Crónicas del subsuelo: El orgullo de la piba

Crónicas del subsuelo: El orgullo de la piba

Por:Marcelo Padilla

Nunca lo vi en el barrio, en el laberinto que trazan estas calles escondidas, por días soleado en el estrépito nadie sabe lo que ellas hablan con sus diosas (único respiro que nos da el crudo invierno bajo este vendaval) Días de sol. Eso nomás. Lo que nunca vi es a una piba pasar timoneando el cochecito de su bebé. La piba va con orgullo natural, erguida y sola -ahí por la calle, con el cochecito-, y en un giro me detengo en su cuello.

Los vecinos como si nada, por suerte. El orgullo de la piba: pañuelo verde y su bebé en el cochecito. Un buen síntoma. Un símbolo incrustado en las conciencias. Nuevo poder, el pañuelo con un hilo invisible que perfuma la secuencia natural hasta la ceguera por el sol. Sin embargo el odio continúa. Ha hecho foco en el Barrio Cano y algunas esquirlas desparramadas en geografías próximas dan testimonio que lo que se conquista no sale gratis. Por lo mismo, básicamente por usar un pañuelo y militarlo. A tal punto que tuvo que acercarse la vice gobernadora Laura Montero hasta la casa de Alicia Maldonado (la "ali" para la comarca) Un gesto. Al margen de los abogados que están ahí siguiendo de cerca la situación, el desmadre es cotidiano. 

"En el fondo el gesto lava la cara pero no cura las heridas", pienso, berretín sonámbulo de una tarde de sábado en la espera. Las amenazas siguen, las pintadas también: "putas feministas" rezan en las puertas y paredes las consignas de persecución.

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/los medios hablan ahora de "mal humor social" como si se tratara de un capricho de insatisfechos. Cada tanto van corrigiendo sus titulares acompañando con gestos la caída del show. El velo ondula fuerte y ceden las costuras de las argollas. El barrio en venta, las casas con sus carteles, los negocios que desaparecen de la noche a la mañana. La clase media no va al paraíso, eso ya se sabe. Los servicios educativos no sirven más que para la conservación de los ítems. Tecnologías y burocratización para mediar más las relaciones dispersas. Mediar para obstaculizar o confundir, comunicar las vías respiratorias con la artificialidad de una App. Nada nuevo excepto por la limpieza y las multas, la judicialización de la protesta y otras prohibiciones. Falta que multen a la gente por tener "malhumor social".

Todo está filmado, Mendoza no tendrá su película hasta que no se editen las imágenes. Pensar cinco veces una frase para decirla por lo bajo. Pero ahí va, el orgullo de la piba, erguida y sola por las calles de Dorrego.