Gustavo Reyes: "Con esta macroeconomía no hay matriz productiva que se salve"

El reconocido economista mendocino dice que la salida de Mendoza es con una fuerte baja en ingresos brutos.

Gustavo Reyes: "Con esta macroeconomía no hay matriz productiva que se salve"

Con 54 años, Gustavo Reyes, licenciado en Economía de la UNCuyo, Master en Ciencias Económicas de la Universidad de Londres, y Economista Jefe del IERAL (Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana) es el último eslabón de dos generaciones que tuvieron el dudoso privilegio de ser testigos de todas las crisis económicas y políticas argentinas, desde los últimos años de la dictadura militar hasta la actualidad.

A principios de los 80, no hacía falta ser mayor de edad para darse cuenta de que todo estaba muy mal. El rostro desfigurado a diario de los padres por la inflación, cuando iban a pagar en el almacén o el supermercado, mientras sacaban el billete de $1.000.000 (sí, existió un billete de un millón de pesos) lo decía todo. Brecha cambiaria, dólar paralelo (hoy blue) bancos quebrados, ahorros perdidos, inflación del 200% mensual, todo eso sucedió.

Aprovechando esta experiencia de vida y su reconocida trayectoria, hablamos con Gustavo Reyes de la economía nacional y de la mendocina, del debate de la matriz productiva y de si los gobiernos provinciales tienen o no las manos atadas ante la crisis.

El experto, dejó muy en claro que antes de pensar en la matriz productiva hay que pensar en arreglar la economía porque, tal cual está, hunde cualquier cosa que pueda flotar.

Alertó que la inflación al 5% mensual es dinamita a punto de estallar y señaló que la única salida local inmediata para mejorar la provincia, en donde 1 de cada 2 mendocinos es pobre, es ponerle punto final al impuesto de los Ingresos Brutos, que señala, hace años tiene frenada la creación de puestos de trabajo en el sector privado.

En Mendoza la discusión central de los últimos años es la matriz productiva y en ese contexto la polémica de sumar a la minería. ¿Cree que puede haber un vuelco de la economía provincial si se cambia a esa matriz?

Claro que sí, pero si uno mira la matriz productiva de Mendoza, ya está bastante diversificada, hay actividades muy competitivas a nivel internacional. El problema principal ahora, no es la matriz productiva, es la macroeconomía. Supongamos que llevamos las políticas que tenemos aquí al estado norteamericano de California, donde está Silicon Valley, Hollywood, el Napa Valley por nombrar tres íconos importantes de su industria, y le aplicamos la brecha cambiaria del 70%, lo inundamos de dólares y activamos una inflación del 50% anual, no le quepa duda que destrozaremos la economía californiana. Con esta macroeconomía que tenemos en Argentina, no hay matriz productiva que se salve, cualquiera terminará, seguramente hundida. Si se mantiene este esquema macroeconómico y estos impuestos, es muy complicado que una matriz productiva ande bien.

La matriz productiva es importante, pero lo que hay que arreglar es la macroeconomía. Con una mano en el corazón le digo, si Usted me pregunta hoy cuál debería ser la matriz productiva para los próximos 30 años, la única respuesta verdadera es ‘no tengo idea' y nadie lo sabe. Pensemos en hace 30 años. ¿Alguien se imaginó que 30 años después íbamos a estar haciendo negocios como se hacen ahora? ¿Comunicándonos como lo hacemos ahora? ¿Lo que iba a pasar con internet, el e-commerce? Nadie tenía la más pálida idea.

¿Y respecto a la minería?

Tenemos recursos enterrados en Mendoza, que claramente ayudarían muchísimo en el nivel de ingreso. Ahora, hay que buscarle la vuelta a ver como se le puede asegurar a la sociedad que esa minería va a ser sostenible desde el punto de vista social. En otros países se hace, pero hay que buscarle la vuelta porque es una locura decir minería sí, minería no.

¿Hace 15 años alguien hablaba de la matriz productiva de Mendoza? Nadie hablaba de eso. ¿Por qué? Porque la economía funcionaba más o menos bien, y la matriz productiva en ese entonces era muy parecida a la de ahora. Por lo tanto, esta se va definiendo por las cosas que pasan, pero si se cierra una actividad, ahí no va a pasar nada porque como en el caso de la minería, no es una cuestión de si va a pasar o no, sino de que directamente no está permitida.

¿Cómo está Mendoza?

Si miramos la película y no la foto del último año, la economía mendocina está estancada hace 10 años como la economía del país y en algunas variables muy sensibles, como el empleo o el salario, está por detrás del promedio nacional, sobre todo el salario y el empleo del sector formal del sector privado, que es el que tiene mejores salarios.

