"No quiero luchar por los derechos de las mujeres, quiero que lo hagan ellas mismas"

Lilian Naserian, no se define como feminista pero lucha por los derechos de las mujeres.

"No quiero luchar por los derechos de las mujeres, quiero que lo hagan ellas mismas"

Por:Ana Paula Negri
Periodista

Lilian Naserian es keniana, vino a Mendoza a pasar un mes de intercambio gracias a la gestión de la Universidad Nacional de Cuyo y dejó huella en toda la provincia, pero la comunidad mendocina también dejó algo en ella.

La activista por los derechos humanos vive en una tribu muy humilde, donde no tienen fácil acceso al agua potable y las mujeres están subordinadas a las decisiones de los hombres. Ella cree que todo esto puede cambiar ya que se crió solo con sus hermanos y su mamá, quien fue su referente como ejemplo de mujer poderosa.

Fue consultada en principio por las problemáticas de las mujeres en Argentina, la legalización del aborto fue el foco principal pero ella afirmó: "Estoy peleando por derechos básicos para las mujeres. Cuando peleas por agua limpia, hablar de aborto legal está en otro nivel".

-¿Qué esperabas de Mendoza?

- Cuando estaba por venir a Mendoza la googleé y encontré una ciudad hermosa y es exactamente lo que vi cuando llegué. Por lo que superó mis expectativas. Además, la gente acá es muy amable y muy expresiva en sus emociones, cuando hablás con ellos ves en sus ojos que no están fingiendo, realmente están feliz de verte.

- ¿Cuál ha sido tu experiencia en Mendoza? ¿Qué aprendiste?

- La experiencia más importante fue en Fundación ACCIONAR. Allí pude interactuar con mujeres y aprendí mucho sobre estrategias para trabajar y resolver problemas. Identifican un problema a la vez y lo resuelven de una manera estratégica. Eso me inspiró mucho porque las mujeres me dijeron que cuando comenzaron el proyecto estaban luchando contra las drogas. Reunieron a las mujeres que tenían hijos que usaban diferentes tipos de drogas. Ellas no apreciaban su belleza, no usaban siquiera espejos y les empezaron a enseñar a las mujeres cómo usar maquillaje y verse hermosas.

Yo estaba muy impresionada cómo identificaron sus problemas porque siento que a veces los trabajadores sociales o activistas sobre derechos humanos tratamos los síntomas y olvidamos tratar la enfermedad. Nos enfocamos en tratar el comportamiento de la gente y olvidamos tratar la causa de su comportamiento. Siento que conocerlas fue una de las cosas más importantes para mí porque aprendí a ser muy cuidadosa con las personas y enfocarse en las causas de su comportamiento.

También estuve en varias facultades, entre ellas la de economía y la de odontología, donde me dieron mucha información e incluso me enseñaron cómo puedo aplicarla en mi comunidad, en mujeres, niños y pienso que fue una experiencia muy educativa y fascinante.

- ¿Qué buscas cambiar en tu comunidad?

Quiero cambiar la perspectiva de la vida. Por ejemplo cómo los hombres ven a las mujeres y cómo las mujeres ven a los hombres porque si las mujeres ven a los hombres como maridos y no como "pequeños dioses", van a conseguir respetarse mutuamente. Porque parece que las mujeres son mucho más permisivas con sus maridos hasta el punto de que no sea solamente los hombres sino también los hombres en general. Ellas no pueden confrontarlos aunque sepan que están haciendo algo mal. Una estrategia que se puede usar para cambiar la forma de pensar de la gente es interactuar con otras comunidades que no sean como nosotros. Creo que conocerlos puede ayudarnos a mejorar incluso nuestra economía porque somos solo pastores, no hacemos otra actividad.

Creo que si un grupo se va a otra comunidad, al volver a la noche seguro habrán aprendido algo sobre otra comunidad. Depende mucho de los hombres proveer todo para las mujeres. Si van a otra comunidad y la mujer trabajando y volver con comida y ropa para sus hijos, eso cambiaría su forma de pensar. 

- ¿Qué hizo que quisieras estudiar en la universidad? ¿Qué te hizo pensar en otras opciones?

- Yo no cambié mi punto de vista cuando pensé en ir a la universidad. Crecí en un entorno muy diferente donde la única persona especial en nuestra familia era una mujer, mi mamá. Ella fue el centro de toda autoridad. Crecí sabiendo que cuando no hay hombres, las mujeres pueden tomar buenas decisiones. Las mujeres pueden lograr sus sueños y pueden hacer grandes cosas sin la ayuda de los hombres. Parece que los hombres fueran indispensables, pero las mujeres son poderosas también. Si les dan oportunidades (a las mujeres), van a obtener muy buenos resultados pueden contribuir a mejorar el mundo.

