El médico que anticipa cómo podría ser la segunda ola en Mendoza

Gonzalo Vera Bello, jefe de Epidemiología de Mendoza hizo un repaso del año pandémico.

El médico que anticipa cómo podría ser la segunda ola en Mendoza

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Está dentro de la pandemia, está metido en cuerpo y mente dentro de esta atmósfera rara, incómoda que no nos permite movernos despreocupados y que nos condiciona. Pero él no demuestra esos desacomodos, es como si nadara con estilo en su propia piscina.

El hombre de 58 años muestra calma y pasión por este fenómeno que nos cambió la vida y nos ubicó en otro plano al que llamamos una "nueva normalidad", una idea resistida socialmente pero aceptada como nueva realidad, impuesta por el SARS-CoV-2, el microbio global y letal, si lo dejan .

Gonzalo Vera Bello ejerce la medicina desde inicios de la década de '90. Su idea era dedicarse a la especialidad de Clínica Médica pero su vocación innata de "buzo" lo llevó a explorar las barriadas más populares y recónditas de Las Heras como médico responsable de varios centros de salud donde se testea a diario la vida de las personas anónimas que superviven de sus faltantes cotidianos que las hacen más fuertes. De ahí fue "caminando" hacia la Epidemiología .

De algo de esos climas sociales, muchas veces extremos, se impregnó Vera Bello. Él lo reconoce como una resistencia positiva personal ante las adversidades, acentuada y desarrollada desde el inicio de su desempeño como médico. Es uno de los cuatro epidemiólogos que hay en Mendoza, con especialidad certificada y terminó siendo uno de los profesionales más esenciales, para enfrentar a la epidemia en su "intimidad".

Hoy, sábado 2o, casi con el inicio del otoño, se cumple un año de la confirmación de los primeros cuatro contagios de coronavirus entre nosotros, un día antes se había declarado la cuarentena que nos encerró en nuestras casas por un largo tiempo. Este encuentro con "el médico de la pandemia" era necesario para avistar la expansión del coronavirus y de la enfermedad que genera llamada Covid 19 en la población.

"Las pandemias son dinámicas y van cambiando con el tiempo. Aquí se reclutó a mucha gente y se dotó de tecnología y hubieron varios 'anillos' diría que estratégicamente se llevó bien la pandemia. De otra manera no se podría llevar adelante una epidemia de esta envergadura", advierte al inicio de la charla con el POST en su oficina ubicada en pleno centro de la Ciudad de Mendoza.

Cuenta que el servicio de Epidemiología de la Provincia que conduce, se amplió con la demanda creciente de consultas y pedidos de atención desde febrero del año pasado, aún cuando no se había declarado la pandemia. "En el comienzo todo lo atendíamos desde un teléfono móvil desde aquí hasta que se instaló el  0800  y se hizo una plataforma digital de gestión Covid para cargar los casos aquí, hasta que se sumaron el sistema nacional Sisa y ahora otro espacio virtual de carga para las vacunas llamada Nomivac", repasó rápidamente el recorrido de la tarea que se hace desde su área y desde hace un año.

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-Supongo que fue como caminar a ciegas al principio.

-En principio sí, desde aquí habilitamos protocolos ante cualquier aviso con características de Covid pero eso significaba buscar todo para que eso ocurriera, ambulancia, disponibilidad de camas y las medidas preventivas adecuadas para proteger al personal de salud. Dependíamos del (Instituto) Malbran y era la época que paciente que venía con síntomas había que internarlo y si no tenía síntomas, entonces debía hacerse el escudamiento que es la cuarentena, y no lo debía hacer en su casa, sino en un lugar preparado para ese aislamiento como un hotel. Después con el correr de los meses se tuvieron los reactivos, los test rápidos, hicimos los PCR aquí. Fue la fase de contención con mucho despliegue de personas trabajando desde el sistema de salud pública.

