Es frecuente escuchar decir a los adultos que los jóvenes están perdidos, que no saben lo que quieren de la vida, que ya no tienen valores, que ya nada de nada. ¿Esto es así sencilla y llanamente, o elegimos pensar de este modo porque el mundo adolescente nos resulta una verdadera incógnita?
21Oct
202016:16
Actualizado