El economista Gustavo Reyes anticipa las claves y desafíos del Gobierno para seguir reduciendo los precios.
Fin del cepo: la llave para cerrar 2025 con inflación mensual cerca del 0%
Diciembre de 2025 podría cerrar con una inflación por debajo del 1% mensual, es decir cero y pico por ciento. Sin embargo, para conseguirlo hay que sortear la más grande de todas las pruebas: abrir el cepo, sacar al dólar de la jaula y que no nos devore a todos en el intento.
El economista mendocino Gustavo Reyes lo ve perfectamente posible, pero en el medio hay desafíos, necesidades y tareas pendientes por hacer en la economía argentina. Se ha hecho mucho, pero falta muchísimo.
Mano a mano con el Post, Reyes nos explica qué nos depara el camino y por que los precios siguen subiendo a pesar de la falta de dinero de los consumidores.
La inflación viene bajando en la franja del 2%, pero ahora, se siguen detectando aumentos ¿Por qué ocurre esto todavía?
Bueno, lo que hemos visto no es que haya desaparecido la inflación, sino que ha bajado sustancialmente. Eso quiere decir que los precios en promedio siguen aumentando, pero a un menor ritmo.
La expectativa de inflación para este mes, nos vamos a enterar la semana que viene, es que esté entre el 2% y el 2,5%, es decir, un escaloncito más abajo que el mes pasado, que fue de 2,7%. Ya estamos transitando en un nivel anualizado, de más o menos 25% o 30% anual ¿Te acordás que habíamos llegado al 300%?
O sea, se ha disminuido la inflación. No es 0%, aún sigue siendo enorme, sobre todo a niveles internacionales y es que una parte de la inflación tiene que ver con la evolución del dólar comercial, por eso lo han tratado de bajar al 1%.
¿Entonces?
Yo te diría que la expectativa es que la inflación va a ser más baja este año que el año pasado y que podemos terminar fin de año con una inflación cercana al 1%, quizás un poquito menos.
Nuestras estimaciones son que, en un escenario positivo, si se sale del cepo sin ningún tipo de brecha cambiaria, la inflación anual, diciembre contra diciembre, puede estar cercana al 20%; y si salen con alguna brecha razonable, relativamente pequeña, podemos estar en el 30%. Es decir, un nivel de inflación entre el 20% y 30% anual viendo de dónde venimos, es un nivel bastante bueno.
Superpositivo, sin duda. Sin embargo, en una entrevista anterior que nos diste, cuando la inflación todavía estaba en el 5% o 6% mensual, nos dijiste que si esta se quedaba en un 2% mensual durante 6 o 7 meses nos va a ir mal. ¿Qué cambió para pensar que yendo al 2% mensual durante todo el 2025, ahora nos vaya bien?
Claro, porque una inflación del 2% mensual sigue siendo muy alta, y hasta del 1% mensual también. Lo que Argentina tiene que hacer es bajar continuamente la inflación hasta llegar a los niveles internacionales, que debería ser del 0,5% mensual. O sea que falta mucho, claramente.
Ahora, este año tenés dos desafíos muy complicados que sortear: el primero, exógeno, la llegada de (Donald) Trump a la economía de Estados Unidos, que ya ha cambiado bastante el escenario internacional; mientras aquí, devaluar a un ritmo menor también trae sus complicaciones.
Entonces, ahí tenés un escenario, un gran desafío, porque el dólar se ha fortalecido, está este miedo a la guerra de monedas, a una guerra tarifaria, que ojalá que no suceda, pero que sí sucede es un problema muy, muy grave y por eso las reacciones de las bolsas de valores en todo el mundo durante estos días.
Al mismo tiempo tenemos un Brasil con grandes problemas porque tienen un enorme déficit, este año Brasil va a crecer muy poquito, y resulta que es un socio comercial muy importante de Argentina.
Y por otro lado tenés los precios de las commodities, que están un poco deprimidos, entonces, todo el escenario externo es complicado este año y genera un gran desafío, porque sin duda que la economía argentina está mejor, pero tiene una debilidad muy fuerte que es que el Banco Central, que tiene muy pocas reservas.
Y aunque ha comprado muchas, como todavía no tiene acceso al mercado internacional de créditos, la deuda la paga con las reservas nuevas que compra, entonces entran y salen, entran y salen y no logra acumular.
Esa debilidad que tiene la economía argentina y el actual escenario internacional te genera más debilidad. Entonces, ahí tenés un desafío muy importante para este año.
Y otro desafío muy importante, ya mirando los próximos años, es lo que pase con las elecciones de octubre, porque recordemos: los planes de estabilización tienen dos patas, una es estabilizar la inflación, que se ha logrado bastante, aunque falta mucho, pero se ha logrado un paso muy importante.
Pero para que eso se pueda consolidar en el tiempo necesitas las reformas estructurales. Y ahí, la verdad es que el gobierno ha avanzado muy poquito. Pensemos en reformas estructurales que no son de ahora, sino que son de hace más de 20 años.