- ¿Qué te podés llevar de Mendoza para implementar en tu comunidad?

- Una de las cosas que más me sorprendió fue la humildad. Interactuar con el rector (de la UNCuyo, Daniel Pizzi) y el vicerrector (Jorge Barón), la secretaría de internacionales, son personas muy humildes. Pienso que la humildad es muy importante porque no me trataron como una estudiante o un simple visitante, me trataron como una amiga. Eso es algo que puedo enseñarle a la gente de mi tribu, que no deberían hacer diferencias entre los ricos y pobres, hombres y mujeres, las personas deberían tratarse con más amor.

- Si tuvieras tu propia familia, ¿qué les enseñarías?

- Solo me gustaría que tuviéramos mucho amor. Pienso que cuando hay amor, no hay opresión, discriminación.

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- ¿De qué querés trabajar?

- Por ahora me voy a quedar en la tribu para trabajar con las mujeres hasta que sienta que cumplí mis metas, luego de eso, algo puede aparecer. Soy profesora y no tengo planes de mudarme. Mis planes son quedarme en la comunidad para caminar junto a otros integrantes de mi comunidad. Tal vez, si ellos mejoran y hay cambios, pienso que sería hermoso quedarme allí y disfrutar de los frutos de mi labor.

- ¿Cuáles son tus metas con tu comunidad?

- Una de mis metas es que las mujeres puedan acceder a la salud de calidad y agua limpia. Las personas puedan tener todo lo que necesiten y las mujeres puedan tener poder económico, tener un trabajo y su propio dinero. Que las mujeres tengan sus derechos disponibles, no quiero luchar por sus derechos, quiero que ellas aprendan a hacerlo por sí mismas.

- ¿Por qué pensar en derechos humanos en lugar de destacar los derechos de las mujeres?

- Lo que lo hace general es que tengo voluntad de ayudar y si encuentro un hombre que está en problemas, lo ayudaría también. Pero por ahora las personas que están con muchos problemas son las mujeres, ellas son las víctimas de todas las calamidades, por eso estoy enfocada en las mujeres. Pero los hombres son considerados también cuando están en problemas.

- ¿Qué problemas tienen los hombres de tu comunidad?

- Por ejemplo, el tema de la tuberculosis que afecta a todos y cuando creamos conciencia, no solo la creamos para hombres o mujeres, la creamos para todos. Ese es un problema de nuestra comunidad en general, no solo de los hombres.

Además, en nuestra cultura hay hombres que protegen nuestra comunidad pero como por ahora no hay muchos ataques porque el gobierno está intercediendo en las comunidades, los hombres pierden espacio. Darles alguna actividad que los mantenga ocupados, les dará algo que hacer de nuevo.

Estamos implementando también un programa para producir alimentos en nuestra comunidad y también hay hombres en ese programa.

- ¿De qué te sirve visitar otros lugares del mundo? ¿Cómo podemos hacer para acercar sus problemas al resto del mundo, visualizarlos?

- Puede ayudar, incluso ya ha conseguido resultados, la UNCuyo ahora sabe que necesitamos agua, es uno de nuestros desafíos y podrían proponer alguna estrategia para asistir o ayudar. Pienso que mi visita es una de las maneras para visualizar el problema.

- ¿Pensás que tu comunidad necesita ayuda?

- Nosotros necesitamos ayuda, pero muchas personas quieren frenar las acciones de las ONGs y no dicen por qué. Las personas se sienten ofendidas, es como si yo viniera a Argentina y les dijera que destruyan su cultura, te sentirías ofendido. Eso es lo que muchas organizaciones internacionales han estado haciendo, vienen a África y nos dicen que dejemos de lado nuestras costumbres, nuestra cultura y no nos explican o enseñan por qué está mal, por qué es perjudicial, ese es el desafío.

La mejor estrategia no es llevar los recursos a mi ciudad, es enseñar a la gente cuál es la causa de esta costumbre y si entienden, les decimos: esta es la solución.

Por ejemplo, le dieron la tela mosquitera a las mujeres jóvenes con hijos y las mujeres embarazadas para prevenir la malaria pero no los usan en las camas, las usan para otras cosas que no están relacionadas con la malaria porque nadie le explicó a la gente sobre la malaria, cómo evitar contagiarse la malaria, no saben que se contrae por la picadura de mosquito. Piensan que es por el frío. Como dice el proverbio cristiano: "Si le das un pescado a una persona, lo alimentarás por una noche pero si le enseñas a pescar, se alimentará toda la vida", esa es la filosofía detrás de mi trabajo.