Valentina Terranova: "Somos un fondo para startups de Mendoza"

El primer Fondo de Inversión de Mendoza impulsa empresas tech con proyección internacional.

Valentina Terranova: "Somos un fondo para startups de Mendoza"

Si pensamos en plataformas digitales mendocinas que ya están sumando usuarios en todo el mundo, o en una empresa espacial financiada desde Mendoza que ya le presta servicios al gobierno de los Estados Unidos, no dudaríamos en concluir que son cuentos chinos.

Pero la verdad es que no lo son. Esas empresas, estas startups, casi todas de pura cepa, existen y están caminando porque Embarca, un Fondo de Inversión cien por ciento mendocino, invirtió hace unos años en ellas, permitiéndoles empezar a crecer y salir al mundo.

Valentina Terranova es una de las cofundadoras de Embarca, junto a Gonzalo Innocenti, Belén Fernández y Maxi Campanella, una idea que iniciaron ella e Innocenti, cuando ambos estaban en otra cosa, aventurándose a abrir uno de los primeros coworking de la ciudad, mientras la mayoría de sus conocidos los miraban raro por ese proyecto.

En diálogo con Mendoza Post, Valentina Terranova contó cómo empezó, cómo funciona y en qué proyectos se adentró el hasta hoy único Fondo de Inversión de Mendoza.

Un fondo de inversión cien por ciento mendocino. ¿Hay otros o es una novedad?

Es el único. Embarca es una aceleradora, es un fondo de inversión que invierte en proyectos de base tecnológica en etapas muy tempranas. Básicamente, hacemos rondas de inversión para conseguir capital que los inversores ponen con el fin de obtener una rentabilidad a futuro. Una vez que los tenemos, ponemos esos fondos en distintos proyectos y nos quedamos con un porcentaje de la empresa en la que invertimos.

¿Cómo empezaron?

En realidad, arrancamos con otra cosa. En 2017 empezamos con Campus Olegario, un coworking que me propuso abrir uno de mis socios, Gonzalo Inocentti. Yo había trabajado en México en un coworking donde funcionaba una aceleradora de empresas y después había estado en el Silicon Valley y Gonzalo, por su parte, había estado en Israel y en Europa viendo coworking de allá. Cuando supo de mí, me propuso abrir uno porque yo había visto la experiencia americana y él, la europea.

¿Y arrancaron?

Bueno, todos nos decían que estábamos locos, que no iba a funcionar, que quién iba a ir ahí a trabajar a un coworking, pero fue un exitazo, se llenó de gente, todos estaban fascinados con el concepto de trabajar en un mismo lugar, de estar conectados con otras empresas, de estar haciendo lo mismo que lo tuyo.

¿Y cómo se conecta esto con el fondo de inversión?

Bueno, en el coworking nos dimos cuenta que había emprendedores, había proyectos de base tecnológica pero no existía la inversión que en otros ecosistemas del mundo si existe. Pensamos que, si queríamos que en Mendoza se armara un ecosistema emprendedor tecnológico interesante, íbamos a necesitar inversores.

Ahí fue que empezamos a estudiar cuáles eran los modelos para hacerlo. Cómo se hacía, quiénes eran los actores, y descubrimos que las aceleradoras son estos primeros inversores y yo había estado en una en México.

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¿Cómo se convirtieron en una aceleradora?

En 2017 salió una convocatoria del gobierno anterior, de Mauricio Macri, en la que elegían 10 aceleradoras de nuestro país que iban a apoyar, además de tres fondos de inversión grandes y tres aceleradoras científicas.

Nos postulamos para armar la primera aceleradora. Sumamos a Belén Fernández como socia al proyecto, estudiamos muy bien el modelo negocios, cómo funcionaba una aceleradora, cómo se estructuraba el fondo, la tesis de inversión, hicimos la propuesta de valor y nos ganamos el segundo lugar del programa.

