De Marchi: "No soy opositor, pero hago mi diagnóstico"

Omar De Marchi asume su rol de retador en la carrera electoral que tiene dentro del frente gobernante.

De Marchi: "No soy opositor, pero hago mi diagnóstico"

Por:Jorge Fernández Rojas
Periodista/Analista

Con el transcurrir de los otoños, este oficio hace que uno corra con algunas ventajas. Por ejemplo, conocer al actual intendente de Luján de Cuyo desde su primera gestión como jefe comunal en la década del '90. 

Ha cambiado bastante Omar De Marchi desde esa época. Él mismo dice estar atravesando su tiempo de mayor responsabilidad personal. Y que tiene la seguridad de estar en un momento de trasvase.

El escenario municipal ha cambiado también. Esta vez conversamos en la esquina de San Martín y Azcuénaga de la ciudad lujanina. Allí se encuentra el "Punto Malbec". Es un espacio amplio, iluminado, minimalista con aire de coworking, donde algunos a carteles amarillos anuncian la existencia de una radio municipal.

Con 52 años, De Marchi tiene varias batallas ganadas y va por otra. La más importante en su trayectoria política, que es intentar ser electo gobernador. No ostenta pero tampoco disimula ser el hombre del PRO en Mendoza. Sabe que el electorado no lo emparenta directamente con Mauricio Macri, sino más bien por ser parte del elenco estable de la política local y varios votantes lo reconocen por su raíz demócrata. 

Mirá fijo, su entrecejo marcado por los años, sobresale cuando se prepara para responder la primera pregunta en "on".

Buenos días "seño..."

-¿Por qué eligió la educación como eje de campaña para las PASO?  

- Porque es la única herramienta capaz de igualar oportunidades entre quienes tienen más y quienes menos tienen. Y como es competencia provincial originaria, no dependemos más que de nosotros mismos. Y debe ser el eje principal de la Mendoza que viene.

-Se armó revuelo con la opinión de su compañera de fórmula Susana Velázquez ¿me puede explicar si sirvió el ítem aula en Mendoza?

-Es una buena herramienta que sirvió para ordenar el sistema, pero que  a juzgar por los resultados en materia de calidad educativa no es relevante. Lo que nosotros queremos es ponerlo en su justo lugar: es una medida de política laboral. Pero para nada es una medida que apunte a la transformación del sistema educativo público de la Provincia. El ítem aula es bueno pero una medida pequeñita en relación a todo el sistema.

-Si pero fue una medida emergente que se transformó en un símbolo de la política educativa.

-Insisto, es una medida pequeñita en relación a todo el sistema. También creo que se han cometido algunas injusticias y creo que hay que poner una lupa sobre algunos casos puntuales.

-¿Por qué?

-Porque al estar mal pago el docente, el ítem se transforma en un ingreso adicional importante en el salario. Por eso, para no perderlo concurren a dar clases enfermos o con problemas familiares complejos. Es decir, no debe ser un sinónimo de látigo. Y con ese criterio se debería aplicar en otras tareas, porque sino es una estigmatización al docente como si fuera que el único sector público donde hay problemas de presentismo. Y es como si los docentes no trabajaran ...y eso no es real.

-Hay que poner en valor la docencia entonces...

-El docente es la persona en la que se basa cualquier estrategia educativa. No se puede imaginar el desarrollo de una política educativa sin el consenso del docente, que es quien transmitirá todo a la comunidad educativa, a los padres y a los niños. No concibo nada que tenga que ver con la transformación educativa sin el docente adentro.

              "El ítem aula no tiene que ser sinónimo de látigo"

-¿En este caso qué quiere decir "transformación"?

-Una transformación significa hablar de plan de estudios, implica hablar de la incorporación de la tecnología, en la mayor inversión en más y nuevas escuelas para extender la doble escolaridad. Esas son las medidas transformadoras.

-La transformación debería terminar con la brecha entre la "buena" escuela privada y lo "mala" que es la escuela pública.  

-La educación es el motor para igualar la desigualdad entre quien tiene más y quien tiene menos. En todo el país se ha quebrado esa posibilidad de acceder a un mínimo de calidad en conocimiento. Por ejemplo, tenés chicos de 5 años que no consiguen banco en una escuela pública y otros de la misma edad que ya hablan dos o tres idiomas. Esa desigualdad es la plata. 

Yo y el Gobierno

-En este primer trayecto hacia las PASO parece el único opositor.

-No, no soy opositor. Valoro mucho la tarea que ha hecho el gobernador (Alfredo) Cornejo, pero su mandato termina el 10 de diciembre. Hay que poner en la mesa los temas más importantes de Mendoza para saber cómo se sigue. Y Mendoza merece un audaz plan de desarrollo integral. Parece que hablar de los problemas está mal. Por ahí otro candidato se manifiesta como la continuidad (Rodolfo Suarez) y yo no creo en las continuidades. Creo que hay que darle continuidad a lo que está bien, cambiar lo que está mal, y animarse a producir nuevas realidades para lo que viene. No, no soy opositor, pero hago mi diagnóstico sobre cómo veo a la provincia.

