Cura Lalo: "Tuvimos hasta catequistas que se drogaban"

Párroco de Guaymallén. Director de Murialdo. Es el religioso más popular de Mendoza.

Cura Lalo: "Tuvimos hasta catequistas que se drogaban"

Por:Ricardo Montacuto
Director Periodístico

-¿Está de moda ser católico? ¿La Iglesia está recuperando “clientela”?

-Teníamos mala prensa, sobre todo los curas. Por ejemplo, el caso “padre Grassi”. Hubo un momento donde parecía que todos éramos el cura Grassi. Pero está bien no ser tan malos. Fui a comprar hace poco y una persona que me conoce me dice “Hola Padre Lalo, ¿cómo le va?” y le dice a los demás “es el mejor cura de Guaymallén”. Y sale un tarado y me dice “¿Qué tal padre Grassi?”.

-¿Qué le contestaste?

-No pude contestarle. Si Grassi es culpable que pague, pero no todos somos el padre Grassi.

-Para todos sos “Lalo” pero ¿Cómo te llamás?

-Jorge Eduardo Carrera. No me identifico con el nombre. Yo soy Lalo. Capaz que los mayores me dicen “Padre”, pero para todos yo soy “El Lalo”. Una vez, cuando el papa Francisco era Jorge Bergoglio, lo conocí en una liturgia muy formal, cuando me ordenaron. El diácono me dijo “Lalo”, y así me llamaba Bergoglio después. Qué extraño y que lindo ¿no? Porque no éramos íntimos, pero fue muy cariñoso. Y después fue papa. Me dijo: “Lalito no dejes de ser misericordioso como Dios lo fue con vos”. Que fuerte como lema para la vida de cura.

-Vos sos un cura distinto. Más parecido a los evangélicos… más popular… ¿Cómo manejas eso?

-Con el paso de los años te vas sintiendo mediático porque te toman como un referente social, sobre todo desde que mataron a Carlitos Passetti en Villa Nueva. En mis genes… con tanto teatro… uno se va volviendo hábil con los medios. Hace 20 años que trabajo en una radio católica de Villa Nueva y ya me canse de los mismos temas.

-Con la llegada de un papa argentino ¿Hay más gente en las iglesias?

-Sí. Pero antes de Francisco yo no quería una parroquia aburrida. Cuando asumí empecé a inventar y a “robarme” cosas. Por ejemplo, en Devoto vi una imagen de la Dulce Espera y dije “esta me la robo” (risas). Mandé a arreglar la imagen de la virgen que estaba rota y pedí que le pusieran panza y la pintaran de rosado y celeste y blanco. A partir del año 2000 empezamos con la bendición a las embarazadas. Vinieron siete, pero cuando empecé la misa eran tres. Cuando pregunté dónde estaban me dijeron que eran madres solteras. “¡Qué me importa que sean solteras, yo quiero bendecir a las embarazadas”, dije. Como la misa sale por la radio ahora vienen embarazadas de Maipú, Ciudad, Godoy Cruz. Y cuando nacen sus hijos los presentamos en la Sagrada Familia.

-¿Cómo es tu relación con la política? ¿Te han ofrecido ser candidato?

-Sí, candidato a intendente, gobernador y concejal por distintos partidos pero lo mío es otra cosa. Es estar metido con la gente. Como somos referentes, siempre quieren tenernos de su lado y nunca quise aceptar. Yo soy el más simple de todos los párrocos. Descubrí que lo que Dios me dio para llevar a la gente es ser cálido, sonreír y tratar bien.

"Me llamo Jorge Eduardo Carrera, pero no me identifica... Soy Lalo."


-¿Cómo trabajás tus broncas y días de enojo?

-Vivo en una comunidad de dos curas más, las situaciones de estrés, cansancio o bronca quedan atrás. Pero por ejemplo no tolero que me busquen laburo, porque ya tengo. La gente me dice “Padre andate al hospital del Carmen que fulanita de tal…” Y yo les digo “déjame de hinchar, ya tengo mi laburo”. Soy el director del colegio de Murialdo, el representante legal, el párroco de la Sagrada Familia y el Párroco de todo Guaymallén.

-¿Cómo te llevas con el obispo Franzini?

-Lo siento cercano, expedito, dice las cosas de frente. Yo tuve una diferencia con él, me llamó y me lo dijo en la cara. Fue porque había apoyado a alguien de la política por un tema en particular. Le acepté eso. Yo no me quiero dejar tentar y ser ministro de algo.

-Hay tirantez entre los conservadores de la Iglesia y los menos conservadores. El Papa ha perdonado a muchos que han abortado, infieles… y hay todo una lista de pecados menos importantes. ¿Cómo te sentís vos con eso como pastor?