Cara a cara con el virus de China

-¿Cuándo empezó la pandemia y cuándo se enfrentó con el virus por primera vez?

-Cuando la Organización Mundial de Salud la declara que fue el 11 de marzo de 2020. Pero teníamos antecedentes previos. El primer caso (sospechoso) fue un profesor de tenis que vino de China viajó con la novia, y llegó a Ezeiza con tos, le hicieron un hisopado y se tuvo que quedar tres días allí en Buenos Aires. Luego lo mandaron a Mendoza.

-Nunca trascendió ese caso.

-Es que como dio negativo no se dijo nada para no alarmar. Fue un caso antes que se declarara la pandemia. Él estuvo distante de Wuhan donde se había iniciado la pandemia. Estuvo en Cantón, desde 1 de enero de 2020 y regresó a Argentina el 6 de febrero. El domingo 16 de febrero consultó en el Hospital Lencinas y desde ahí me llamaron y me contaron el recorrido del paciente. Rastreamos ese hisopado y descubrimos que nunca se lo procesaron y entonces por precaución quedó internado. Después siguieron otros casos que se fueron descartando. Pero fue el momento en que se puso en marcha todo.

-¿Qué fue lo primero que pensó con este caso?

-Yo lo mandé a internar y quedó en el quinto piso del Hospital Central. Me preocupaba las condiciones epidemiológicas de la internación y todo lo que genera lo desconocido, o sea el temor a contagiarse.Fui al otro día a hablar con los infectólogos y con el servicio del piso por esto. Cómo habrá sido mi inocencia que me puse el barbijo, guantes y el blusón y así me metí a la habitación del paciente para hablar con él.

-Cómo se encontraba

-Perfectamente, era un chico de treinta y un años que vivía en Godoy Cruz. Pero luego lo pensé y me di cuenta que me arriesgué por no tener protocolo y no conocer la historia de la enfermedad, porque si él estaba enfermo me hubiera contagiado y hubiera sido un desastre porque podría haber sido un transmisor de la enfermedad. Luego todo eso cambió porque los hospitales se sellaron directamente. Ese fue el primer caso con el que practicamos.

-Hasta que llegó el sábado 21 de marzo.

-Fueron cuatro casos los primeros de Mendoza, entre los cuales estaba un niña de 3 años en el Hospital Español. Llegaron desde Italia, Chile y dos de Brasil. Se hisoparon el 16 de marzo y la confirmación fue el sábado 21 de marzo. Y el primer fallecido fue el 27 de marzo un señor de 81 años en Hospital Español, lo tengo muy presente porque estoy escribiendo una memoria de estos sucesos.

-¿Hubo una niña de 3 años infectada, entre los primeros casos?

-Así es y transitó la enfermedad perfectamente.

Renacer en Junín y no morir en la cárcel

Vera Bello se entusiasma cuando refresca su memoria y revive estas experiencias. Con ese impulso él mismo señala que hubo dos situaciones que marcaron su tarea, la de sus colegas y el personal que lo secundó para el abordaje. Ambas tienen que ver con grandes grupos de personas. Los resultados de esas intervenciones fueron óptimos.

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"Está ubicado en Junín fue el caso más complejo que nos tocó abordar porque se trataba de personas con discapacidad y esa condición dificultó muchísimo tomar bien los hisopados. Allí se alojaban 96 personas de edades que iban de 18 a 70 años además otras 75 personas que atienden a los asilados allí.

-Fue un operativo con muchos condicionamientos por lo que describe.

-Así fue por eso lo valoramos desde lo profesional pero también probamos que cuando el tratamiento es adecuadamente aplicado gracias a quienes tienen que hacerlo el resultado es muy positivo. Todas esas personas fueron tratadas en el mismo lugar, el dueño es una persona comprometida con el hogar y cuidó cada detalle para cumplir con el aislamiento y hubo una sola persona fallecida de 68 años por presentar enfermedades de base.