"Valoro mucho lo que ha hecho Cornejo pero su mandato termina el diez de diciembre"

-¿Qué continuaría, qué cambiaría y en qué innovaría?

-Continuaría con el orden presupuestario. Cambiaría la forma de relacionarme institucionalmente.  Y mirando hacia delante implementaría un plan de desarrollo para Mendoza con tres "patas": hábitat, educación pública (la más importante), redefinición de la matriz productiva.

-¿Qué quiere decir con la falta de diálogo?

-Que prácticamente no ha habido diálogo institucional entre los distintos sectores. No hay chance de construir una Mendoza con una visión común sin diálogo institucional.  

-Explíqueme las tres patas del desarrollo que menciona como una innovación si llega a ser gobernador.

-Imaginemos esto: un niño debería tener una casa con acceso a los servicios y debería ir a una escuela pública cerca de su casa con educación de calidad y al regresar debería tener un plato de comida provisto por su padre porque tiene trabajo.

Yo, el macrista

-Le preocupa que los argentinos hemos perdido fe en el presidente eso se nota con la caída de su imagen y de su gestión.

-Siempre los argentinos hemos esperado ver a algún ministro de economía nos diga cómo de un día para otro pasamos a ser el mejor país del mundo. Ahora se está poniendo por primera vez la verdad encima de la mesa. Y ahora se están intentando corregir las variables que define la economía de responsable sin estar pensando tanto en el resultado electoral. La inflación, el acceso al crédito y la inserción de Argentina en el mundo son variables profundas que no se modifican con parches. No se pueden modificar con una ley o un decreto. Son medidas dolorosas evidentemente, pero no se resuelven de otro modo. Por ejemplo, las tarifas de los servicios y la eliminación del gasto superfluo del Estado son medidas que se deben hacer para dominar la inflación. No minimizo lo económico, pero el fortalecimiento institucional también ayudará a salir de este problema. Me refiero a tener poderes del Estado fuertes y donde se vea que hay una justicia independiente con políticos y empresarios presos. Es toda una señal que es el camino.

-Es estos días leí que se hacía este planteo con una respuesta inmediata. "¿Saben por qué las petroleras aumentan el precio de la nafta? Porque pueden".

-El aumento de los combustibles tiene otras variables: el precio internacional que impactó la semana pasada, la movida del precio del crudo y los costos internos. Pero en el fondo hay un desfasaje que es complejo porque los salarios en su mayoría no aumentaron el 5 por ciento como sí lo hicieron las petroleras. Esos son los ajustes que se terminen de resolver en el corto plazo. Pero también es cierto que venimos de un tiempo de escenarios ficticios con un Moreno apretando a las empresas. Y las empresas van donde ganen dinero. No hay que olvidarse que la generación de empleo es en base a la radicación de las empresas.

Sumario del precandidato

El optimismo de De Marchi le hace ver algunos síntomas de reactivación, en realidad parece más un deseo que otra cosa. Estos son algunos aspectos de su recorrido preelectoral. 

1- Con la última suba de combustibles ve un rasgo de competitividad al advertir que Shell aumentó un 9 por ciento los precios de los combustibles y luego tuvo que retrotraerlos porque las otras petroleras, y especial YPF, no se plegaron e incrementaron el 5 por ciento. No le gusta mucho pero en cierta medida admite que la petrolera de capital estatal actuó de regulador del mercado.

2- Cuando se le presenta el escenario actual con la irrupción de Roberto Lavagna dice que el economista "es parte del pasado" y que resurge porque no está consolidado un esquema  fuerte de partidos, sino que tienen preeminencia los personalismos. O sea, parte de la conciencia mágica de los argentinos. 

3- Sus allegados aseguran que le preguntó a Macri si tenía que bajarse de su precandidatura (en diciembre), que nunca le pidió que se bajara y que a esta altura no habrá marcha atrás, la fórmula completa junto a la docente Susana Velázquez es una confirmación de que no se bajará.

4-  Sonríe en silencio cuando lee la encuesta de la consultora Foggi Bottom tomada entre el 22 y el 29 de marzo a 1228 personas. Esa medición dice que De Marchi encabeza la preferencia a gobernador con el 26 por ciento, 6 puntos arriba del peronista Alejandro Bermejo y el radical Rodolfo Suarez, en ese orden.

 ---

(Nota del redactor) Cómo lo vi: hay que reconocerle la valentía que transmite como candidato retador de Suarez, el postulante que cuenta con todo el apoyo oficialista. Eso lo hace un despojado y un atrevido de lo establecido en este prolijo tablero que ordena Cornejo. Pero en política partidaria, parece que se necesita algo más para lograr el objetivo de ser elegido. Un experimentado observador al mencionarlo, recordó una mística célebre frase que utilizaba el "librepensador" Carlos Menem:  "Dios ciega a los que quiere perder"