El año pasado se vio una recuperación del empleo, pero del informal. En cambio, el formal se recuperó muy poquito y muy por debajo del promedio nacional. Los salarios de esos trabajadores se empezaron a recuperar cerca de agosto de 2021 pero cuando uno saca el promedio anual, no se recuperaron.

Entonces, tenemos muy poco de empleo que se empezó a recuperar, salario que se perdió y a pesar de un rebote fuerte de la economía hacia una recuperación, los índices de pobreza se mantuvieron incluso por arriba de la media de todo el país.

En el sector laboral hay un problema muy grande en Mendoza, no de la pandemia, no de ahora, sino de los últimos 12 o 13 años, que ha llevado a que los niveles de pobreza de Mendoza estén por arriba de los niveles de Argentina, algo que antes no pasaba. Es muy delicada la situación que tenemos en el mercado del trabajo en Mendoza.

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¿Y por qué se arrastra este problema de tantos años?

Los motivos son múltiples y Mendoza está en un contexto macroeconómico complicado. En todos estos años hemos tenido crisis cambiarias, marchas y contramarchas en la política económica y altos niveles de incertidumbre.

Ahora, la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿Dentro de la provincia, se puede cambiar algo? Si. El Gobierno de Mendoza podría hacer algo. Tiene una especie de metro cuadrado en el que sí puede actuar y en ese espacio, el elemento más importante y más potente es el impuesto a los ingresos brutos, por el impacto que tiene en la economía.

¿Por qué? Primero, porque además de ser el peor impuesto que hay, en Mendoza es especialmente más alto respecto de otras provincias, a pesar de que ha venido bajando. Y segundo, es especialmente complicado porque genera enormes problemas en el mercado del trabajo, debido a que grava con las alícuotas más altas a las actividades que dan más empleo, que al final terminan siendo las más castigadas. Es cierto que se han bajado los ingresos brutos en los últimos años, pero muy poquitito, no ha sido relevante.

¿Impacta entonces sobre las actividades principales de Mendoza que son las más intensivas? Vitivinicultura, turismo y comercio.

Después de la pandemia bajaron las tasas para el sector turístico. En la vitivinicultura no es tan fuerte porque ya no es tan intensiva la mano de obra ahí. Pero si es muy fuerte el impacto en el comercio, en todo lo que respecta a la contratación de profesionales. También en la mayoría de servicios de salud privada que es un sector importante.

¿Por qué es tan malo el impuesto a los ingresos brutos siendo que es una fuente de ingresos importante para cualquier provincia?

Porque como se grava cada etapa de la producción, se termina pagando impuesto sobre impuesto. Entonces cuando se suma todo es una barbaridad, por eso es el peor de los impuestos, tiene un efecto cascado.

Y como Mendoza tiene alícuotas bastantes más altas que el promedio nacional, bueno, está claro que acá hay algo para hacer. Es cierto que se podrán cambiar los efectos de la macroeconomía desde aquí, pero este instrumento si es muy potente y como las cuentas fiscales de Mendoza están medianamente ordenadas, se podría hacer algún tipo de mejora en ingresos brutos y de hecho nosotros presentamos una propuesta en su momento.

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¿Cuál fue?

El año pasado, el CEM (Consejo Empresario Mendocino) nos pidió una propuesta para estimular el empleo. Y lo que propusimos fue llevar a cada una de las actividades de Mendoza a una reducción de la alícuota de ingresos brutos hasta el nivel que tiene la provincia competidora. Esa baja de ingresos brutos que proponíamos nosotros no era a cambio de nada.

La idea era que, si una actividad pagaba 4% y su similar en la provincia competidora pagaba 3%, la propuesta al gobierno provincial era que la reducción del 4% a 3% se hiciera en cuatro años. ¿Y a dónde iba la plata que el empresario se iba a ahorrar por la reducción progresiva? No podía dejarla en su bolsillo, solamente la podía utilizar para contratar nuevo empleo en blanco. De este modo, se empezaba a solucionar el problema de ingresos brutos y a la vez se estimulaba la contratación de empleo privado, porque en el contexto de incertidumbre que hay hoy es muy difícil que se contrate personal. La propuesta es, o paga impuestos o contrata una persona nueva. Ese es el tipo de mecanismos que tenemos que aplicar, pero lamentablemente no estamos viendo ningún avance en ese sentido.

¿Hay temor a hacerlo o es un problema de cómo reemplazar la recaudación fiscal que faltaría si se empieza a reducir ingresos brutos?

