Infante se defiende: “Hay tipos más corruptos que yo”

Luego de que el Post publicara los detalles de una denuncia por supuestamente quedarse con parte del salario de una empleada municipal de Luján, el radical Roberto Infante salió a responder. Más detalles desconocidos de la presentación.

Infante se defiende: “Hay tipos más corruptos que yo”

Por: Mendoza Post

El pasado 8 de abril, el Post publicó los detalles de una denuncia que involucra al radical Roberto Infante, otrora candidato de Cambia Mendoza por la intendencia de Luján.

Allí se contó que una mujer llamada Jésica Romina Funes se presentó hace casi un año ante la Justicia y dijo que este último, entonces concejal de Luján de Cuyo le quitaba parte de su salario para “dejarla trabajar”. 

Junto a Infante, Funes denunció al hermano de este y a la concejal Gisela Amorós.

A todos ellos, según reveló la mujer al fiscal de Delitos Complejos, Daniel Carniello, debía pagarles para poder cumplir su tarea en la comuna.

Consultado por este diario, Infante dio su versión de los hechos: “Es todo político, tiene una motivación política. Fijate quiénes son los abogados que están detrás de la denuncia. Es gente relacionada con Cazabán”.

Infante haciendo campaña

-Aunque así fuera, lo que debe discutirse es la denuncia en su contra.

-Es un vuelto por denuncias de corrupción que hice en su momento, de eso nadie habla.

-¿Usted sugiere una operación en su contra? No tiene sentido. En este caso, nosotros tenemos más de un testimonio.

Esta es la denuncia contra Infante

-¿De gente que trabajó conmigo?

-Sí, de gente que trabajó con usted.

-Es todo mentira, se meten conmigo y hay tipos más corruptos que yo…. Es una forma de decir. ¡Me han puesto en el quincho de Mendoza Post a la altura de Luis Lobos, un tipo que se robó todo! Yo sé de dónde viene todo esto, es una campaña

-Nosotros no somos parte de ninguna campaña.

-No, pero terminaron siendo parte.

-Insisto, hay testimonios.

-Yo te voy a llevar para que veas dónde vivo, en Carrodilla, en la casa de mi madre.

Independientemente de la gaffe de Infante sobre la corrupción —que hasta podría parecer simpático—, hay otros antecedentes que lo complican en el mismo sentido.

Infante junto a Cornejo y Amoros

Uno de ellos remite al año 2008, cuando la justicia comprobó que a una mujer llamada Marta Pereyra —hoy fallecida— le retenían el sueldo de manera ilegal. Quienes pergeñaron la maniobra fueron la concejal por Concertación Ciudadana, Sofía Knoll de Isuani y su secretario, Rubén Infante, hermano de Roberto, también implicado en esta otra trama.

Ambos fueron imputados por el entonces Fiscal de Delitos Complejos, Luis Correa Llano, por fraude a la administración pública. No obstante, poco después fueron sobreseídos, aunque jamás pudieron lograr que las sospechas se disiparan.

Uno de los recibos de Funes, en poder del Post

Por caso, a la denuncia de Pereyra se suman al menos otras dos que jamás llegaron a la justicia. Una de ellas por parte de alguien que supo trabajar codo a codo con Infante y aportó al Post, no solo su testimonio, sino además algunas grabaciones y documentos. Ello será revelado cuando la fuente de información referida considere que no está en peligro de dar a conocer su nombre.

Por ahora, hay que enfocarse y prestar atención a la denuncia de Jésica Funes, quien lo revela en primera persona y hasta menciona un dato inquietante: la existencia de testigos del hecho.

Yo le hice una denuncia a la concejal Gisela Amoroso de la UCR de Lujan por estafa, a ella a su secretario Rubén Infante, a su hermano Roberto, que es diputado en la Legislatura.

Trabajé siete meses en la municipalidad de Luján, y me robaron el sueldo todos esos meses. Comencé cobrando 4.160 y me dieron 1000, al otro mes ya cobré 7.900 y me dieron 1.500, cobraba todo por bono y los tengo todos. Me venían a buscar el día de cobro para que sacara toda la plata junta. Cada mes me venía más grande el sueldo, al otro mes ya era 8.900. Todos los meses me robaban el sueldo.

