La riesgosa jugada minera de Macri y Aranguren

Llegar a Telsen, a las puertas de la meseta chubutense, es difícil. Casi 200 kilómetros de ripio, tierra, piedras, temperaturas extremas y aridez sobre la ruta 4 separan este pequeño pueblo agrícola y empobrecido de 600 habitantes, de otros centros más poblados como Puerto Madryn y Trelew. En Telsen hay un caserío, una estación de servicio, una escuela, un hospital que algún gobierno intentó cerrar, un gimnasio y un cajero automático del Banco del Chubut. La última vez que el país le prestó atención fue en 2009, cuando el primer Dakar sudamericano aterrizó en la Argentina con sus máquinas potentes y furiosas y pasó por Telsen.

Hoy, martes 20 de febrero, este pueblo perdido del interior chubutense será la Capital Mundial de la Minería, a raíz de una cumbre que intentará despejar la explotación metalífera en una de las dos provincias más antimineras del país. La otra, es Mendoza.

Hay tal tensión alrededor de la cumbre minera, que una chispa mal conducida podría generar un problema mayúsculo. Es que un apenas discreto operativo de la Policía Federal Argentina, y policías de la provincia del Chubut, serán los encargados de dar seguridad a una asamblea inédita, en la que el ministro de Energía de la Nación Juan José Aranguren, el secretario de minería de la Nación Daniel Meilán, el subsecretario de Desarrollo Minero Mario Capello, y otros funcionarios, harán una presentación técnica, económica, científica y social en el gimnasio municipal, para mostrar a legisladores nacionales y provinciales, intendentes, empresarios, gremios, fuerzas vivas de Chubut, organizaciones industriales, profesionales, y pobladores, los beneficios del Proyecto Navidad, el yacimiento de plata sin actividad más importante del mundo. Afuera, habrá una “contra cumbre”. Intentarán “de máxima” impedir la reunión y mostrar su descontento grupos antimineros locales, militantes de organizaciones ambientalistas, antimineros de Río Negro, Neuquén y Mendoza, asambleas del agua y de vecinos de la cordillera antiminera, militantes de partidos de izquierda, gremios estatales y organizaciones estudiantiles que estuvieron preparando la “resistencia” durante toda la semana en la sede de la Universidad de la Patagonia, en Trelew. Y habrá miembros de los pueblos originarios, y entre ellos algunos del grupo que más teme el gobierno: La Resistencia Ancestral Mapuche, la RAM de Facundo Jones Huala.

Estos grupos, a la vera de la ruta 4, tendrán una inagotable cantera de piedras para cascotear la cumbre. Y la policía deberá impedirlo. A unos 400 kilómetros de donde murió Santiago Maldonado, en el río Chubut. Mal pronóstico.

Navidad, Macri, Pan American Silver

El proyecto Navidad es un conjunto de ocho yacimientos de plata, cobre y oro, y permanece sin explotar, porque en Chubut rige desde el año 2003 la ley 5001, antecedente directo de la 7722 mendocina. Esa ley patagónica prohíbe las minas a cielo abierto con utilización de cianuro. Pero en su artículo segundo, habilita una “zonificación” para poder hacer minería metalífera en lugares en los que no haya peligro de contaminar acuíferos que desemboquen en los ríos provinciales.

Igual que en Mendoza, la ley que de hecho prohíbe la minería chubutense nació al calor de protestas populares en la cordillera, cuando movilizaciones antimineras forzaron un plebiscito que enterró para siempre el proyecto minero de la Meridian Gold, una minera canadiense que en silencio había empezado a trabajar en las afueras de Esquel. Luego, la Legislatura clausuró la minería con la ley 5001. Un proceso casi calcado de lo ocurrido en nuestra provincia cuatro años más tarde con el proyecto minero San Jorge, y la ley 7722, que hace poco fue declarada constitucional por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.

El proyecto Navidad cobró interés nuevamente desde el año pasado, ni bien falleció el gobernador chubutense Mario Das Neves, quien se había opuesto a la minería conocedor del termómetro social de sus comprovincianos tanto como de la voracidad de la industria en países con escasos controles, como el nuestro. Cuando Mariano Arcioni asumió el gobierno, se encontró con que en una reunión de gobernadores, en noviembre, lo sentaron al lado del presidente Mauricio Macri. El jefe de estado le tomó la mano y le dijo “tenemos que hablar”. Más tarde, le pidió por el proyecto Navidad. Y la rueda de la minería empezó a girar. Se sucedieron incluso varias reuniones entre funcionarios nacionales del ministerio de Aranguren y representantes de la minera canadiense Pan American Silver, la segunda más grande del mundo en explotación de yacimientos de plata, y propietaria de Navidad. Y en enero, en Davos, Macri se reunió con el presidente de la empresa, Ross Beatty; quien le pidió por el avance del conjunto de yacimientos. Fue el segundo encuentro entre ambos. Esas reuniones dispararon una intensa actividad del propio Aranguren y sus funcionarios, que derivaron en la cumbre de hoy en el modesto pueblo de Telsen.