Así pasamos a ser la única aceleradora de la región, porque las otras eran de Córdoba, Rosario y Buenos Aires. Y ahí con la licencia en la mano, salimos a buscar inversores.

Claro, había que salir a buscar a los que ponen el dinero para el Fondo, no es que lo ponés vos de tu bolsillo.

Claro, no, para nada. Salimos con un PowerPoint a buscar fondos.

¿Y cómo les fue?

Muy bien, conseguimos 23 inversores, la mayoría empresarios mendocinos, algunos de Córdoba u otros de Buenos Aires, pero el 90% son de aquí y nos apoyaron porque los moviliza la necesidad de generar oportunidades en Mendoza para sus hijos, y ven que la tecnología y la innovación es el camino claro. Aunque son dueños de empresas tradicionales, entienden que el futuro es por acá.

¿Cuándo decís oportunidades para sus hijos, es que sus hijos van a poder presentar proyectos y van a tener acceso al fondo de inversión?

No necesariamente. De lo que se trata es de desarrollar un ecosistema que genera oportunidades, que genera empleo, empleo de calidad y la tecnología tiene pleno empleo, incluso salió un reporte hace poco de Mendoza, de que el sector de la tecnología es el que más empleo ha generado por lejos en el último año.

Entonces, todos hablamos de repensar la matriz productiva, ¿verdad? O sea, la tecnología es el tercer componente exportador de Argentina, exportamos más tecnología y conocimiento que carne. Sin duda, el camino es por acá.

Es el sector que tiene que crecer, el que se tiene que desarrollar, el que nos conecta con el mundo, es el sector del conocimiento y creo que por eso obtuvimos bastante apoyo, porque lo único que teníamos era un PowerPoint y un sello del gobierno nacional, que acredita que habíamos pasado por un jurado internacional, o sea un jurado que no fue el gobierno, el jurado fueron actores de los ecosistemas emprendedores del mundo, de Israel, de México y otras partes, que nos aprobaron la propuesta de valor.

¿Consiguieron los fondos de los empresarios mendocinos y de otros puntos del país y que hicieron?

Y bueno, ahí había que salir a la cancha, había que hacer las inversiones en nuevos proyectos. En 2018 empezamos a invertir, hicimos 18 inversiones en un total en 15 proyectos, porque hubo tres que lo hicimos dos veces, que es algo que se hace habitualmente porque es como aumentar la apuesta cuando ves que va yendo muy bien, entonces apostás al ganador.

El programa contaba además con una coinversión del gobierno, o sea que por cada dólar privado que conseguimos el gobierno le daba al emprendedor otro dólar. Eso nos duplicaba la inversión, pero primero tenía que venir la inversión privada.

¿Cuánto han invertido?

Más de 1 millón de dólares entre lo que aportamos nosotros más la coinversión que hace el Estado.

¿Qué tipo de proyectos?

Bueno, está Egg, un proyecto educativo sobre el que publicaste la semana pasada. Ese fue uno de nuestros primeros invertidos y es uno de los proyectos que va creciendo muy rápido. Egg, después de nuestra intervención ya levantó tres rondas más de inversión, eso fue haciendo crecer el valor de la compañía y por ende el valor de nuestra participación. Hoy en día, Egg es nuestra inversión más rentable del Fondo Embarca.

Después tenemos un proyecto de tecnología espacial, de Buenos Aires, y es impresionante lo que están haciendo. Se llama Skyloom y junto con Egg son los dos que van creciendo más fuerte.

¿Tecnología espacial? ¿Qué hacen?

Skyloom ofrece una tecnología de óptica láser para conectar satélites. Su objetivo es como llevar el wifi al espacio porque hoy en día hay un montón de nanosatélites, la industria espacial tuvo un gran crecimiento y hay muchos satélites pequeños porque el costo de enviarlos bajó mucho.