-Qué le dejó la experiencia viral de las cárceles

-Allí hicimos una tarea que permitió mantener encapsulada a la población de las nueve unidades carcelarias. Fuimos a todas y cada una y acordamos protocolos fuertes porque las personas encerradas podían terminar en un gran foco infeccioso por la característica del encierro y la circulación del virus.

-¿Cómo hacían con las personas que ingresaban detenidas a las penitenciarias?

-Ese fue uno de los puntos de control más determinantes porque el virus ingresa  a  esos lugares de encierro solamente por personas que vienen infectados desde fuera, por eso hubo unos 500 penitenciarios afectados por el virus pero no metieron el virus adentro. Las personas detenidas fueron aisladas preventivamente en recintos preparados para que cumplieran la cuarentena dentro del mismo sistema. Se debían cumplir con protocolos progresivos de acuerdo a los casos y los síntomas hasta llegar a ocupar las celdas como lugares de aislamiento. Así a lo largo de este año se produjeron 84 casos de contagios de personas privadas de a libertad y murieron dos por tener enfermedades de base.

El viejo truco del distanciamiento

¿Qué le preocupa a Vera Bello por estos días? La secuencia de la pandemia como el mismo lo explica en esta entrevista, va cambiando como el virus también va mutando. Conoce estas mutaciones de los virus que hacen todo para multiplicarse pero más le preocupa si hay nuevas "variantes" virales de coronavirus que son vigiladas en nuestra provincia para determinar su presencia.

Primero hace una defensa acérrima de las vacunas. Afirma que las vacunas no tienen ideología ni responden a ningún partido político. Y lo ratifica axiomáticamente: "La vacuna es salud pública".

-¿Habrá rebrote de contagios?

-Toda pandemia va seguida de otro pico de contagios, ya que en la primera no se infecta el cien por cien de la población. Hay dos claves: "lo dinámico" y que aún no se conoce la "historia natural de la enfermedad" Eso determinará las características de la nueva ola.

-¿Cuáles serían las características de esta segunda ola?

-Si genotípicamente hay cambios menores en el virus (drif), el comportamiento será parecido al del año pasado. En cambio, si existen cambios mayores (shif) estos pueden ocasionar un rebrote de mayor intensidad por: virulencia, letalidad, compromiso de otros grupos etarios y la transmisibilidad.

-¿Las nuevas variantes condicionan la eficacia de las vacunas?

-Estamos todavía transitando la historia de estas nuevas variantes, la de Manaos por ejemplo. Pero independiente de esto, la vacuna es el objetivo inmediato ya que otorgará, si aparecieran variantes nuevas, cierto grado de inmunidad. En su defecto las medidas preventivas habituales tendrán que ser nuestro estandarte. En realidad estas medidas, ya aprendidas, deben ser nuestra defensa "natural" ,con o sin vacuna.

No es lo mismo el otoño viral en Mendoza

Vera Bello es quien advirtió con sus proyecciones basadas en el trabajo de campo y las técnicas epidemiológicas el pico de la primera ola a fines de octubre de 2020 y luego avisó que la fecha que había que poner el foco en el 21 de marzo (mañana), precisamente el cambio estacional porque el rebrote es inevitable.

Ya hemos aprendido que es necesaria la vacunación, pero también es necesaria la fórmula: distanciamiento de un metro y medio, lavado de manos y uso correcto del barbijo. Lo demás son condiciones generales que tienen que ver con la transmisibilidad del virus y del movimiento de personas. Tenemos distintos orígenes de aportes de contagios: Buenos Aires, Brasil y Chile son los más importantes, allí hay que prestar atención.

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El contexto no da para que volvamos a una cuarentena como la del año pasado, porque hay otras dos "pandemias" que nos acechan que son la económica y la mental. El cambio de estación y la época de las enfermedades respiratorias propenden a más contagios, pero tenemos la ventaja de la experiencia ya asumida.