Pity, el "villano blando" que elegimos los argentinos

Pity Álvarez está acusado de matar a un hombre, es el corolario de una larga trayectoria de problemas con la Justicia. Sin embargo, para muchos es otra locura del personaje alimentado a base de drogas y decadencia.

Pity, el "villano blando" que elegimos los argentinos

Por:Florencia Silva
Secretaria de redacción

 Este jueves los argentinos amanecimos con una noticia que no causó asombro, a la luz del historial de su protagonista. Cristian "Pity" Álvarez, uno de los últimos estandartes del aquel movimiento cultural conocido como "rock chabón" o "rock barrial" que fue parido por el menemismo a finales de los 90´, había matado a un hombre. 

La calidad musical de Pity al frente de Viejas Locas e Intoxicados, las dos bandas que lideró, recoge opiniones diversas. Para muchos es un músico de 3 acordes, para otros un creativo nato. Lo cierto es que si hoy todo el país habla del ascenso de Pity a la categoría de asesino, su fama no tiene que ver con la música, su popularidad se debe a esa extraña fascinación que tenemos los argentinos por rendir culto a aquellos que se inmolan ante los excesos en el prime time. 

Pity comenzó a consumir marihuana a los 14 años, al poco tiempo llegó la cocaína, el paco, el alcohol y una larga lista de drogas que quemaron su cabeza. En el año 2011 se internó en una clínica de rehabilitación, tal vez motivado por el nacimiento de su hija Blondie, pero la tregua duró poco. El uso indiscriminado de drogas lo convirtió en una persona violenta y peligrosa. 

En junio de 2006 le robó el auto a un remisero en Entre Ríos. En el mismo mes, pero del año 2010 fue imputado por el robo de una cámara de televisión y  una camioneta que tenía en su interior equipos periodísticos del canal América. Dos meses más tarde fue acusado de pegarle un tiro en la pierna a su productor, en un hotel ubicado en el barrio de Núñez. Por esa causa y otras causas más quedó detenido en septiembre de ese año. 

En noviembre de 2011 fue a juicio acusado de sacarle el celular a una fan y amenazar a la madre de esta con un arma. Un año más tarde fue detenido por circular por las calles de Villa Lugano con un arma de guerra en al cintura. En agosto de 2012 chocó con un Ford Escort a tres vehículos que estaban estacionados. En junio de 2014 fue acusado de fumar paco en un vuelo de Aerolíneas Argentinas.

En noviembre de 2016 dos mujeres que trabajan en la producción de sus shows lo denunciaron por violencia de género. El cantante las agredió y mantuvo varias horas cautivas. Luego hubo otra seguidilla de hechos que derivaron en la fatalidad: Pity confesó ante las cámaras de televisión que en la madrugada del 12 de junio le pegó cuatro balazos a un hombre con quién mantuvo una discusión. 

El cuerpo de la víctima fue encontrado en la calle por su hija de 16 años. El dolor que causó Pity es tan irreparable como que el causa cada crónica policial de nuestra violenta sociedad. Sin embargo, los estragos que ha hecho la droga en el músico, sus desvaríos, su aspecto decadente configura para muchos un personaje "querible",  el equivalente al "Paolo el rockero" de los 80´. Esto se debe a que los argentinos somos hipócritas y nos proyectamos en aquellas celebridades que hablan sin filtros. Por tal motivo la gravedad de sus actos es succionada por la carne de "memes" de su personaje. 

Para comprobarlo basta con repasar la cobertura que hicieron muchos medios periodísticos del hecho, parafraseando sus letras para titular la crónica policial, la viralización de los memes en las redes e incluso, los fans que fueron a apoyarlo cuando se entregó a la Justicia.

Ahora el caso recorrerá los sinuosos caminos de la Justicia. Las pericias psiquiátricas se encargarán de establecer si el acusado comprende las criminalidad de los hechos y un largo de etcétera. Sin embargo, cuando el tema se diluya en las redes y en la televisión, en alguna mesa de amigos alguien meterá algún chiste sobre el Pity y la potestad de la sociedad para elegir a sus villanos seguirá más vigente que nunca.