Hablo del sistema impositivo, la apertura de la economía, el sistema previsional, la coparticipación entre provincias, todas reformas estructurales que, si el gobierno no avanza en los próximos años, la verdad que lo que ha logrado en materia de estabilidad va a ser bastante débil. Por eso necesita ganar las elecciones.
¿Y los impuestos que bajaron, las retenciones, eso no es suficiente?
Es muy poquito, es muy poquito. La carga impositiva sigue siendo enorme, los impuestos son muy malos, tanto a nivel nacional como provincial. No se nota que son tan malos en economías con alta inflación, pero cuando la inflación baja es como que baja la espuma.
Entonces, todas las ineficiencias de las empresas y del sistema económico se empiezan a notar muchísimo más porque no tenés esas devaluaciones grandes que licúan todo y bajan los costos artificialmente de las empresas, eso desaparece.
Impuestos como las retenciones, el impuesto al cheque, en las provincias los ingresos brutos, todos tienen niveles que no son compatibles con economías con baja inflación.
Entonces, ahí hay un problema enorme y hay que sustituir esos impuestos o hay que bajarlos o mejor dicho, hay que hacer las dos cosas, bajarlos y sustituirlos, pero para eso hay que bajar más el del gasto público también. No es fácil lo que falta hacer, no es fácil. Se ha hecho bastante, pero falta muchísimo.
Volvamos al principio. Me dijiste que todavía tenemos inflación. Si la gente no tiene dinero y cuesta consumir. ¿Por qué todavía suben los precios? ¿Qué es lo que mueve la inflación a esta altura?
Es que la mitad de los bienes que capta el índice de precios tienen que ver con el dólar. O sea, que están relacionados con exportaciones e importaciones. Muchos son alimentos, indumentaria, pensá en lo que tenés puesto, pensá en lo que comés.
Entonces, el hecho que el Banco Central hasta el mes pasado haya tenido una devaluación del 2% le ponía un piso a la inflación. Ese piso ahora va a ser del 1%, entonces en algún momento debería converger al 1%. Esa es una parte.
La otra parte tiene que ver con los servicios. Acordate lo que pasó hace un año, con la fuerte devaluación, lo que aumentó más fue todo lo que tenía que ver con el dólar. Y lo que eran servicios aumentaban, pero mucho menos y por lo tanto perdieron mucho terreno.
¿La actualización de las tarifas de los servicios públicos?
No, no, pensá en la mayoría de los servicios comerciales, como por ejemplo una peluquería. Hace un año le costaba muchísimo subir los precios porque no venía nadie. Todo eso costaba muchísimo.
Ahora, una vez que empieza a moverse la economía, porque ha mejorado el crédito, han mejorado los salarios, desde niveles bajísimos, porque la licuación fue brutal, pero ha mejorado un poquito y la gente se está animando de forma muy despareja, esos sectores de servicios que estaban tan atrasados empiezan a aumentar y son los que están aumentando más los precios ahora. Si ves la inflación en esos servicios, la inflación es casi el doble que la inflación de bienes.
Acá tenés además otro elemento que es el principal insumo de la mayoría de los servicios y que es obviamente el salario. La misma recuperación del salario también te da algún piso para la inflación. Por eso es un esquema que no es instantáneo, sino que va convergiendo de a poco. Hay que converger y sortear los desafíos que dije antes.
¿La reducción del riesgo país le abre el mercado de crédito al gobierno o tiene que mantenerlo varios meses en esos valores para poder ser confiable?
Bueno. La Argentina podría tomar algo de deuda, pero qué pasa: ¿Vos le prestarías plata a un país que después tiene cepo, entonces no sabes cómo vas a hacer para sacar la plata? Es un problema.
La vuelta del crédito internacional tiene que ver con dos cosas íntimamente relacionadas: que siga bajando la prima de riesgo país; pensá en Brasil que con todos los líos que tiene está solo en 250 puntos. ¡Y nosotros estamos en 650! Claro, venimos de 2.500, 2.700 puntos.
Pero digamos, 650 sigue siendo una prima de riesgo país enorme. Para de donde venimos está está bastante bien, por lo que tiene que seguir bajando, pero yo te diría que la parte fundamental es que tiene que ser complementado con la eliminación del cepo.
Y para sacar el cepo, el Banco Central necesita dólares y además para estar más fuerte en este contexto complicado que empieza a ser el escenario internacional.
¿Cuántos dólares se necesitan para salir del cepo?
Yo diría que, mínimo, unos 10.000 o 15.000 millones de dólares. ¿Por qué necesita eso? Porque con la economía, los argentinos nos hemos quemado tantas veces, que cualquier cosita nos da miedo y cuando nos da miedo compramos dólares y si vemos que aumenta compramos más. ¿Y qué tiene que tener el Banco Central? Tiene que tener como un poder de fuego en dólares para en esos momentos turbulentos poder calmar el mercado y tenerlo bajo control.
Entonces, si no tiene eso aún, aun no teniendo problemas fiscales, necesita tener ese poder de fuego y para eso falta un rato. Si los fondos para eliminar el cepo vienen del Fondo Monetario, o de los mercados de crédito, se puede hacer más rápido, pero si el BCRA tiene que hacerlo a partir de comprar reservas, bueno, claramente es un poco más lento.