Criptoeconomía: un ensayo de definiciones y algo de convicción personal

Criptoeconomía: un ensayo de definiciones y algo de convicción personal

Por: Nidia G. Osimani (*)

Muchas veces, para poder definir un concepto complejo, suele apelarse a la descripción de todo aquello que el mismo no es.

El término Criptoeconomía puede, a priori, remitir a la idea de una rama de la economía asociada a la tecnología. Aunque también puede pensarse en una economía criptográfica, lo cual aumentaría aún más los problemas que ya, en la dinámica de la lógica capitalista, presenta de por sí la Ciencia Económica si se tiene en cuenta que“cripto” deriva del griego “kryptos”, y significa oculto, y “Criptografía es la conjunción de “kryptos” y “graphia”, escritura, lo cual define la escritura oculta.

En la Ciencia Informática alude al estudio de los algoritmos, que son protocolos o programas cuya función es la protección de los datos.

La Criptografía es una rama de la Criptología, que a su vez se subdivide en Criptografía y Criptoanálisis, siendo básicamente éste último, el estudio de las vulnerabilidades de los algoritmos y protocolos.

Como se ve, resumir su definición a la simple descomposición de sus términos, aleja bastante del significado, pese a que ciertos componentes del mismo le corresponden.

La verdad es que la irrupción de este fenómeno, su novedosa conformación, hace que haya muy pocas personas especializadas en el mundo sobre el tema.

Pese a las asociaciones que ofrece su nombre, la Criptoeconomía, no parece ser una rama de la Economía, sino más bien una subrama de la Criptografía aplicada.

Es un conjunto de disciplinas por las que se canaliza la Economía, entre las que se cuentan la Criptografía, que puede ser simétrica o asimétrica, sustentada en conceptos matemáticos sencillos como operadores lógicos, desplazamientos, Teoría de Campos, o altamente sofisticados como la Aritmética Modular, el Problema del Logaritmo Discreto, Algoritmo de Euclides, Teorema de Euler, Curvas Elípticas sobre Cuerpos Finitos, Teoría de los Números, Factorización de Enteros, Números Primos, etc., etc., etc.

Además, en la Criptoeconomía también intervienen la lógica de la Teoría de los Juegos de John Nash que estudia las decisiones de los participantes de una red (dilema del bizantino, dilema del prisionero en los que se buscan incentivos, et.), la del Modelo de Segregación poblacional de Thomas Schelling, Ingeniería de Redes, Esquema de Economía Phi de Alejandro Sewrjugin, basado en la aplicación del Número Aúreo o Divina Proporción para corregir los desequilibrios económicos, y cuáles son las particularidades de almacenamiento o contabilidad por partida triple de una cadena de bloques.

Entonces… ¿qué es la Criptoeconomía?

Para entender Criptoeconomía es necesario conocer algunos conceptos básicos sobre macroeconomía y como funcionan los Sistemas Monetario y Financiero tradicionales.

Entender qué son y cómo funcionan las monedas digitales, y dentro de ellas, las criptomonedas, cómo se validan las transacciones, qué son los protocolos de consenso, qué es la minería, los tokens, las wallets, las diferentes opciones de exchanges, la prueba de trabajo (proof of work) y prueba de participación (proof of stake), qué son los forks, los masternodes, qué son los smart contracts (contratos inteligentes) y por supuesto, Tecnología Blockchain en sus diferentes manifestaciones.

A lo dicho, y para poder operar en ese campo, se le añade la necesidad de conocer a fondo los diferentes marcos regulatorios que han comenzado a construír los distintos Estados frente a un fenómeno tan novedoso, al que asimismo interpretan como amenazante.

Lo primero que podría preguntarse es si la Criptoeconomía pretende ser y desarrollarse de manera paralela, dentro de, o en reemplazo del paradigma vigente, lo cual ya plantea tres escenarios posibles y para nada sencillos, en términos macroeconómicos, pero fundamentalmente sociales.

De acuerdo a lo descripto más arriba entonces, una primera aproximación a una definición de Criptoeconomía, podría ser la de una disciplina conformada por elementos tomados de otras que busca imponerse, con la promesa implícita de eliminar o al menos, neutralizar los efectos no deseados que ha venido evidenciando el capitalismo, mediante una suerte de sincretismo de las ciencias de las cuales toma sus herramientas teórico-prácticas (economía, criptografía, contabilidad, matemática, sociología, psicología, ingeniería, y más). Y algo más o menos aproximada es la concepción que tienen sus acérrimos defensores, contraponiéndose a sus acérrimos detractores cuyas sentencias son lapidarias.

En lo personal veo un nuevo modelo que propone reemplazar las históricas políticas económicas (monetarias y fiscales), basadas en la ideología dominante en un determinado país en un período determinado, responsables hipotéticamente de las cíclicas crisis que padece el capitalismo, por algoritmos cada vez más inteligentes cuya lógica sean los incentivos inductores del comportamiento de los diferentes agentes económicos, a partir de lo cual se espera aniquilar flagelos tales como la inflación, las burbujas especulativas, la evasión fiscal, las recesiones. Y no creo en la posibilidad de que décadas y décadas de estudio y de Teorías, a veces mejores, otras deplorables, puedan ser reemplazadas con tanta liviandad por algoritmos apareados con neurociencia (pese a la enorme evolución que han alcanzado los algoritmos genéticos).

Concluyendo, lo complejo entonces no parece ser lograr una definición más o menos clara y sintética de qué cosa es la Criptoeconomía, sino más bien si aquello que postula es posible, o al menos, tan posible como lo describen sus promotores. 

(*) Especial para Mendoza Post