-Adhiero 100% a Francisco porque me siento identificado con su coherencia, con su persona y sufrimientos. Pero las cosas que dice a más de uno le suenan a retroceso o lo acusan de comunista.

-¿Es un papa comunista?

-No. Sí es carismático, escucha. En la Iglesia no hay divisiones, sino que hay un abanico. Yo me identifico con los carismáticos que somos lo más parecido a los evangélicos, y en el otro extremo a la derecha están la sotana negra, la tradición, pero son cosas que ya han pasado. Entonces esta tolerancia a la gente con sus orientaciones sexuales, encontrar un papa abierto para conversar y contener, esta bueno. Yo soy un porteño en Mendoza, que es tradicionalista y es complicado. Condenamos todo.

-¿Y la pobreza?

-Me encontré en 2001-2002 con gente que estaba en situación de calle. Tenemos un comedor… Todos los lunes desde hace 12 años damos de comer. Hay gente que ayuda. Ahora tengo un matrimonio mormón que la otra vez me dio cinco paquetes de azúcar de 10 kilos y hay un hombre que me da achuras. Hacemos 250-280 porciones y le damos alimento a gente de Guaymallén y Ciudad. También tengo un merendero todos los días para chicos muy pobres. Entonces no me basta con que vayas y escuches la misa, hay que mirar un poquito más allá.

-Los chicos y droga, los chicos y la inseguridad, los chicos y la calle. ¿Qué situación vivís en la comunidad con la que vos trabajas?

-Hemos visto chicos que trabajan con nosotros, que se drogaban. Tuve  hasta catequistas que se drogaban. Por eso por un año paré la Confirmación, hicimos unos cursos informativos porque me banco que vengan adolescentes con crisis de fe, con líos en la familia o metidos en la droga, pero quiero que el catequismo esté reservado de esos problemas, para ayudarles a los pibes. Apareció desde Brasil un grupo católico que busca ayudar a jóvenes y adultos en situaciones de adicciones y le dimos el lugar en la parroquia. Cada 14 días, los sábados, tenemos reunión de familia y de gente que se está recuperando. Estos días tuve a esta gente en la escuela, con testimonios. Las crisis se dan en todos los aspectos y hay que acompañarlos.

-¿Aparecen chicos diciendo “quiero ser cura”?

-No son tantos pero tenemos. Hay dos en formación en Buenos Aires, y seis en Italia… porque no tenemos sacerdotes para ser formadores. Un pibe se ordena ahora, en diciembre. Y otro en marzo.

-¿Estás contento con tu vida de cura?

-Si existiera la posibilidad del casamiento de los curas, pensado para el cura diocesano (el que vive solo)... no sé... Acá en Mendoza hay 70 parroquias a cargo de curas diocesanos. Yo vivo como religioso en una comunidad (somos tres curas) y con mi mamá. Entonces, entendiendo las diferencias, el religioso tiene todo.

"Jesús no tenía una mina al lado".


-¡Pero no tienen esposas…!

-Nosotros elegimos seguir a Jesús. El tipo no tenía “una mina” al lado entonces hoy está el cura pastor y pobre como Él. Mi vida es la educación y lo que hago.

-¿Tuviste líos de mujeres?

-Una vez apareció una en el altar diciendo “decile a la gente todas las cosas que me decís en privado”. Fue feísimo porque era un día en que estaban todos los chicos nuevos de Confirmación en la parroquia… y fue una vergüenza. Eso terminó en un juicio porque era una persona con problemas psiquiátricos.

-Yo no creo en los curas que no han tenido alguna vez una gran tentación…

-A ver… yo estuve de novio antes de entrar y fue una experiencia hermosísima y plena. Mi ideal era formar una familia, pero no funcionó y hubo crisis. En ese tiempo de crisis fue cuando surgió la vocación y decidí ser cura. Mi vida está plena, es linda.

-¿Pensaste en no perdonar a alguien en alguna confesión?

-No, pero sí el tener bronca por bancarte a gente insoportable. Hay que entrar con más misericordia a diferencia de gente que es mala. Hay que estar, son hijos de Dios.

-¿Por qué los párrocos nunca ascienden y no llegan a cardenales u obispos?

-La vida de los curas está dividida en dos: la del clero diocesano y de las congregaciones u órdenes. En ambos lados hay aspiraciones. La mía fue ser cura… pero yo no sé si la aspiración de Marcelo de Benedectis es ser obispo. Para serlo hay que tener una licenciatura o doctorado. Yo me ordené y me puse a laburar.

-Decime una sola cosa de la Biblia en la que no creas…

-Me resulta muy difícil todo el Apocalipsis. A mí me gustan los Salmos. A veces estás mal y la palabra de Dios te ayuda. Tendría que reconciliarme más con el Apocalipsis, el idioma con que está escrito es muy árido para mí...