¿Te animás a hacer dulce de leche sin lactosa y sin TACC?

Cuando te diagnostican alguna intolerancia el mundo parece invertirse. Pero con el tiempo aparecen recetas. Esta es una de las más apreciadas.

¿Te animás a hacer dulce de leche sin lactosa y sin TACC?

Por:Gabriela Moreno
Periodista

El primer paso luego de que alguien es diagnosticado con intolerancias o celiaquía, después de entenderlo y aceptarlo en algunos casos,  es comenzar a ver cómo se cambia la alimentación, porque la dieta es la salvación, es lo que mantiene sana a la persona.

Y ese aprendizaje llega de la mano de médicos y nutricionistas y las recetas muchísimas veces de los grupos de Facebook y WhatsApp. Con el paso de los años, la cantidad de productos aptos ha ido aumentando, pero los que son intolerantes a la lactosa recién ahora comienzan a tener alguna opción de quesos, yogurt, manteca y más de leches reducidas o cero lactosa. 

De lo que aún no hay mucha oferta es en el producto argentino por excelencia, el dulce de leche. Y los dulceros, me incluyo, lo sufrimos. Empezamos por las opciones veganas de dulce de leche de almendras y nos arriesgamos con un reducido de una marca conocida, que no a todos les cae bien.

Hasta que alguna compañera de intolerancia sube al grupo la opción de dulce de leche deslactosado hecho en casa. Y es el momento en que todo cambia. Tiene aroma a dulce de leche, gusto a dulce de leche y se  ve como dulce de leche.

No se necesitan muchos ingredientes, sí paciencia y ojo atento. En una hora se puede tener un frasquito de unos 250 o 300 gramos. Sin más vueltas aquí vamos por el cómo lograrlo. 

Ingredientes: Se necesitan 1 litro de leche sin lactosa o cero lactosa y sin TACC (hay dos o tres marcas en el mercado, la de la caja de cartón me gusta más), 300 gramos de azúcar, 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio y un chorrito de esencia de vainilla. Recuerden que todos los productos deben ser aptos.

La preparación: es sencilla, se utiliza una olla, en lo posible de acero, o con un difusor de calor, a fuego mínimo, donde se vuelca el litro de leche, se le agrega el azúcar y se revuelve hasta que se disuelva por completo. Cuando ésto sucede se agrega el bicarbonato, que será lo que le de luego el color, y la vainilla.

No es necesario que se revuelva de manera permanente, pero sí estar muy atentos, porque si se pega el dulce quedará con grumos. Lo primero que van a notar es que comienza a tomar un  color té con leche, luego irá cambiando hasta llegar al más oscuro. Cuando vean que comienza a hervir y a levantarse a borbotones, como si fueran "volcancitos", es momento de apagar el fuego.

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Consejos: siempre fuego mínimo o medio; revolver con cuchara de madera, con más intensidad cuando comienza a hervir. No abusar del bicarbonato o quedará muy oscuro. Si hizo el efecto volcán dejen que se enfríe para ver la consistencia, a veces lo notamos líquido y lo dejamos un poco más en el fuego y cuando se enfría se endurece mucho. Conserven en frasco de vidrio en heladera y traten de consumirlo en la semana, de lo contrario comenzará a azucararse.

Por experiencia propia les digo que parece una misión imposible, pero después se puede preparar incluso menos cantidad como para usar en la tarde, sólo hay que ir acomodando las cantidades. Puede usarse en rellenos de alfajores, tortas o simplemente con las tostadas. ¡Si se animan, que los disfruten!