La histórica metalúrgica mendocina, ahora controlada por un fondo estadounidense, propuso un Acuerdo Preventivo Extrajudicial para reorganizar pasivos por millones de dólares. No habrá quitas, pero los vencimientos se extienden hasta 2044.
IMPSA reestructura su deuda: no habrá quita, pero "patean" pagos hasta 2036
IMPSA -la histórica metalúrgica de la familia Pescarmona, hoy en manos de capitales estadounidenses- inició formalmente el proceso de reestructuración de su deuda que habían acordado los nuevos dueños de ARC Energy con los acreedores durante el proceso de venta.
En otro Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), IMPSA busca ratificar formalmente con los acreedores una postergación ordenada de los pagos sin recurrir a una quiebra ni a un concurso preventivo. Así lo comunicó la empresa este 11 de junio a la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La movida forma parte del plan de recuperación impulsado por su nuevo dueño, el consorcio Industrial Acquisitions Fund LLC (IAF), controlado por ARC Energy, que tomó el control de IMPSA en 2024 tras la salida del Estado argentino y mendocino de la gestión. El objetivo declarado es ganar aire financiero para relanzar la actividad productiva y recuperar mercados internacionales.
"IAF ha alcanzado un entendimiento preliminar con los principales acreedores financieros de IMPSA para la reestructuración ordenada de sus pasivos mediante un procedimiento de acuerdo preventivo extrajudicial (APE), cuya apertura ha sido solicitada en el día de la fecha ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de la Provincia de Mendoza, con el objetivo de mantener el pari passu entre los acreedores y asegurar que la reestructuración devenga vinculante para todos sus acreedores quirografarios", informó la empresa.
Sin quita, pero con largo plazo
Uno de los puntos centrales del acuerdo es que no se propone una quita de capital. Es decir, los acreedores no perderán nominalmente el dinero. En cambio, se les ofrece un canje por nuevos títulos de deuda -bonos internacionales, préstamos bilaterales u obligaciones negociables- por el mismo valor original más los intereses devengados hasta la fecha de cierre.
El punto es que la amortización de capital de esos nuevos títulos comenzará a pagarse recién el 31 de diciembre de 2036, en nueve cuotas anuales iguales, con vencimiento final en diciembre de 2044. "El capital de los Nuevos Títulos de Deuda se amortizará en 9 cuotas anuales iguales y consecutivas del 11,1111% cada una, comenzando el 31 de diciembre de 2036 y con vencimiento final el 31 de diciembre de 2044", dice la comunicación de IMPSA.
Ver más: Balance de IMPSA: ¿recuperación real o maquillaje contable?
Antes de que arranque la devolución del capital, habrá movimiento con los intereses, pero no de la forma tradicional. IMPSA propuso lo siguiente:
1. Desde la fecha de cierre del APE hasta el 31 de diciembre de 2027
-Interés: 1,5% anual, pero no se paga en efectivo.
-En lugar de pagarlos, se capitalizan, es decir: se suman al capital que se debe.
-Ejemplo: si alguien tenía U$S 1.000, al final de 2027 ese bono valdrá más, porque tendrá el capital original + intereses acumulados.
2. Entre el 1 de enero de 2028 y el 31 de diciembre de 2032
-Los intereses se pagan semestralmente (30 de junio y 31 de diciembre).
-Pero solo la mitad se paga en efectivo.
-La otra mitad también se capitaliza, o sea, se suma al capital pendiente.
3. Desde el 1 de enero de 2033 hasta 2044 (último año de pago)
-Los intereses se pagan 100% en efectivo.
Qué significa esto para IMPSA
El APE, que ya fue presentado ante el Segundo Juzgado de Procesos Concursales de Mendoza, permite que la propuesta sea vinculante para todos los acreedores una vez homologada. Esto es esencial para evitar litigios dispersos y consolidar una única hoja de ruta financiera.
La empresa convocará próximamente a las asambleas de accionistas y acreedores para someter la propuesta a votación. En paralelo, espera que el juzgado apruebe el procedimiento, lo que dará un marco legal definitivo a la reestructuración.
En un contexto de alta volatilidad financiera para la industria argentina, IMPSA apuesta a ganar tiempo. No promete pagar menos, pero sí mucho más tarde. La clave estará en si logra relanzar sus exportaciones, sostener contratos estratégicos en energía renovable y repuntar su presencia global, algo que hoy es más una promesa que una realidad.