Sin embargo, la capacidad de recuperar los datos de los satélites es muy baja, apenas del 5%, el resto de los datos quedan en el espacio, por ahora. Y ese es el negocio de los chicos (de Skyloom). Ellos han hecho una tecnología de óptica láser que conecta a los satélites y la están vendiendo, la conexión de óptica láser para satélites.

Pero el proyecto es más ambicioso, el proyecto consiste en armar una estación Geo, donde todos los satélites con esta tecnología óptica láser se conecten a la estación en el espacio y bajen los datos en tiempo real a la tierra.

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¡Ah bueno! ¡Un proyecto de ligas mayores!

Por ahora vamos por la fase 1, que es la óptica láser. Esto ya lo están vendiendo y tienen de cliente al Ministerio de Defensa de los Estados Unidos y han levantado también varias rondas de inversión.

Serían la competencia de la red Starlink de Elon Musk, aunque él está ofreciendo un wi-fi espacial para los habitantes del mundo.

Y sí, sería la competencia de Starlink, digamos. De hecho, en su momento tuvieron negociaciones con SpaceX (la compañía espacial de Elon Musk). Hoy, Skyloom les vende a todos los proveedores que están en la actividad espacial, desarrollaron una tecnología muy innovadora, muy de vanguardia, y parece increíble que esto haya empezado en Argentina.

Pero bueno, esos chicos son muy serios y salieron del INVAP (empresa argentina de alta tecnología especializada en el desarrollo y la fabricación de productos y servicios relacionados con aplicaciones nucleares, espaciales y tecnológicas).

¿Qué otros proyectos tienen?

Tenemos un par de proyectos más en educación, varios proyectos fintech (servicios financieros online) que son finanzas y después tenemos una app de meditaciones en la que hemos invertido que se llama Pura Mente.

¿¡Una app para meditar!?

Sí, y viene creciendo muy bien, está buenísimo, si tenés problemas para dormir, eso funciona. ¡Lo bien que funciona! Es más, me empezó a pasar que gente que yo conocía hablaba de la aplicación delante mío y no sabían que yo había invertido ahí. Mi grupo de amigas recomendándomela, y ya cuando ves que la gente a tu alrededor habla del producto sin que vos abras la boca es como, genial, está pasando.

También tenemos proyectos apuntando al cambio climático, como uno de créditos de carbono que está reforestando la selva misionera, generando créditos con tecnología blockchain, tokenizando los metros cuadrados de la selva, se llama GBM y está muy buena.

¿Cuánto los esperás a los proyectos para que crezcan?

Depende del avance del proyecto, tienen que crecer muy rápido. Los fondos de Embarca tienen 10 años de duración, pero el periodo de inversión son cinco años, donde invertís activamente y después empieza el periodo de desinversión, digamos donde vos dejas que los proyectos crezcan, y ahí, si vas teniendo oportunidades de salida empezás a salir. Y a los 10 años tenés que liquidar el fondo. Pero, de manera paralela, una vez que termina el periodo de inversión del primer fondo que levantaste, arrancás con el segundo, entonces lo vas encadenando.

¿El Fondo de Inversión sería como un intermediario?

No, la decisión de inversión del Fondo Embarca, de cómo invertimos, es cien por ciento nuestra. Nuestros inversores lo que hacen es darnos el capital.

¿Y cómo les garantizan que va a salir todo bien con las inversiones que el Fondo realice?

Es una industria de altísimo riesgo, muy líquida y como toda inversión de alto riesgo suele tener retornos muy altos, pero bueno, es riesgo porque invertimos en proyectos súper innovadores que están en la frontera de la innovación y la tasa de fracaso es muy alta.

A ver. ¿Invierto dinero en tu fondo de inversión para que lo inviertas en proyectos y vos no tenés que presentarme una garantía, como si fueras un banco, para responder de alguna manera si las cosas no resultan bien?

No hay ninguna garantía de nada. Las características de las inversiones son así con este fondo y es así en la industria. Digamos, es una industria que nació en Silicon Valley, funciona desde los años 60 y las compañías más grandes del mundo fueron fondeadas de esta manera, estoy hablando de Apple, Microsoft o Google.

