud física y psíquica. Y cuando tengas dudas, siempre consulta a un profesional. Existen personas celíacas, con intolerancia al gluten, personas con intolerancia a algún tipo de alimentos en particular y personas que se confunden y piensan que porque algún alimento les cayó mal son intolerantes. 

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Debemos ser muy cuidadosos y ponernos en manos de especialistas para que ellos nos indiquen qué estudios debemos hacer para obtener un diagnóstico acertado.

Los hidratos engordan: mito.

Engordan porciones excesivas o con que los acompañamos. Por ejemplo: un plato de fideos con salsa filetto puede tener unas 300 calorías, y un plato de los mismos fideos puede tener más del doble (sin mencionar el aporte de grasas y sodio en un solo plato).

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