Por qué subió la línea de pobreza y bajó la de la indigencia

En mayo, la línea de pobreza subió y superó la cifra de $1.008.000 en Mendoza. Sin embargo, la Canasta Básica Alimentaria, que se usa para medir la indigencia, tuvo deflación. ¿A qué se debe?

Por qué subió la línea de pobreza y bajó la de la indigencia

Por:Mariano Rivas
Periodista

Como cada mes, este jueves el INDEC y la DEIE dieron a conocer los números de inflación y las canastas básicas a nivel nacional y en Mendoza. El Gobierno nacional celebró el índice más bajo desde 2020: 1,5%. Pero, más allá de eso, otro dato llamó la atención, y tiene que ver con que la línea de indigencia presentó deflación.

La línea de indigencia -que marca cuánto necesita una familia solo para alimentarse- bajó en mayo por primera vez en el año en Mendoza, y en términos generales a nivel nacional. El valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) para una familia tipo mendocina fue de $415.008,41, mientras que en abril había sido de $416.018,41, lo que refleja una leve caída. No es la primera vez que sucede esto en los últimos 12 meses: ya en noviembre de 2024 se había registrado este fenómeno de deflación, cuando la CBA había pasado de casi $358 mil a poco más de $353 mil.

En contraste con la línea de indigencia, la de pobreza siguió subiendo. Una familia tipo (dos adultos y dos menores) necesitó $1.008.470,45 para no ser considerada pobre. En abril, ese mismo hogar necesitaba $1.002.604. 

La línea de indigencia volvió a bajar en Mendoza. Ya había caído en noviembre de 2024.

Mientras que algunos alimentos bajaron, se mantuvieron estables o subieron menos que otros rubros, categorías como transporte, alquiler, salud o educación continuaron con subas que empujaron el umbral de pobreza hacia arriba. Estos últimos ítems integran la Canasta Básica Total (CBT), que sirve para medir la pobreza.

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Según la DEIE, en Mendoza los rubros que más crecieron fueron indumentaria, educación y salud, todos por encima de la inflación. Alimentos y bebidas subió 1,2%, por debajo del índice general, que fue de 1,7%.

Una familia de Mendoza necesitó $415 mil para no ser indigente en mayo.

Estacionalidad y "acomodo" de precios

Para empezar a explicar la caída de la línea de indigencia se puede apuntar al factor de la estacionalidad. Algunas frutas y verduras bajaron de precio, siendo el limón, la naranja, la papa, el tomate redondo y la manzana las que más lo hicieron. Por fuera de la estacionalidad, también cayó el valor del filete de merluza, las galletas de agua y el tomate en conserva.

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En este sentido, vale la pena recordar que la CBA, que se usa para medir la línea de indigencia, está compuesta por una serie específica de productos que se consideran esenciales para las necesidades nutricionales de las personas. Entran en la lista pan, arroz, harina, legumbres, carnes, frutas, lácteos, bebidas y hasta yerba. En total son 30 componentes, y algunos de ellos incluyen varios artículos.

La economista Paula Pía Ariet aportó al Post otro factor, más de largo plazo, para pensar la deflación en la línea de indigencia: "Hubo un aumento impresionante de precios que, como no se pudieron mantener, tuvieron que bajar".

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