El día que la mataron, Carleti iba a hacer 3 denuncias contra Hisa

Norma estaba enamorada, perdidamente enamorada de Leonardo. Su historia de vida los encontró unidos durante 36 años, con un hijo en común, Lucio. Un matrimonio perfecto, al menos a "ojos vista" de quienes los conocían.

Ambos ostentaban carácter fuerte. Algunos incluso juran que ella más que él. Como sea, el matrimonio supero las tres décadas y nada parecía que podría quebrarlo. Pero algo pasó, y un día la separación se hizo carne.

En un principio, Norma y Leo decidieron seguir viviendo juntos, pero el último año los encontró habitando diferentes viviendas.

La separación no era sencilla: había negocios en común, y de gran escala. Por caso, ambos supieron integrar la sociedad a cargo de la firma agroexportadora de cerezas más grande del país: Carleti S.A.

A su vez, uno y otro tenían negocios inmobiliarios de alto vuelo a través de la empresa inmobiliaria Las Lomas.

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Todo venía transcurriendo más o menos de manera "normal" hasta que llegó el ingrato lunes 5 de marzo, cuando la mujer apareció asesinada de 52 cuchillazos. En un principio se habló de un hecho de inseguridad, un supuesto intento de robo, pero pronto ello cayó en saco roto.

La sospecha más fuerte en estas horas es que Norma Ethel Carleti Ferrari fue asesinada por encargo. La familia de la mujer apunta directamente contra su expareja, Leonardo Hisa, de quien sospechan por el brutal crimen. Así al menos lo han hecho saber a este diario.

Entretanto, se encuentran detenidos tres jóvenes de entre 22 y 23 años, los cuales ayer mismo fueron imputados por la justicia. Dos de ellos son hermanos, Kevin y Alexis Guerrero, hijos de un jardinero que solía cortar el pasto en Las Praderas, el barrio más rico del Valle de Uco. Allí sabían vivir Norma y Leo.

El dato es fundamental, toda vez que se ha hecho correr la voz de que se trataba de empleados de Las Lomas. El rumor es falso y proviene de los mismos "operadores" que intentan hacer creer que la muerte de Carleti se debió al “malhumor” de un albañil que había trabajado en su casa tiempo antes y que no había cobrado la paga correspondiente.

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Entre tanta desinformación, el fiscal Adrián Frick intenta develar en estas horas qué ocurrió realmente con Norma aquel 5 de marzo. No le será sencillo, ya que las campañas de desinformación se mueven más rápido que las vetustas fojas del expediente judicial.

Hasta ahora, las certezas son pocas, algunas conocidas y otras no tanto. Por ejemplo, el Post pudo precisar que la mujer había estado en Buenos Aires con su hijo y su nuera y que, cuando regresó, dos días antes de aparecer asesinada, se dirigió al estudio de su contador y, posteriormente, a la oficina de su abogado.

Es que, el mismo lunes que apareció asesinada, iba a realizar tres denuncias que involucraban a Hisa: 

-La primera tenía que ver con la demanda de divorcio, con la consiguiente división de bienes, siempre controvertida.

-La segunda era una denuncia penal referida a la sociedad anónima Las Lomas. Respecto de esa firma, Carleti le reclamaba a su ex las acciones que el nunca le pagó.

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-La tercera era una presentación por "violencia económica", en parte vinculada con la demanda anterior.

Como se dijo, ninguna de las denuncias llegó a presentarse porque, horas antes, fue acuchillada sin piedad. 

Ello obliga a preguntarse: ¿Su muerte tuvo que ver con esas presentaciones que estaba por realizar? ¿Alguien mandó a matarla por ello?

No son los únicos interrogantes que se plantean en estas horas. A saber:

-¿Por qué ninguno de los detenidos quiso declarar aún?

-¿A qué se debe el silencio de Leo Hisa? ¿Por qué no se presentó al velorio de su exmujer?

-¿Qué elementos maneja la familia de Carleti para acusar a Hisa con tanta seguridad por la muerte de Norma?

-¿Fueron tres o cuatro personas las que están involucradas en el hecho?

-¿El bidón de nafta que tenían los malvivientes era para incendiar el Fitito o para incendiar la casa de la mujer para aparentar un accidente?  

-¿Por qué los supuestos asesinos escaparon del lugar a través del camino menos seguro y más custodiado por la policía?

-¿Hubo una “zona liberada”?

-¿Por qué abandonaron el auto a 7 kilómetros del lugar del crimen? ¿Cómo se fueron de allí luego de quemar el Fiat 600?

-¿Qué hizo Leo Hisa en un conocido banco de Tunuyán ayer jueves?

Por ahora, preguntas sin respuesta.