Me acompañaba Infante a cobrar o venía a mi casa a buscar la plata. Cuando ya podía cobrar por cajero me hizo sacar un papel en el banco para que pudiera sacar toda la plata junta, porque el límite era de 2.000 pesos.

En noviembre le dije que ya no podía pasar más plata, porque yo estaba trabajando y no me alcanzaba lo poco que me dejaba. Me intimidaba y me amenazaba con darme la baja si no cooperaba; a mí me servía porque tengo a mi marido con un tumor en un pie y estamos atravesando por muchísimos problemas; necesitábamos mucho la obra social. Cuando ya no quise pasar más plata me dieron la baja.

Infante quedó fuera de carrera tras las PASO

Yo trabajaba en blanco en el Concejo Deliberante en el bloque radical, para Gisela Amoros. A fines de noviembre cobré, trabajé diciembre y le pregunté a Rubén porque no me habían depositado. Me dijo, ‘ya nos depositan’. Pasé una Navidad y Año Nuevo horrible. En enero lo volví a llamar y me dijo: ‘¿No te avisé? En noviembre te dieron la baja’. Trabajé ese mes sin que me lo pagaran.

Infante  tiene una denuncia  por estafar a una chica de la misma manera que lo hizo conmigo, me lo contó él mismo. Me dijo ‘Ya tengo una denuncia, no te vayas a portar mal’. Yo le trabajé años a Gisela Amoros, le hice campaña, y ahora no me da la cara para decirle a la gente ‘te equivocaste con el voto que te pedí que dieras’.

Ahora estoy sin trabajo, con mi marido enfermo, sin la obra social, y con muchísimas deudas. En marzo no pude mandar a la escuela a mi hija porque no teníamos para útiles. Yo saqué un préstamo, y para poder sacarlo Gisela Amoroso firmó un papel para presentar en el que aseguraba que me daba trabajo hasta abril de 2014.

Yo les hacía campaña en Carrodilla, y por el pago de ese servicio estaba ese trabajo. Ganó Gisela y me dijo ‘Romina, ya quedaste en la Municipalidad’. Cuando estoy por ir a cobrar y estaba por firmar para poder cobrar me dijeron Infante y Amoroso ‘te tenemos que decir algo, queremos llegar a un arreglo, vos me tenés que dar parte de lo que cobrás y te quedás con la otra parte. Primero me dijeron que era para una fundación de ellos, después me dijeron que era para pagarle a compañeros de trabajo que estaban en negro, yo me preguntaba por qué tenía que poner plata para eso. No me quedó otra que decirle que sí, porque si no me quedaba sin el trabajo. La plata se la daba en mano a Amoroso, Infante, o bien a su hermano Roberto. Él también venía a buscar la plata.

A los tres les he entregado plata. A Gisela en la oficina y a los hermanos Infante en mi casa. Tengo testigos que han visto cómo les he entregado la plata en mano.

Yo hice la denuncia de esto en la Fiscalía 15 de Carrodilla. Esperé tiempo para esto, porque me prometían que me iban a devolver la plata y el trabajo. Hasta que un día no di más.

Colofón

Lejos de mostrarse enojado, Infante habló con el Post con cierta resignación. Insistió una y otra vez en mencionar que todo era parte de una maniobra política.  

También persistió en pedirle a quien escribe estas líneas que lo acompañara para ver cómo vivía.

La justicia avanza, más rápido de lo que muchos creen, y el expediente pronto tendrá una consecuente resolución judicial. Ello será más elocuente que cualquier otra presunción o testimonio.

Por lo pronto, alguien debería explicarle a Infante que el hombre público debe aceptar los riesgos de la exposición de los cuales suele carecer quien se maneja en el ámbito privado. Es la consecuente lógica de manejar la cosa pública, aquello que pertenece a todos.

Cuando nadie controla a los que manejan lo que es de la ciudadanía, ocurre lo que alguna vez dijo Montesquieu: “Cuando en un gobierno, al hablarse de cosa pública, cada uno dice ‘Qué me importa’, la cosa pública está perdida”.