Cuando nosotros hicimos la cuenta para la gente del CEM, si se hacía en cuatro años, y a la vez se mantenía una política tan prudente en gastos como la que ha mantenido el gobierno provincial en los últimos tres años, la verdad es que no habría problemas fiscales. ¿Por qué? Porque hoy se parte de un pequeño superávit. Si hubiera déficit, esto que digo no se podría hacer. Pero, a este superávit, acompañarlo con esta política que estoy mencionando traería enormes beneficios porque la persona a la que se contrata es una persona que estaba en negro y ahora está en blanco, y como está en blanco, accede a una tarjeta de crédito, puede comprar con ella y empieza a aportar más impuestos al Estado.

Por lo tanto, creo que la gente del gobierno no se ha animado a hacerlo. Hizo otro tipo de programas como Mendoza Activa o el plan Enlazar, que tienen sus beneficios propios, pero de corto plazo, muy para salir de la pandemia, y bueno, ya salimos de la pandemia, ahora hay que enganchar con cosas más permanentes que tengan que ver con la economía, y ese puente, lamentablemente no lo vemos. A problemas permanentes hay que darle soluciones permanentes.

Me da la impresión que las soluciones son bastantes estrechas, que no hay muchos caminos por donde salir

Mendoza tiene un metro cuadrado en el que se puede actuar, en ese pequeño espacio, es muy importante lo que se puede hacer y generar con ingresos brutos. Se necesita un horizonte, por ejemplo, en tanta cantidad de años vamos a ser la provincia más barata en este sentido, porque así trabaja el sector privado cuando emprende.

¿Cómo ve el panorama actual del país para salir de la crisis nacional? ¿Demandaría ajustes más dolorosos que en las décadas del 80 o el 90?

¡Que mayor ajuste siente la gente que el que le hacen cada vez que va al supermercado! Ese es el ajuste, la pérdida del valor de la moneda. La inflación va a estar entre el 5 y 6% mensual, ese índice anualizado, si se mantuviese en 12 meses, es una inflación mayor al 80%, es brutal.

La que tuvimos en febrero, que es la que conocemos, fue del 4,7%. Es decir, anualizada da una inflación del 73%, que es una barbaridad, es grave socialmente.

Pero además, es una tasa de inflación muy inestable. ¿Qué quiero decir con esto? Imagínese que estás haciendo un asado y le traen cuatro garrafas y se la dejan al lado del fuego. Bueno eso es una inflación entre el 4 y el 5% mensual, una que en cualquier momento explota.

Entonces, hay que entender que el ajuste ya es, está pasando y lo que hay que tratar de cambiar es la forma de ese ajuste. El tema es quién lo paga, porque hasta aquí lo viene pagando el sector privado hace mucho tiempo. Una cosa es que se ajuste el gasto público y otra el gasto privado, y el gasto privado viene ajustando en Argentina desde hace mucho tiempo, de hecho, ya está sobre ajustado. El año pasado no fue un año bueno, el poder adquisitivo cayó y perdimos, ese es el ajuste privado.

Entonces al final como el gasto público no se achica nunca, se tiene que achicar el privado. ¿Y cómo se ajusta al final? Por inflación.

¿Ve que haya un plan económico para enfrentarlo?

Mire, para hacer un plan económico y de reformas se necesitan tres cosas: Primero, reconocer que hay un problema, que hay que cambiarlo y querer hacer la reforma. Segundo, tener un equipo que lo haga. Y tercero, que la ciudadanía crea en el gobierno que va a hacer el plan y sus metas. Esto último que digo es fundamental.

Ahora pensemos. ¿Cuál de las tres condiciones tiene el gobierno de Fernández? Ninguna.

Si uno lo analiza, ganas de transformar la economía no está claro que tenga. ¿Equipo? Mucho menos. El ministro Martín Guzmán quiere hacer una cosa y otros le salen de adentro del gobierno a decir que hay que hacer otra. Cero Poder. Pero, supongamos que el gobierno nacional trae a un equipo de premios nóbeles para hacerlo. Si la gente no le cree al gobierno, no hay nada que pueda hacer. Creo que por los próximos dos años vamos a seguir caminando sobre la cornisa como ya estábamos, en un escenario muy complejo para el país porque la falta de confianza es muy grande.

Por eso, volviendo a Mendoza, ante este panorama, con más razón se tendría que maximizar lo que sí puede hacer el gobierno provincial en este escenario, porque tenemos un nivel de pobreza de casi el 45%, cada dos mendocinos uno es pobre en Mendoza: es un escándalo y una locura. La situación nacional es muy difícil que mejore, vamos a estar más bien viendo si nos caemos o no. Por lo tanto, hay que mejorar lo poco que se puede hacer aquí.