Riqueza

El conjunto de yacimientos de Navidad está enclavado en medio de la meseta chubutense, entre Gastre y Gan Gan (pueblos parecidos a Telsen) y cerca de la Línea Sur rionegrina. Pan American Silver promete una inversión de 1.030 Millones de dólares en proveedores y salarios de los trabajadores; 399 millones de dólares en impuestos nacionales, provinciales, regalías, y fondos fiduciarios, más 238 millones de dólares de ganancia empresarial. Esto, al precio actual de la onza (28 gramos) de plata a 16,66 dólares. Si sube la onza, recauda más el Estado y la empresa tiene más ganancia; si baja, sucede al revés. “En cualquier caso, trabajadores y proveedores obtienen lo mismo, son el sector más beneficiado” razonó un funcionario nacional consultado por este diario.

Rosca UCR-PRO

Los preparativos para la cumbre minera de Telsen fueron afiebrados hasta última hora. En lo formal, los anfitriones serán los intendentes de la empobrecida meseta chubutense. El intendente del pueblo es un radical de pura cepa llamado Leonardo Bowman. Y los funcionarios de Aranguren tratan directamente con él y con otros jefes comunales de la provincia. Prescindieron del gobierno local y hasta del PRO. Anoche, el ministro de Energía de la Nación compartió un asado con legisladores radicales en Trelew, organizado por el ex senador radical Mario Cimadevilla. La UCR de Chubut, como partido, ha sido antiminera por definición. Pero ahora forman parte de Cambiemos y están dispuestos a escuchar a Aranguren.

La cumbre de Telsen, finalmente, consistirá en una presentación de Aranguren y sus funcionarios, en las que se hablará del potencial minero argentino, chubutense en particular, y del proyecto Navidad. También de tres proyectos de uranio que Macri comprometió con el presidente ruso Vladimir Putin. Y luego habrá una ronda de preguntas. Todo ello, siempre que la cumbre se pueda llevar a cabo y los asistentes sorteen el cerco antiminero.

Para el gobierno de Chubut, la cumbre también es un dilema. Mariano Arcioni carga con la herencia antiminera de Das Neves sostenida ayer muy fuerte por sus herederos, su familia, en las redes sociales. Y por otro lado pesa el pedido de Macri por el proyecto Navidad. Además sus propios ministros se dividieron en furiosos antimineros, o promineros. Arcioni no viene de la política. No tiene partido propio, ni legisladores, ni intendentes. Es un escribano de renombre que fue vicegobernador de Das Neves y que está haciendo un master acelerado de gobierno, obligado por la circunstancia de una muerte. Administra una provincia cuya economía se destruyó en pocos años por la caída de las regalías y del negocio petrolero. El conglomerado Trelew-Rawson es de los de mayor desempleo del país. Y en los últimos años han cerrado textiles, cerámicas, empresas de pórfidos, pesqueras, comercios, y hasta la embotelladora de una de la Pepsi, una de las gaseosas más famosas. Para pagar los salarios estatales, depende cada mes del cheque del gobierno nacional. Y aun así el calendario de pagos es cada vez más dificultoso.

El gobierno nacional no pudo haber encontrado mejor oportunidad para empujar la minería en gran escala. Sin embargo, anoche Arcioni decidió no ir a la cumbre de Telsen, correrle el cuerpo a la minería, y a llamar a una reunión de intendentes en Rawson, la Capital Provincial. Y también invitó a Aranguren a la Casa de Gobierno. Los jefes comunales se dividían entre quienes asistirían a la cumbre de Aranguren y los que no. Aunque el gobierno de Macri se garantizó la presencia de los más importantes.

Los funcionarios nacionales piensan que la cumbre de hoy tiene “importancia nacional e internacional”, que es “muy trascendente para el país” y que ayudará a destrabar los proyectos mineros pendientes. Inclusive, la minería del cobre en Mendoza. Nuestra provincia tiene el mayor potencial de explotación de cobre de la Argentina, pero no se podrá aprovechar mientras la 7722 esté vigente, salvo que encuentren una forma rentable de extraer el metal sin usar contaminantes como cianuro, ácido sulfúrico u otros. Sin embargo, en el gobierno nacional están convencidos de que podrán lograrse avances, y que la minería patagónica –que derramará 20 años de riquezas- producirá un “efecto contagio” en Mendoza. Hoy habría que decir que tal apreciación es un exceso de optimismo. Y que no hay forma de que la 7722 sea modificada. Mientras los gobiernos de Mendoza no tengan chance de reelección, nadie se animará a cambiar la ley.

Mientras tanto, la discusión avanza. Hoy, Aranguren juega todas sus fichas en la Patagonia, en un escenario en el que promineros y antimineros estarán separados, apenas, por unos metros. Lo que se juega es fuerte: Mil millones de dólares de inversión, y 20 años de prosperidad. Y juran que será sin tocar más agua que la del acuífero cerrado de Sacanana.

Habrá que ver.