Todas nacieron en garajes en el Silicon Valley y fueron fondeadas por fondos de inversión. Es una herramienta que permite crear muchísima innovación, y aunque tiene una tasa de fracaso muy alta, a los proyectos que les va bien, les va tan bien y son tan grandes que retornan todo el fondo y generan todas las ganancias.

Es un modelo muy particular, en el que tenemos que tener muchísima tolerancia al fracaso, porque hay varios de los proyectos en los que invertimos que van a fracasar, y ya lo sabemos, pero a los principales, a los que les va bien, les va tan bien, que se convierten en grandes compañías en el mundo.

¡Muy prometedor si acertás con el proyecto!

Es que esta es una industria de donde salen los famosos unicornios, las startups que luego valen más de 1.000 millones de dólares. El valor que crea la industria de fondos de inversión en tecnología del conocimiento es tan grande, que con que a algunos de los proyectos del fondo les vaya bien, ya va a ser rentable y exitoso para todos los que invirtieron.

¿Cuál es la tasa de fracaso aproximadamente?

Hay varios datos en la industria. Hay algunos que dicen que sobreviven sólo el 10% de los proyectos.

Pero mirando el negocio de los Fondos, si realmente el resto de los proyectos que tenés no te generan retornos, esto no quiere decir que el proyecto se muera, pero si no crecen a la velocidad que necesita esta industria y no levantan otras rondas de inversión en el tiempo, esos proyectos para nosotros no son rentables.

Entonces, puede ser que continúen, les vaya bien, facturen y sobrevivan, pero si no cumple ciertas características a nosotros no nos sirve,

¿O sea, que tienen que tener un fuerte ritmo de crecimiento?

Sí, muy alto y con expansión a otros mercados. Es decir, no nos sirve que funcionen solo en Mendoza o en Argentina, sino que tienen que rápidamente salir a Latinoamérica y al mundo, tienen que ser escalables.

¡Ah bueno! ¡Tiene que ser algo muy ambicioso con una visión global!

Totalmente. Nosotros decimos que buscamos tres cosas: primero, equipos muy potentes y emprendedores, extraordinarios, porque reclutamos talento; segundo, tienen que ser proyectos muy innovadores, que mejoren las cosas en órdenes de magnitud de diez veces, es decir que sea algo diez veces mejor que lo que hay; y tercero, que tiene que ser muy estable, los mercados a los que apunten tienen que ser muy grandes y la solución tiene que escalar fácilmente, que básicamente la tecnología hoy te lo permite.

¿El Fondo Embarca invierte en una startup y se convierte literalmente en un socio?

Exactamente, nosotros somos socios, invertimos en porcentajes minoritarios, que suele estar en alrededor del 10% de las acciones de la compañía y además, como somos una aceleradora, le damos mucha contención. Tenemos un programa de cinco meses en el que hay mentores, hay muchas charlas y les ayudamos sobre todo a animarse, a pensar realmente en grande, a que crezcan rápido, que ese es como el punto más diferencial, el que más cuesta entender.

A creérsela.

Es que esta es una industria muy particular que tiene sus reglas de juego que son muy especiales, entonces no funciona como ninguna otra industria. De hecho, nos pasa que por ahí vienen inversores tradicionales, con propuestas que no encajan y que les tenés que decir que no.

Por ejemplo, viene un inversor en un estadío temprano y quiere invertir en el 50% de la compañía y eso te destruye para adelante, porque como proyecto a futuro vas a necesitar más inversores. Entonces, los inversores tempranos tienen que entrar con porciones pequeñas porque hay que dejar al emprendedor con un alto porcentaje de acciones para que siga adelante porque es un camino muy largo, de muchos años, con muchas rondas de inversión por hacer.

¿Cuáles son las reglas de la industria?

Las reglas básicas son tres. Primero, buscas proyectos súper escalables que tengan capacidad de crecer muy rápido: Segundo, las inversiones iniciales son de porcentajes pequeños: Tercero, es una industria muy colaborativa, donde los fondos trabajan codo a codo, incluso invierten juntos en la misma compañía. O sea, hay empresas en las que entran tres fondos en el mismo momento. Es una industria chiquita, pero que se conocen todos, funciona muchísimo la reputación y si haces algo mal te prendiste fuego.

Es la contracara de la rigidez bancaria, digamos.

Totalmente, es una industria 100% colaborativa. Nosotros siempre decimos que en Embarca tenemos tres valores que todo el tiempo intentamos pasar a nuestros invertidos: pensar en grande; colaborar todo lo que se pueda, abrir puertas y tejer redes; y hacer rápido, acá hay que hacer y poner andar, nada de planes de negocio de 80 hojas y de 40 meses pensando; no existen los planes de negocios gigantes ni las burocracias, si después tenemos que ver cómo lo acomodamos porque hubo algún error se hace.

¿Cuándo comprás el 10% de un proyecto, de una compañía en la que el Fondo invierte, como saben que no están pagando más de lo que vale?

Es que, es una industria que maneja valores muy distintos al mundo tradicional. Al principio, los que empiezan en esta industria se encuentran con ese primer ruido de preguntarse, ¿"Un millón de dólares vale esta compañía que son tres pibitos y dos computadoras?

Y en realidad pasa algo de eso porque no estás comprando lo que es hoy ves, sino que estás pagando lo que puede valer a futuro, la capacidad de crecimiento.

¿Estás comprando la promesa?

Exactamente. La industria se maneja así y hay ciertos rangos. Las startups en las que nosotros invertimos cuando recién empiezan tienen que tener por lo menos su producto mínimo viable funcionando en sus primeras ventas. O sea, tiene que ser algo que existe y que está funcionando.

¿Y cuánto invierten?

Ahí también tenés un rango de valor. Nosotros invertimos en la mayoría unos 25 mil dólares por el 10%, o sea que le estamos generando una valuación de 250 mil dólares. Después tenemos excepciones o casos distintos, pero está bastante alineado con lo que pasa en Latinoamérica con las otras aceleradoras, digamos es como que hay un estándar en la industria.

¿Y los inversores que aportaron al Fondo como se llevan la ganancia?

Esto funciona como funcionan todos los fondos de inversión del mundo. Nosotros cobramos dos cosas: el 2% por año para los gastos operativos del fondo para manejarlo y después hay un feed de éxito, que en la industria se llama carrie, que es del 20%. ¿Pero qué hacemos nosotros? Primero devolvemos el capital. O sea, si nosotros tenemos una ganancia, si vendemos una compañía, lo primero que hacemos es devolverles a los inversores lo que pusieron. Si el inversor puso 100, le voy a devolver 100 y después, de lo que sobra, nosotros ahí tomamos el 20% de la ganancia y el 80 por ciento se lo distribuimos a los inversores.

¿Y el inversor como sabe que le toca el 80% de qué?

Porque nosotros todo el tiempo les hacemos reportes trimestrales donde van viendo la evolución de las compañías.

¿El inversor pone su inversión en una bolsa común o en determinados proyectos?

No, pone en todos y eso es fundamental porque al ser una industria tan riesgosa es muy importante diversificar.

¿O sea, que la rentabilidad se la promedias a partir de lo que resulte de la ganancia y la pérdida que den todos los proyectos?

Exactamente.

¿Aun así es rentable?

Mirá, nuestros fondos todavía están ilíquidos, aún no ha repartido rentabilidad, pero hoy, cuatro años después, multiplicamos por seis veces el capital invertido, o sea, el que puso un dólar tiene seis. Pero recién estamos terminando el período de inversión, estamos en la mitad, eso puede subir o bajar, pero es una industria muy rentable cuando te va bien, conozco casos de fondos que multiplicaron 14 veces el capital